A 35 años de un encuentro histórico

A más de tres décadas del “Encuentro Vuelta”, las conferencias en El Colegio Nacional de “La libertad de Vuelta” abrieron un diálogo sobre populismos y desigualdad, y los principales desafíos del liberalismo.
AÑADIR A FAVORITOS
Please login to bookmark Close

Actualmente el panorama político mundial enfrenta retos que hace tres décadas resultaban inimaginables. El día de ayer en el marco de las primeras mesas de discusión del encuentro La Libertad de Vuelta efectuadas en El Colegio Nacional, ocho autores pusieron a discusión algunos de los temas más relevantes para pensar y entender nuestro presente desde un debate hilvanado por la pluralidad de posturas. Si en 1990 la reciente caída del muro de Berlín motivó la reflexión crítica del Encuentro Vuelta en torno al totalitarismo, hoy parece imprescindible ponderar el estado actual de la democracia liberal ante la amenaza de los populismos y la inserción de panoramas inéditos como el auge de la inteligencia artificial. 

Enrique Krauze dando inicio al ciclo de conferencias “La libertad de Vuelta” en El Colegio Nacional.

La primera mesa, “Economía y crisis de representación”, moderada por la periodista española Andrea Aguilar, contó con la participación del economista e investigador mexicano Carlos Elizondo-Mayer Serra, el analista y notable crítico del trumpismo David Frum, y el politólogo búlgaro Ivan Krastev. El diálogo versó, entre otras cosas, sobre el desencanto que existe en ciertos sectores de la población mundial que no se sienten representados por las decisiones económicas de sus gobiernos y sobre qué posibilidades reales existen para replantear la manera de acometer la desigualdad.

A propósito, Elizondo-Mayer Serra mencionó que las democracias capitalistas enfrentan una tensión fundamental en tanto que pueden abrir un espacio para la igualdad en la competencia de mercado, pero también se enfrentan a la desigualdad generada por este mismo esquema; es esto lo que ha permitido el éxito de discursos políticos que apuestan por una vía distinta y antidemocrática. 

Krastev sostuvo que el caso de Europa Oriental resulta significativo para preguntarnos si acaso los populismos están destruyendo la economía, dado que países como Polonia se encuentran con una población satisfecha gracias a su crecimiento económico. Por lo que, desde su punto de vista, no es un fenómeno global, sino con matices que cambian de región a región. Asimismo, recordó que, según John Naisbitt, actualmente las naciones se enfrentan al problema de no poder alcanzar democracia, soberanía e integración a la economía mundial al mismo tiempo. De ahí que Europa se haya interesado más por cultivar su soberanía.

De izquierda a derecha: David Frum, Ivan Krastev, Carlos Elizondo-Mayer Serra y Andrea Aguilar.

Desde la perspectiva de Frum, la ciencia económica lidia con algunos problemas inevitables para los seres humanos –escasez de materiales, información incierta y la inevitabilidad del cambio a lo largo del tiempo– que se resuelven prácticamente de dos maneras generales: desde el control o el acuerdo. Las economías de control son planificadas por el Estado; las de acuerdo, dependen de las interacciones del mercado. En ese sentido, el populismo tiende al control, mientras que los liberales abogan por el acuerdo.

La diferencia de esas perspectivas, para Frum, es que las economías de acuerdo basadas en el libre mercado pueden aprender de sus errores y de sus críticos, pues han sabido integrar elementos de control para alcanzar mayor estabilidad. Apuntó que, aunque en México la palabra “neoliberal” se usa como un insulto, fue acuñada para representar esa capacidad de aprendizaje que permitió modificar el liberalismo clásico para evitar sus crisis. Algo preocupante de quienes defienden el control económico es que la historia ha mostrado no pocos ejemplos de cómo suelen ser reticentes al aprendizaje y a la integración de otras estructuras.

Elizondo-Mayer señaló que, dentro de este esquema de control y acuerdo, el caso de China es destacable dado que ha logrado mantener un equilibrio entre ambas. Sin embargo, no es posible replicar su apuesta en el caso mexicano porque China tiene características como nación que no tiene nuestro país. Krastev añadió que la economía China es insólita por su nivel de competencia, pero que también la economía mundial se encuentra ante avances tecnológicos inéditos, como la big data, que le permiten conducirse con nuevas ventajas y desventajas.

La segunda mesa de la tarde, “El malestar en las sociedades liberales”, contó con la participación de Enrique Krauze, director de Letras Libres y miembro de El Colegio Nacional; el pensador del liberalismo Mark Lilla; el escritor y crítico de la cultura Ian Buruma; Leon Wieseltier, editor de la revista Liberties; y, de nueva cuenta, con Ivan Krastev. El principal asunto de discusión fue poner sobre la mesa cómo podría acometerse la creciente tendencia actual de insatisfacción con el liberalismo.

De izquierda a derecha: Mark Lilla, Ivan Krastev, Enrique Krauze, Ian Buruma y Leon Wieseltier.

Con su distintiva desenvoltura, Lilla invitó a dejar de lado el autoflagelamiento en el que suelen caer los liberales e exhortó a pensar, más bien, en qué estará ocurriendo con las personas que ya no se sienten identificadas con esta corriente política. Así, peguntó al auditorio por qué comienzan a escasear las personas que comulgan con los valores del liberalismo. Al respecto, Wieseltier señaló que quizá ese descontento proviene de que a éste se le ha exigido que resuelva todas y cada una de las aristas de las preocupaciones humanas. Sin embargo, el liberalismo es una visión antitotalitaria del mundo. No da sustento psicológico, filosófico ni existencial. No ofrece cumplir con todas las demandas. Por ello, se preguntó si acaso las personas están esperando demasiado de un marco político.

Buruma añadió que no le parece mal que se tenga una perspectiva cuestionadora hacia el liberalismo, pues considera, como Isaiah Berlin, que una de sus raíces está, precisamente, en la autocrítica. Pero observó, más bien, que la discusión tiene algunas imprecisiones lingüísticas dado que la palabra “liberal” se utiliza de modos distintos, además de que el cambio radical entre los intereses clásicos de los partidos políticos es la que ha permitido la entrada de discursos demagógicos. De ahí que considere que la crítica al liberalismo es, de hecho, una crítica al viraje de los partidos.

Krastev consideró que la crisis del liberalismo es, más bien, una crisis de identidad, pues quizá durante el siglo XX se definió principalmente por quiénes eran sus enemigos. Por eso, las nuevas generaciones dan por sentado ciertos valores y elementos que constituyen a las sociedades ahora de forma casi automática, cuando antes implicaron una lucha y una búsqueda. Enriquecida por opiniones contrastantes, la mesa dio lugar a un debate en torno a qué puede hacer el liberalismo en torno a la insatisfacción de la población en diferentes lugares del globo. Mientras que Lilla se preguntó sobre qué es lo que puede ofrecer a las personas decepcionadas por este esquema, Wieseltier recalcó que esta falta de sentido humano es una preocupación existencial o religiosa, pero no política. Desde su óptica, uno de nuestro grandes problemas actuales es la sobrepolitización del mundo, pues hay muchas insatisfacciones y preguntas que se deben de pensar desde otras perspectivas.

Enrique Krauze durante la conferencia “El malestar en las sociedades liberales”

El papel de los medios de comunicación, el auge del individualismo y de las sociedades materialistas, así como la propagación de una cultura laica y secular frente a la predominancia religiosa del pasado fueron otros temas que se tocaron en la discusión. Lilla recalcó que ya hay muestras de que el liberalismo está siendo insuficiente: los movimientos posliberales, por ejemplo, de cuño neocatólico.

La pregunta sigue abierta: ¿cómo enfrentar las múltiples amenazas a la libertad en una época de desencanto? Hoy el debate continuará con dos mesas más por la tarde. ~


    ×

    Selecciona el país o región donde quieres recibir tu revista: