El feminismo como movimiento emancipador enfrenta graves riesgos de cara al auge de las guerras y de los autoritarismos de diverso signo ideolรณgico, situaciones que actualizan viejas preguntas respecto a los roles de gรฉnero y desafรญan las certezas actuales en cuanto al tema de las identidades y el activismo polรญtico. Escogรญ en estas lรญneas plantear interrogantes en lugar de respuestas, porque se trata de debates candentes dentro de las distintas corrientes, en los que, en ocasiones, se cree que todo estรก dicho. No es asรญ, no todo estรก dicho, menos en movimientos que se precien de libertarios y democrรกticos.
La invasiรณn rusa a Ucrania ha puesto en primer plano uno de los mรกs duros dilemas del feminismo, el relativo al rol que las mujeres debemos cumplir dentro de las guerras. Las comunistas del siglo XX aceptaban la necesidad de la violencia revolucionaria y de las guerras de liberaciรณn nacional, pero rechazaban abiertamente los enfrentamientos entre paรญses capitalistas, en particular los alimentados por el nacionalismo. Tambiรฉn promovieron la participaciรณn de las mujeres como soldadas de los ejรฉrcitos regulares de los paรญses socialistas. La guerra no tiene rostro de mujer, estupendo texto de la Premio Nobel bielorrusa Svetlana Alexievich,testimonia las historias de las efectivas soviรฉticas en la Segunda Guerra Mundial. Las discusiones del feminismo sobre este tema han continuado y giran alrededor de una pregunta: ยฟlas mujeres debemos participar en el mundo militar, en igualdad de condiciones con los hombres, o tal participaciรณn es una domesticaciรณn de la causa feminista, sometida a las reglas patriarcales inmanentes al nacionalismo y a la existencia de ejรฉrcitos profesionales?
Esta interrogante trasciende el debate sobre el techo de cristal de los ascensos dentro de las fuerzas armadas y la visibilidad de las mujeres en lo mรกs alto de la jerarquรญa militar. Los feminismos radicalmente anticapitalistas y antipatriarcales rechazan el uso de las armas en cualquier contexto, mientras que los de raรญz liberal, socialista, socialdemรณcrata y centrodemรณcrata consideran que la existencia de las fuerzas armadas obedece a realidades histรณricas de las que no se puede escapar. Por ejemplo: ยฟpodemos pedirle a las ucranianas que no defiendan a su gente del ejรฉrcito ruso a pesar de que viven en un contexto en el que los varones lideran todas las instancias de poder?
La guerra en el este de Europa ha puesto sobre el tapete otro dilema: mujeres, menores de edad y hombres mayores de sesenta aรฑos constituyen el grueso de un contingente enorme de refugiados. Los varones entre los dieciocho y los sesenta aรฑos deben quedarse a defender Ucrania. La derecha antiliberal, e incluso pensadoras sobre el tema de los gรฉneros como Camille Paglia, argumentan que los hombres siguen encargรกndose de las labores mรกs peligrosas y duras de la sociedad, mientras el feminismo lucha por la igualdad de salarios y por el aborto. ยฟLa divisiรณn de roles por gรฉnero es o no es aceptable en el contexto de la guerra y de las labores mรกs riesgosas?
El cuerpo de la mujer es el objeto fundamental de la polรญtica feminista en las democracias liberales, incluso en las muy imperfectas de Amรฉrica Latina. El derecho al aborto, la penalizaciรณn del acoso sexual, el combate al feminicidio, el matrimonio y la adopciรณn en el caso de las lesbianas, el reconocimiento de las trans y las polรญticas contra la violencia de gรฉnero constituyen objetivos compartidos del feminismo latinoamericano. Pero este conjunto de demandas no ha encontrado partidos polรญticos de gran arraigo popular que no duden en hacerlas suyas sin reservas, sobre todo cuando se tocan los temas รกlgidos: aborto, lesbianas y trans. Los partidos de izquierda, centroizquierda y centroderecha han tenido que negociar tanto el voto del conservadurismo tradicional de raigambre catรณlica como el voto conectado con el poder creciente del evangelismo pentecostal en la regiรณn. Los partidos saben perfectamente que cuando se habla de los derechos LGBTQ y de la legalizaciรณn del aborto hay que andarse con pie de plomo en todos los sectores sociales. ยฟDebemos las feministas recurrir a los tribunales y a los parlamentos para lograr reivindicaciones impopulares para una franja importante de mujeres pobres y racializadas, al estilo de las pertenecientes a los movimientos indรญgenas que apoyaron a Evo Morales en Bolivia? ยฟEl activismo debe apuntar a la bรบsqueda de consensos y no exclusivamente de imposiciones desde arriba?
En esta orientaciรณn, vale la pena subrayar que el territorio ganado puede perderse si no existe un acuerdo de fondo. Donald Trump obtuvo el apoyo de un segmento importante de la clase trabajadora โincluso de raรญz afroamericana e hispana, por no hablar de las mujeres que lo respaldaronโ seรฑalando el carรกcter elitista del partido Demรณcrata, orientado a la correcciรณn polรญtica y a las peticiones de principio sobre los derechos de las identidades LGBTQ, las identidades raciales y las acciones en favor del aborto y en contra del acoso sexual. Recientemente, la filรณsofa espaรฑola Clara Serra publicรณ un artรญculo titulado โContra la extrema derecha: un feminismo para todo el mundoโ (El Paรญs, 8 de febrero de 2022), en el que seรฑala que la precariedad laboral actual provoca altos รญndices de frustraciรณn masculina, caldo perfecto de cultivo para que la derecha tenga รฉxito al momento de seรฑalar al feminismo, al movimiento LGBTQ y a los inmigrantes como los motivos de la desgracia colectiva y del naufragio de la masculinidad y la familia. Serra indica que Vox, partido de derecha antiliberal espaรฑol, sube en las preferencias populares, especialmente entre hombres, quienes constituyen nada mรกs y nada menos que el 75% de sus votantes. ยฟLas distintas corrientes del feminismo deben hacer la vista gorda ante lo que estรก ocurriendo en el mundo y atrincherarse en la polรญtica identitaria, la cual seรฑala que el feminismo es asunto de las mujeres, o deben buscar โun feminismo para todo el mundoโ?
Los dilemas aquรญ esbozados interpelan a los movimientos feministas y postfeministas de todas las tendencias y condiciones sociales, รฉtnicas, nacionales, econรณmicas y sexuales. El horror de una guerra que podrรญa escalar a un conflicto mundial y el alza de gobiernos y partidos intolerantes, machistas y opuestos a las libertades fundamentales deben convocar a una reflexiรณn acerca del papel de las mujeres y de sus luchas, en el contexto de la actual correlaciรณn de los poderes en el mundo.
Escritora y profesora universitaria venezolana. Su รบltimo libro es Casa Ciudad (cuentos). Reside en la Ciudad de Mรฉxico.