El pasado miércoles 8 de junio, la senadora Xóchitl Gálvez notificó a Jesús Ramírez Cuevas, coordinador general de Comunicación social y vocero del Gobierno de la República, que el próximo lunes 12 de junio a las 5:30 de la mañana asistirá a la puerta de Palacio Nacional, a fin de que se le permita el acceso al salón Tesorería, donde cada mañana transcurre la conferencia del titular del Ejecutivo.
Ahí, en cumplimiento de la resolución derivada del juicio de amparo 1991/2022, que concede a Gálvez la protección constitucional para que pueda ejercer el derecho de réplica, se le deberá conceder la palabra en las mismas condiciones en que fue aludida el 5 de diciembre pasado, cuando el presidente López Obrador la acusó de querer desaparecer los programas sociales de asistencia. En esa misma fecha, Gálvez solicitó públicamente que se le permitiera ejercer esta réplica en la mañanera. Un día después, el presidente respondió negativamente, y añadió: “si la autoridad competente me lo exige, cumpliría”. El mandamiento de un juez finalmente llegó esta semana.
Cabe recalcar que el planteamiento del Consejo Nacional de Litigio estratégico que acompaña a la senadora en esta sesión no sólo es pertinente sino también novedoso, tomando en cuenta que la resolución dictada por el Juez Segundo de Distrito en Materia Civil de la Ciudad de México reconoce a la mañanera como un medio de difusión de información con impacto superior a cualquier otro medio existente. Por otro lado, la resolución también delimita el ejercicio de derecho de réplica a la información que la motiva. En ningún caso podrá la senadora emitir juicios de valor u opiniones sobre temas distintos a las afirmaciones del presidente, ni realizar ataques a terceras personas.
Previsiblemente, el presidente López Obrador expresó de nueva cuenta su negativa a recibir a la senadora. De este modo no solamente viola el derecho de réplica, garantizado en el artículo 6 de la Constitución, sino que estaría abiertamente desafiando un mandamiento judicial, cosa nada sorprendente. Amparado en una supuesta “reserva del derecho de admisión” –a la que no está facultado, si consideramos que la conferencia mañanera presidencial es un acto público de gobierno que se lleva a cabo con un presupuesto asignado directamente del erario, en un recinto público como lo es el antiguo salón de la Tesorería–, López Obrador intenta engañar una vez más a los ciudadanos, calificando al ejercicio legítimo de un derecho humano y constitucional como “acto de propaganda”. Reta a la senadora a realizar su propia “mañanera”, sin reparar en que el propio artículo 16 de la Ley reglamentaria del artículo 6º constitucional establece de manera expresa que tratándose de “información transmitida a través de un prestador de servicios de radiodifusión o uno que preste servicios de televisión o audio restringidos, la rectificación o respuesta tendrá que difundirse en el mismo programa y horario (el subrayado es mío) y con características similares a la transmisión que la haya motivado”, y que no hay foro que tenga mayor fuerza de exposición que la conferencia mañanera de un presidente.
Por último, afirma el mandatario que la conferencia matutina es un medio de información “que debe mantener un nivel” (aunque, de acuerdo con datos dados a conocer por la firma SPIN, en ella se habían vertido un total de 101,155 afirmaciones no verdaderas al cierre del cuarto año de gobierno), omitiendo de manera conveniente que por ser precisamente la “mañanera” un medio de comunicación de la mayor trascendencia, las afirmaciones que en ella se realizan tienen especial relevancia por su impacto en la vida de los gobernados aludidos, lo que vuelve imperativo el ejercicio del derecho de réplica en esa misma plataforma y con los mismos medios de los que echa mano el presidente. Conforme a la fracción II del artículo 2 de la ley reglamentaria, toda persona tiene derecho “a que sean publicadas o difundidas las aclaraciones que resulten pertinentes, respecto de datos o informaciones transmitidas o publicadas por los sujetos obligados –como lo es el propio López Obrador–, relacionados con hechos que le aludan, que sean inexactos o falsos, cuya divulgación le cause un agravio ya sea político, económico, en su honor, vida privada y/o imagen”.
Sin duda, la defensa que la senadora está llevando a cabo de su derecho humano a la réplica es un capítulo que va para largo en el historial de abusos de poder en esta administración y con este presidente. Si bien Gálvez ha obtenido esta resolución a su favor, la Presidencia y su área de Comunicación social aún pueden intentar revertirla mediante los recursos que interponga la consejería jurídica ante las instancias superiores. La senadora también puede solicitar medios de apremio para el cumplimiento de las resoluciones judiciales en contra del presidente, que abarcan desde la imposición de una multa hasta, probablemente, la solicitud del acceso forzoso de la senadora al salón de Tesorería por todos los medios legales al alcance de los gobernados.
El presidente parece ejercer su poder desde la consideración de que el gobierno y todas sus instituciones le pertenecen, son de su propiedad y puede usarlas como mejor le plazca y convenga a sus intereses particulares. Pero la mañanera es un foro público pagado con el dinero de cada mexicano y mexicana que paga impuestos, servicios, etc. A través de la defensa de su ejercicio humano de réplica, Xóchitl Gálvez está defendiendo para todos no solo la institucionalidad, sino la república que se nutre de la pluralidad y la diversidad, que son la esencia de la democracia misma, sin reserva de admisión alguna. ~
es licenciada en derecho con especialidad en derecho fiscal por la UDLAP. Activista en favor de la cultura de la legalidad.
