A pesar del optimismo de los demócratas, la posibilidad de que Donald Trump gane de nueva cuenta la presidencia sigue siendo muy real. Hasta el cierre de esta edición, las encuestas ponían a Kamala Harris en empate técnico con el candidato republicano. Y no obstante al sobresaliente desempeño de la demócrata en el debate del 10 de septiembre, nadie debería confiarse. Octubre será crucial para una elección de la que depende no solo el futuro de Estados Unidos sino del mundo entero, en virtud del lugar que sigue ocupando aquel país en la política y el comercio globales. Como demuestran las piezas de este número, un segundo mandato de Trump podría ser mucho más dañino en términos sociales, políticos, económicos y medioambientales que el primero. Su presidencia supondrá un debilitamiento de la democracia y del sistema legal estadounidenses y una tragedia para los millones de migrantes en Estados Unidos, a los que ha amenazado con la deportación. El racismo y el odio a lo distinto han adquirido cada vez más preponderancia en su discurso y es indudable que sus seguidores han tomado nota de sus expresiones que lindan con el fascismo. En una contienda tan ajustada como la que estamos presenciando, lo responsable es no subestimar ni el alcance ni los peligros que representa todavía el candidato republicano, pero también reconocer el crecimiento de Harris y el sólido camino que ha emprendido rumbo a los comicios del 5 de noviembre.