Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, el escritor y periodista neoyorquino Paul Berman analizó el terror islamista en Terror y libertad (Tusquets, 2007). El ensayo, que pronto figuró en la lista de libros más vendidos de The New York Times, mostraba claramente cómo el islamismo radical está vinculado al totalitarismo europeo. Además del fascismo y el comunismo, a la hidra le había crecido otra cabeza: la islamista. Por teléfono desde Nueva York, el intelectual judío explica cómo el terror de Hamás confirma esa imagen.
El ataque terrorista de Hamás se ve como un ataque a Israel. ¿Pero no debería verse en un contexto más amplio? ¿No es el 7 de octubre comparable al 11 de septiembre o a los atentados islamistas de París en 2015?
Creo que tiene razón. Me parece un error interpretar a Hamás solo como un movimiento nacionalista local. El establecimiento de un Estado palestino convencional no satisfaría sus demandas.
Piensa más allá.
Sí, forma parte de un movimiento islamista internacionalista más amplio. El objetivo último del islamismo es establecer un determinado tipo de islam en el mundo musulmán y más allá. No olvidemos tampoco que Hamás interpreta el sionismo como una conspiración mundial contra el islam, no solo como una cuestión local. Eso significa que la lucha de Hamás tiene obligatoriamente una dimensión mundial.
El terror islamista se basa a menudo en atentados suicidas. ¿Fue diferente el atentado de Hamás? ¿O es que los terroristas no esperaban salir con vida?
De hecho, el atentado se llevó a cabo en la modalidad de una operación suicida. Y no estoy seguro de que realmente sobrevivieran muchos atacantes. Pero es difícil dar con cifras exactas.
¿Cómo se determina que fue una operación suicida?
Solo hay que ver cómo procedió Hamás. Los atacantes llegaron a un kibutz, entraron en las casas y permanecieron allí durante muchas horas hasta que apareció el ejército israelí, entonces hubo una batalla. Si hubieran querido sobrevivir, no se habrían quedado, habrían matado al mayor número posible de personas lo antes posible. Luego se habrían retirado a Gaza. Pero se quedaron. Así que vemos una característica del terrorismo islamista cuyo objetivo principal es causar masacres…
Se trata explícitamente de violencia…
Sí, y el segundo objetivo es permitir que los terroristas mueran como mártires. Aunque nos cueste entenderlo. Los atentados suicidas nos parecen irracionales. Por ejemplo, el 11 de septiembre, el ataque terrorista cogió a Estados Unidos completamente por sorpresa porque nadie podía imaginar un ataque tan irracional.
¿Ocurrió algo parecido en Israel?
Es un asunto complicado. El ejército israelí no solo se enfrenta a Hamás desde que se produjeron los ataques. Conoce la naturaleza de su ideología. Creo que el problema es que hay dos tipos de guerra: la guerra convencional, en la que ambas partes tienen una idea similar de la muerte, y la otra guerra, en la que una de las partes no comparte esa idea.
¿Israel subestimó el fatalismo del enemigo?
Los israelíes pensaban que habían establecido algún tipo de lenguaje para comunicarse con Hamás. Hamás comete un acto terrible y los israelíes toman represalias. Saben que pueden bombardear esto o aquello, pero no más. Porque eso rompería el acuerdo implícito. Durante varios años, el pueblo israelí pensó que Hamás había emprendido esta forma de guerra comparativamente poco complicada.
Se descuidaron…
Sí, incluso Netanyahu, que siempre se ha presentado como el hombre inteligente que entiende lo fundamentalistas que son estos movimientos dirigidos contra Israel.
¿Ha olvidado que Hamás tiene una idea diferente de la muerte?
Verá, Hitler también tenía una idea diferente de la muerte. Hitler no quería obligar a sus enemigos a ponerse de acuerdo, quería exterminar a sus enemigos. Al final, él y todos los altos cargos del Partido Nacionalsocialista se suicidaron. Así que quería que sus enemigos murieran, y si ellos no morían, quería que murieran él y los que le rodeaban. Y eso no está tan lejos de la idea de Hamás. Hamás toma mucho prestado del idearioi.
¿Puede aclarar eso?
Hamás es una rama de los Hermanos Musulmanes de Egipto. Los Hermanos Musulmanes, que surgieron en la década de 1930 como un movimiento fundamentalista islámico de renovación, se convirtieron en un movimiento de masas que absorbió una serie de ideas europeas. Mussolini y Hitler querían “limpiar” la sociedad y resucitar el Imperio romano a su manera. Hasán al-Banna, el fundador de los Hermanos Musulmanes, fantaseaba con purgas similares y quería revivir el Imperio islámico del profeta Mahoma.
Tomó prestado de los fascistas…
Hasán al-Banna admiraba a Hitler en particular y promovió un culto a la muerte al estilo de Hitler. “El martirio en el camino de Dios es nuestra mayor esperanza” era el lema de Al-Banna. Pero el mayor teórico de los Hermanos Musulmanes fue Sayyid Qutb, que también resultó ser un estudioso del romanticismo inglés. Qutb profundizó las ideas de la Hermandad, cultural y psicológicamente. Y reunió todo eso en su pensamiento sobre los judíos.
¿Cómo era ese pensamiento?
Un documento central del antisemitismo europeo son los falsificados Protocolos de los sabios de Sion, que postulan una conspiración judía nefasta para dominar el mundo. Los Protocolos eran uno de los textos preferidos de Hitler, y el gobierno alemán los distribuyó traducidos al árabe entre los países árabes de la época. Qutb los adoptó para formular su propia teoría conspirativa del mal judío, según la cual los judíos empezaron a conspirar contra el islam en Medina en el siglo VII y siguieron haciéndolo hasta los tiempos modernos, con la intención de destruir el islam.
¿Así que el pensamiento nazi se filtró en los movimientos islamistas?
Sí, Qutb, los Hermanos Musulmanes y sus correligionarios entre los palestinos llegaron a una concepción del mal judío que no estaba arraigada en el islam. En el islam tradicional, los judíos desempeñan un papel diferente, no el de una religión todopoderosa y temible. La idea de que los judíos son omnipotentes y aterradores es una idea europea.
¿Por qué esta idea es importante en relación con Hamás?
Hamás ha adoptado estas concepciones por completo. Puede verse en su carta fundacional de 1988. La carta comienza con una cita del Corán, seguida de un comentario de Al-Banna sobre la eliminación de Israel y, a continuación, sin citarlo, presenta un análisis cultural y psicológico que parece proceder de Qutb. Lo que cita la carta de Hamás son los Protocolos de los sabios de Sion.
El odio a los judíos se declara abiertamente.
En el artículo siete, la carta llama al exterminio de los judíos. Hoy se dice que Hamás es una respuesta a las cosas terribles que Israel ha hecho a los palestinos desde 1948. Pero las ideas mencionadas no son de 1948, sino una mezcla infernal de fundamentalismo islámico e ideologías nazis de los años treinta y cuarenta, que Qutb y otros bastardearon en años posteriores, antes de que Hamás las adoptara a finales de los ochenta.
¿Eso significa que la ideología de Hamás no es una respuesta a la violencia israelí?
No, la ideología de Hamás es, en esencia, una doctrina preisraelí. Es una causa de la violencia, no una respuesta a ella. Los cientos de miles judíos del mundo árabe y musulmán que han huido a Israel han huido precisamente de esta doctrina. Sin embargo, esta percepción parece haberse perdido porque la gente no quiere aceptar que esas doctrinas, esas ideologías, puedan ser la causa de la violencia.
Usted escribió hace veinte años sobre los atentados suicidas en Israel en aquella época. Se dio cuenta de que la popularidad de la causa palestina aumentaba a pesar de los atentados terroristas. Hoy observamos el mismo fenómeno.
A gran escala, sí. Este entusiasmo de la gente por el espectáculo de un pogromo masivo contra los judíos, esta excitación y agitación: es indescriptible por impactante.
En su momento señalaron que cada acto de terror se tomaba como prueba de lo malvados que debían ser los israelíes.
Es una lógica retorcida: cuanto más flagrante es el terror, mayor debe ser la culpabilidad de los israelíes. Sí, la idea es: ¿qué llevó a los asesinos a cometer estas horribles masacres? Debieron hacerles algo terrible. Y por eso siempre oímos hablar de las cosas terribles que les hicieron a los palestinos. Por supuesto, así fue. Pero se hicieron cosas terribles a mucha gente.
¿Se queda corta esta idea?
Hamás ha abrazado abiertamente una ideología de racismo y genocidio. Pero mucha gente no quiere abandonar su idea de que el mundo es un lugar donde hay causas y efectos simples. Y las causas en esta cosmovisión son siempre materiales. Nunca son ideológicas.
Ahora vemos que la gente sigue pensando así.
Y seguirán haciéndolo. La gente es ciega a la ideología que está en juego aquí. Lo vemos en los medios de comunicación, que a menudo son ingenuos. Se ve en los izquierdistas radicales, pero también en personas razonables que no quieren aceptar este pensamiento ideológico. Por eso encuentra muy poca resistencia. Desde el 11 de septiembre de 2001 apenas se han hecho progresos, lo que es realmente inquietante.
No tiene mucha esperanza.
No, no tengo muchas esperanzas. ~
Traducción del alemán de Daniel Gascón.
Publicado originalmente en el periódico suizo Neue Zürcher Zeitung.
Andreas Scheiner es periodista en el diario suizo Neue Zürcher Zeitung.