Foto: EU2017EE Estonian Presidency [CC BY 2.0 (https://creativecommons.org/licenses/by/2.0)]

El Brexit en clave music hall

Boris Johnson, quien hoy asume el puesto de primer ministro del Reino Unido, ha llegado a esa posiciรณn no por su probidad ni por su profesionalismo, sino por su cinismo carismรกtico.
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Boris Johnson, reciรฉn electo primer ministro del Reino Unido, centrรณ su campaรฑa en un dilema que no admite duda, un slogan simple y eficaz: โ€œdo or dieโ€. Entre hacer y morir la elecciรณn es relativamente sencilla. Y es aplastante porque entre el hacer y el morir se negocia el nacionalismo, la identidad y los intereses de millones de personas en el Reino Unido (RU) y en la Uniรณn Europea (UE). Boris Johnson ha prometido sacar al RU de la UE cueste lo que cueste y renegociar la frontera irlandesa, ahora de magnitud europea.

โ€œDo or dieโ€ estimula una reacciรณn instintiva, una pulsiรณn de sobrevivencia, una alerta en la que el deber es hacer, aunque signifique salir de la UE sin un acuerdo. La exasperaciรณn de los britรกnicos es poderosa, y pueden apoyar una salida abrupta creyendo que allรญ se acaba el problema. La separaciรณn del bloque europeo y el anhelo de volver a los aรฑos anteriores al Tratado de Mastricht definirรกn las acciones del nuevo primer ministro. El drama que lleva tres aรฑos en cartelera logrando mantener al pรบblico amedrentado estรก por terminar โ€“o eso creen los inocentes.

El primer ministro hereda un problema que รฉl mismo creรณ, primero como enviado del Daily Telegraph a Bruselas, y luego durante la campaรฑa a favor del Brexit. Parte del electorado lamenta haber creรญdo la mentira, pero el exalcalde de Londres la propalรณ activamente inclinando la balanza a favor de la salida de la UE. Boris calรณ el viento y asรญ decidiรณ encaramarse en el Brexit Bus en compaรฑรญa de Nigel Farage, que entonces lideraba Ukip, el partido que ahora como Brexit Party reรบne a los elementos mรกs conservadores, aglutinados en torno al rechazo a la inmigraciรณn.

Lo que pinta a Boris Johnson de cuerpo entero es que, cuando se anunciรณ que 52% de la poblaciรณn votante habรญa decidido la โ€œindependenciaโ€ (otro de esos tรฉrminos que, como morir o hacer, significan mรกs de lo que dicen), el primer sorprendido fue รฉl, porque en principio habรญa sido otra aventura. Boris no se ancla en ninguna ideologรญa ni reivindica otros valores que no sean inspirar la mala fe del electorado, que lo mira con desconfianza porque actรบa como si estuviera a punto de zarpar a Dunquerque. Boris es un hombre teatral.

El Brexit triunfรณ en nombre de la recuperaciรณn de las instituciones nacionales frente a la intromisiรณn de Bruselas, pero Boris ha prometido que no descartarรก nada para lograr lo que el pueblo exigiรณ, incluido suspender el Parlamento para impedir su posible oposiciรณn a abandonar la UE sin un acuerdo. Algo semejante no ha sucedido desde el siglo XVII, y significรณ una guerra civil cuyo propรณsito fue limitar el poder absoluto. El Parlamento es la piedra fundante de la democracia inglesa, la instituciรณn primordial que Boris deseaba proteger y a la que ahora amenaza por cumplir con su funciรณn, que consiste en acotar su poder. Pero ningรบn obstรกculo detiene a Bojo. Vivo o muerto lograrรก arrojarse al precipicio con la indiferente ligereza y el talante de un cรณmico de music hall. Ante la amenaza de cerrar el Parlamento, Gina Miller, quien impidiera en 2017 que Teresa May iniciara el proceso de separaciรณn de la UE sin aprobaciรณn parlamentaria, ha advertido pรบblicamente a Boris que prepara un equipo encabezado por la firma Mishcon de Reya para resistir ahora como entonces el uso arbitrario del poder.

El aspecto de Bojo (asรญ se le conoce cariรฑosamente) es esencial, pero pocos se han detenido a observarlo. La prensa pone atenciรณn a lo que lleva una mandataria, como ocurriรณ con Theresa May, cuyos zapatos son emblemรกticos, o el peinado de la Baronesa Thatcher. No ocurre igual con los polรญticos porque el uniforme les permite disfrazarse. Johnson es el amo del shabby chic. El traje que lleva cumple con las normas del statu quo pero va sobrado, un poco entre casa de campaรฑa y saco de papas en el que parece encontrarse a sus anchas. No serรญa extraรฑo advertir manchas de grasa, cosa que incluso aumentarรญa su encanto. Falta el sombrero, pero en cambio explota el cabello, cuidadosamente despeinado. Bojo es una paradoja en dos pies, un estilo basado en el desenfado juguetรณn y en el desprecio por las convenciones que sin embargo representa.

El โ€œasunto irlandรฉsโ€, que se centra en un territorio disputado desde hace siglos, se vuelve a manifestar en el tema de la frontera. El problema del RU con la frontera de Irlanda del Norte es que esa frontera tambiรฉn lo es de la UE, lo cual modifica radicalmente el equilibrio de poder entre el RU e Irlanda. Durante tres aรฑos, un gobierno fue incapaz de resolver el impasse, y Johnson no ofrece una soluciรณn distinta en este punto contencioso. El primer ministro irlandรฉs reiterรณ que la frontera con Irlanda del Norte debe respetar el Acuerdo de Belfast de 1998, y asegurar la convivencia pacรญfica en la que las dos comunidades contendientes se han acostumbrado a vivir y que valoran. El equilibrio en Irlanda del Norte es precario. La tensiรณn permanece y se manifiesta cรญclicamente, alimentรกndose del nacionalismo. Segรบn los leales a la Corona, ese territorio forma parte del RU. Segรบn los republicanos es al contrario: se trata de una ocupaciรณn.

En julio, Boris Johnson exigiรณ el rechazo de la โ€œbackstopโ€ y demandรณ borrar las 175 pรกginas que ocupa en las negociaciones. Dijo que May habรญa buscado en las negociaciones del Brexit que el RU siguiera siendo parte de la uniรณn aduanera y el mercado comรบn, y aรฑadiรณ que el backstop representa una elecciรณn โ€œinaceptableโ€.

El RU estรก acostumbrado a otras tรกcticas que buscan explotar los puntos dรฉbiles y sembrar la discordia. Es parte de su diplomacia. Aficionados como Rees-Mogg han declarado que el problema en todo caso es de Irlanda. Dadas las actuales condiciones y los propรณsitos confesos de Boris, quizรกs el gobierno irlandรฉs deba sentarse a la mesa de los acuerdos y revisar su posiciรณn. Boris se debe a su pรบblico, ante el cual debe presentar pruebas de que sus bravatas no fueron vanas y que el orgullo nacional ha sido restaurado.

Boris pedalea el sueรฑo del vendedor fraudulento que anima al comprador prometiรฉndole una experiencia excelente, en este caso, los acuerdos de libre comercio que el RU firmarรก con todos los paรญses que convengan a sus intereses. Esos tratados se presentan como panacea reminiscente de la piraterรญa que tantas glorias obtuvo al servicio del imperio. Trump habรญa prometido un negocio fabuloso, pero luego descubriรณ las revelaciones del Daily Mail, ademรกs de que Nancy Pelosi habรญa declarado en Londres, antes de la visita del presidente, que ningรบn tratado serรญa posible si afectaba el Acuerdo de Belfast. Un tratado con China tambiรฉn peligra por la prohibiciรณn de Trump de negociar con Huawei y por la violencia en Hong Kong. La tensiรณn en el estrecho de Ormuz contribuye a la vulnerabilidad de un paรญs que ha demostrado ser ingobernable pero que cuenta con la actitud resuelta y heroica de Boris, aunque cueste desintegrar la amada uniรณn en una renovada negociaciรณn bleitzkrieg que solo puede realizarse de mala fe.

La fractura entre quienes lo arriesgan todo porque estรกn por encima del fracaso de la naciรณn y quienes desean continuar dentro de la UE es muy profunda. Mientras los eurofรณbicos intimidan al gobierno y amenazan con suspender el Parlamento, Escocia votรณ mayoritariamente por permanecer en la UE y desde entonces ha ejercido presiรณn para realizar un referรฉndum sobre su independencia del RU. Este desacuerdo abre un problema de representaciรณn, ya que el Partido Conservador insiste en rechazar un segundo referรฉndum que ponga el dilema en manos del pueblo, ignorando la voluntad de los escoceses y tambiรฉn la de Irlanda del Norte, que votรณ por permanecer en la UE. Cambiar de opiniรณn sobre los beneficios de pertenecer a la UE no es patriรณtico.

Por lo demรกs, parte del electorado no era mayor de edad hace tres aรฑos y la demografรญa acaso alarme a quienes rechazan un segundo referรฉndum en el que quienes votaron por abandonar la UE han tenido tiempo de reflexionar. Esto no quiere decir que quienes desean permanecer ganarรญan, sino que por las circunstancias dolosas de la campaรฑa previa es necesario verificar si en efecto los britรกnicos desean abandonar la UE.

En su ediciรณn del 14 de julio, The Observer recuerda una anรฉcdota pertinente porque define lo que la UE y particularmente Irlanda pueden esperar. Durante una cena privada cuando era Ministro de Exteriores del gabinete de Theresa May, Johnson pidiรณ a sus comensales que imaginaran lo que Trump harรญa con el Brexit. โ€œYo lo admiro cada vez mรกsโ€, dijo Boris. โ€œCada vez me convenzo mรกs de que hay mรฉtodo en su locura. Trump pegarรญa duro. Habrรญa toda clase de problemas, trastornos, caos. Todos pensarรญan que se volviรณ loco. Pero realmente quizรก esa sea la รบnica forma de lograr algoโ€. Johnson es primer ministro no por su probidad ni por su profesionalismo, sino por su cinismo carismรกtico. Para Bojo es cosa sencilla: ยฟquรฉ mรกs da un poco de caos? Las advertencias de Mark Carney acerca de una recesiรณn peor que la de 2007 no lo afectan, como tampoco a los blancos ricos y viejos que nada tienen quรฉ perder.

Ante tales palabras, en Dublรญn el premier irlandรฉs ha advertido por primera vez la urgencia de prepararse para una salida abrupta del RU. Cueste lo que cueste, Bojo acabarรก con la incertidumbre, aunque eso signifique desestabilizar la frontera irlandesa y afectar el intercambio mercantil con 26 paรญses, los mรกs cercanos y que representan una buena parte de la exportaciรณn de bienes britรกnicos. El primer ministro confรญa en que su locura tenga mรฉtodo y que la bravata no se convierta en un futuro aciago. En el mejor de los casos, Boris es un payaso siniestro y el prรณximo 31 de octubre la fiesta gore serรก en Downing Street: Halloween le ofrece una fecha propicia para alcanzar de una vez el catastrรณfico Brexit, en clave de music hall.

 

 

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