Existen muchas maneras distintas de aplicar la taxonomรญa a la obra de un autor, todas igual de arbitrarias y subjetivas, de modo que cualquiera puede abandonarse a este vicio siniestro con tal de que conozca bien el trabajo del escritor al que escrutina. Una vez dicho esto, me atreverรฉ a establecer dos grupos en la narrativa de Haruki Murakami: el grupo de las novelas ligeras que fluyen fรกcilmente como un vaso de agua antes de la comida (por ejemplo Sputnik, mi amor y algunos cuentos de The Elephant Vanishes), y el de las novelas densas e imprescindibles que se beben como un Cutty Sark, una de esas noches en que la vida resulta insoportable, entre ellas La crรณnica del pรกjaro que da cuerda al mundo. Cada vez que aparece una novela de este autor, me pregunto a cuรกl de los grupos pertenece. Pues aunque todas sus historias son รบnicas, no se recuerdan de la misma manera.
Las primeras pรกginas de Tokio Blues pueden resultar desconcertantes, sin embargo, ese tono en apariencia gratuito, se vuelve comprensible conforme descubrimos la historia de Toru Watanabรฉ, estudiante de la universidad, marcado por el suicidio de Kizuki, su รบnico amigo. Esa experiencia otorga al narrador una lucidez que lo vuelve extremadamente vulnerable, como si hubiera sido proyectado a otra dimensiรณn en la que percibe, con claridad deslumbrante, el dolor propio y el ajeno. Los personajes de Tokio Blues son adolescentes fragiliza-dos por experiencias dolorosas, todos ellos se encuentran al final de una etapa, el momento en que deben decidir quรฉ clase de vida habrรกn de llevar en el futuro. Se plantea entonces esta disyuntiva: vivir una vida โnormalโ, es decir, trabajar en una transnacional japonesa, construir una familia y empeรฑar su vida en aras del ascenso empresarial o encarnar eternamente la figura del outsider. Podrรญa reprocharse a Murakami el hecho de ser reiterativo con sus personajes y registros. El narrador de Tokio Blues, sobre todo, es increรญblemente similar al de Al sur de la frontera al este del sol y al de Sputnik mi amor. Sin embargo, de los tres libros, รฉste es en el que el personaje principal estรก mejor apuntalado. El tema de la muerte de los seres queridos y la fugacidad de la vida, que en las otras novelas sรณlo se insinรบa, se despliega aquรญ con una intensidad ensordecedora que contagia el estado anรญmico del lector. Tokio Blues no solamente narra el paso a la edad adulta, sino a la madurez que se adquiere cuando uno se enfrenta de cerca con la muerte โya sea de un hermano o de la parejaโ, con la pรฉrdida y la imposibilidad de permanecer. En esta novela, mรกs que en ninguna otra, Murakami describe los eventos cotidianos โincluida la naturalezaโ con una sensibilidad inusitada que los hace parecer excepcionales, y lo que los vuelve asรญ es la conciencia de su inminente desapariciรณn.
Pero no sรณlo el narrador es muy logrado, tambiรฉn los personajes femeninos son memorables. Gracias a ellos, Watanabรฉ descubre la ternura y la fraternidad, pero tambiรฉn la resistencia y la pasiรณn por la vida. Midori, por ejemplo, es una superviviente. Como Watanabรฉ, ha logrado sobrevivir al sufrimiento sin perder la frescura.
En esta novela, Haruki Murakami sugiere que no sรณlo es posible distraerse o resignarse al dolor de la existencia. Despuรฉs de un largo periplo, Watanabรฉ llega esta conclusiรณn: Ni la verdad ni la sinceridad, ni la fuerza, ni el cariรฑo son capaces de curar esta tristeza. Lo รบnico que puede hacerse es cruzar ese dolor esperando aprender algo de รฉl, aunque todo lo que uno haya aprendido no le sirva de nada la prรณxima vez que la tristeza lo visite de improvisto. Asรญ, Watanabรฉ decide aceptar el dolor como parte de la vida; optar por la vida con todo lo que contiene, incluidos el sufrimiento y la muerte.
Tokio Blues nos enfrenta a emociones y a lugares que la sociedad quisiera esconder a toda costa, como los velatorios y los hospitales, los puentes donde viven los mendigos. En esta novela se subraya un tipo de belleza que nunca vemos en las revistas de moda o en los comerciales: la belleza de la fragilidad humana, de las cicatrices emocionales. Las mujeres de este libro son hermosas por hipersensibles, inadaptadas y freaks, y porque su historia las vuelve รบnicas. Se trata de un relato lacerante y a la vez de una vitalidad que sorprende, sin artificios; una novela honesta como pocas. Al terminar la lectura, conviene repasar otra vez las pรกginas del inicio. La sensaciรณn entonces es totalmente distinta y permite situar a Tokio Blues en el grupo al que pertence : el de los libros que habrรญa que leer cada vez que olvidamos cuรกles son las cosas importantes de la vida. Poco importa si es comercial, repetitivo o pop, Muraka-
mi, nos conecta con los voltajes de nuestra adolescencia, recorre el velo que oculta la intensidad del mundo, y nos convence una vez mรกs de su genio indiscutible. Sรณlo quedan dos opciones : odiarlo o agradecerlo. ~
(ciudad de Mรฉxico, 1973) es escritora. En 2011 publicรณ en Anagrama El cuerpo en que nacรญ.