El amor tiene un componente universal y numerosos condicionantes culturales y sociales. Por eso, las experiencias de lo que, hace siglos, significaba enamorarse resultan extrañas y familiares a la vez.
En este número hemos querido analizar el amor de nuestro tiempo –los tabúes derribados, los problemas renovados, la poesía que le dio forma y las narrativas que quieren reflejar su estado actual– para tomarle el pulso a esas transformaciones y corroborar que, como afirma Daniel Jones, “hay un hambre global por comprender mejor las relaciones personales”