Durante la reunión plenaria del grupo financiero Citibanamex, Ricardo Anaya fue entrevistado por Leonardo Curzio, quien le preguntó sobre un posible acercamiento con el presidente Enrique Peña Nieto para pedirle que terminen los ataques en su contra y su apoyo para impedir que Andrés Manuel López Obrador llegue a la presidencia. El candidato respondió: “Yo estoy absolutamente abierto a construir con quienes haya que construir para ganar esta elección y darle viabilidad al futuro del país”. Su declaración fue interpretada por sus detractores como un posible acuerdo cupular que viola su postura en contra del actual gobierno. El panista aclaró que no busca acuerdos con el gobierno sino un llamado a la ciudadanía para que ejerza un voto útil.
Según Andrés Manuel López Obrador, la posible alianza entre el PRI y el PAN ha sido orquestada por un grupo de empresarios que desean la declinación de José Antonio Meade en favor de Anaya. Javier Lozano y Jorge Camacho, voceros, respectivamente, de Meade de Margarita Zavala, manifestaron que han sido presionados por parte de la iniciativa privada para fortalecer una sola opción contra el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia. Ante estos comentarios, Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, afirmó: “Los empresarios organizados no tenemos candidato ni partido; no impulsamos el voto corporativo a favor o en contra de alguno de ellos. Las propuestas que son en beneficio del país las aplaudimos y las que no las señalamos”.
Estas son algunas de las opiniones que se han publicado hasta el momento respecto a este tema.
Al inicio de la contienda, Meade se había perfilado como el candidato de los empresarios, pero después del primer debate los hombres y mujeres de negocios lo han abandonado. Según este artículo de Mario Maldonado, “hoy José Antonio Meade es una “apuesta fallida”, una “mala inversión”. Ricardo Anaya emerge entonces “como una de las pocas posibilidades para contener a López Obrador, cuyas propuestas de cancelar la reforma educativa, revisar los contratos petroleros, congelar el precio de las gasolinas y echar atrás el proyecto del nuevo aeropuerto los tiene aterrados”.
A pesar de la presión empresarial, la declinación del candidato del PRI-PVEM-NA no tiene viabilidad constitucional, como explica Eduardo R. Huchim. Sería ilegal que Anaya sustituyera a Meade o que los votos de Meade se sumaran a los de Anaya: “Cualquiera que fuere el escenario, si el gobierno y su partido lo deciden, la forma pragmática para una virtual declinación sería que Peña Nieto, el PRI y los gobernadores priistas echaran a andar la poderosa maquinaria priista-gubernamental para movilizar sus estructuras en favor de Anaya. Algo como lo que algunos analistas creen que se hizo en 2006, en favor de Calderón”.
Si bien el traslado de votos de un candidato a otro el día de la elección es una operación ilegal, las intenciones de voto de los electores pueden cambiar antes de la elección, aunque para que el voto sea realmente útil, tendría que concentrarse en un solo candidato. Reflexiona Enrique Quintana, director general de El Financiero: “[…] en el actual ambiente político, el llamado voto útil difícilmente puede modificar el orden de preferencias de los electores”.
Jesús Silva-Herzog Márquez escribe en su columna acerca de las medidas “aberrantes” que el grupo gobernante está dispuesto a tomar para impedir que López Obrador llegue a la presidencia. Sobre lo que ha llamado el “coqueteo del Frente con el PRI” comenta: “No veo el acercamiento de Anaya como un escarceo inocente y estratégicamente legítimo sino como un asomo de obscenidad. Quien hace poco llamaba al procesamiento del presidente, ahora sueña con entrevistarse con él y pactar el operativo del voto útil. Estar dispuesto a ese pacto es estar dispuesto a cualquier cosa. ¿Qué permisos se piensan otorgar Anaya y los suyos para remontar la desventaja?”.
Para Roger Bartra, el llamado al voto útil es una práctica que forma “parte de la competencia democrática”. Sin embargo, el peso de la elección recae en los ciudadanos indecisos, quienes tendrán que elegir entre alguna de las dos opciones posibles: “Para imaginar el posible desenlace es útil pensar en los sentimientos que predominarán en la franja indecisa, mudable y voluble. Si imperan en ella la desesperación y la rabia que se ha apoderado de una gran parte de los que se inclinan por el populismo, seguramente ganará Morena. Pero si dominan allí la sensatez y la prudencia, el candidato del Frente triunfará”.