Los aciertos
Buen inicio con referentes histĆ³ricos. LĆ³pez Obrador se apega al manual de retĆ³rica e inicia su discurso ganĆ”ndose a la audiencia local, dĆ”ndole significado y perspectiva histĆ³rica al lugar que eligiĆ³ para arrancar su tercera campaƱa presidencial: Ciudad JuĆ”rez.
Iniciamos aquĆ la campaƱa como homenaje a este legendario Paso del Norte donde se refugiĆ³ y resistiĆ³ JuĆ”rez y su gabinete en los tiempos de la lucha contra los conservadores y la invasiĆ³n francesa. [ā¦] Ciudad JuĆ”rez ha sido testigo de hechos histĆ³ricos trascendentes y punto de partida de importantes transformaciones. [ā¦] Ciudad JuĆ”rez representa el pasado glorioso, tambiĆ©n el presente de los grandes y graves problemas nacionales. Y tambiĆ©n aquĆ en Ciudad JuĆ”rez como en todo MĆ©xico se estĆ” expresando, manifestando la posibilidad de lograr juntos un mejor porvenir para nuestro pueblo y para nuestra naciĆ³n.
Claridad en el diagnĆ³stico (desde su perspectiva ideolĆ³gica). El tema central del discurso: el neoliberalismo es la causa de los males y el gran enemigo a vencer.
Ha sido tan pronunciada la decadencia del paĆs en los Ćŗltimos tiempos que solo la fortaleza cultural de nuestro pueblo permite explicar por quĆ© tanto aguante, por quĆ© tanta resistencia. Hemos padecido no solo crisis econĆ³mica y colapso del bienestar social, sino corrupciĆ³n polĆtica, inseguridad y violencia. SegĆŗn nuestro diagnĆ³stico el problema se originĆ³ a partir de la aplicaciĆ³n del llamado modelo neoliberal, que no ha dado resultados ni siquiera en tĆ©rminos cuantitativos.
Argumentos racionales efectivos en el diagnĆ³stico. LĆ³pez Obrador presenta evidencia que sustenta su diagnĆ³stico y que, aunque debatible y con sesgos como todo discurso polĆtico, es Ćŗtil para persuadir a su audiencia.
Por ejemplo un trabajador de la industria automotriz en Ciudad JuĆ”rez gana dos dĆ³lares con 47 centavos por hora, mientras en Estados Unidos un obrero con la misma especialidad recibe 29 dĆ³lares por hora, es decir 10 veces mĆ”s. Pero lo mĆ”s injusto e indignante ha sido la pĆ©rdida del poder adquisitivo del salario mĆnimo. El mĆ”s reciente reporte del Centro de AnĆ”lisis Multidisciplinario de la Facultad de EconomĆa de la UNAM afirma que hace 30 aƱos un salario mĆnimo alcanzaba para comprar 51 kilos de tortilla, y ahora solo alcanza para adquirir 6 kilos de tortilla.
Argumentos emocionales efectivos en el diagnĆ³stico. LĆ³pez Obrador es el maestro del manejo del enojo de sus audiencias con narrativas maniqueas del bien contra el mal, y aquĆ no decepciona al invocar a su villano favorito, a su nĆ©mesis polĆtico e ideolĆ³gico: Carlos Salinas.
Desde el gobierno de Carlos Salinas se optĆ³ de manera absurda por abandonar el campo y acabar con la industria nacional, el Estado dejĆ³ de promover el desarrollo. Los defensores del actual modelo econĆ³mico hablan de modernidad, pero no dicen que esa modernidad es sinĆ³nimo de economĆa de Ć©lites y que se excluye a las mayorĆas, y sĆ³lo es provechoso ese modelo para una pequeƱa minorĆa.
Una interesante idea discursiva: āseparar el poder econĆ³mico del poder polĆticoā. Un poco elevada para un arranque de campaƱa en una plaza pĆŗblica, pero una idea muy bien planteada y presentada con una anĆ©cdota.
Hace relativamente poco, un migrante poblano, un hombre mayor en San QuintĆn, Baja California, se acercĆ³ y me dijo: ālicenciado, asĆ como JuĆ”rez separĆ³ la Iglesia del Estado, usted busque, procure con el apoyo del pueblo, separar al poder econĆ³mico del poder polĆticoā.
Los errores (preocupantes)
Como buen populista, AMLO sigue usando el lenguaje como arma para deslegitimar a los adversarios. Recordemos que el discurso populista no solo critica a las Ć©lites econĆ³micas y polĆticas. TambiĆ©n niega a otros actores polĆticos cualquier legitimidad democrĆ”tica. Solo el lĆder y los suyos tienen legitimidad para representar al pueblo. Los demĆ”s son inferiores, inmorales, espurios o, como dice LĆ³pez Obrador, āuna mafia del poderā. De tanto escucharlo se nos ha ido perdiendo de vista el poder de las palabras que elige LĆ³pez Obrador, pero debemos recordar que a un adversario polĆtico se le enfrenta y se le gana en las urnas, mientras que a un mafioso se le rechaza, se le persigue, se le encarcela, se le elimina.
En estos tiempos, el sistema en su conjunto ha operado para la corrupciĆ³n. La corrupciĆ³n se ha institucionalizado [ā¦] Ahora la corrupciĆ³n se ha convertido en la principal funciĆ³n del poder polĆtico, y el encubrimiento, la impunidad y la complicidad son el principal aglutinante de los grupos que se han sucedido en el ejercicio del gobierno sean del PRI o sean del PAN, es lo que yo llamo la mafia del poder.
Soluciones mĆ”gicas a la āRobin Hoodā con cifras poco serias. AMLO sigue alentando por todo el paĆs la idea de que para que la gente pobre gane mĆ”s lo Ćŗnico que hace falta es que el presidente decida que la gente rica gane menos, lo que alienta el rencor en unos y el temor en otros.
AdemĆ”s, hay suficientes razones y datos contundentes para sostener que acabar con la corrupciĆ³n nos permitirĆ” ahorrar cuando menos el 10 por ciento del presupuesto pĆŗblico, es decir mĆ”s de 500 mil millones de pesos. La fĆ³rmula que proponemos consiste en acabar con la corrupciĆ³n para ahorrar esos 500 mil millones de pesos y tambiĆ©n cortar el copete de privilegios que hay en el gobierno. Se van a terminar los sueldos de 600 mil pesos mensuales para los altos funcionarios pĆŗblicos. Vamos a bajar los sueldos de los de arriba porque vamos a aumentar los sueldos de los de abajo.
El peor error de todos: AMLO nos estĆ” diciendo con todas sus letras que nos miente en sus discursos y declaraciones de campaƱa porque no se ha moderado ni piensa hacerlo. Primero, porque sigue pensando que hay bienes que legĆtimamente le corresponden al Estado en manos privadas y que eso es el principal freno al desarrollo. Lo que se concluye es que la soluciĆ³n al problema del desarrollo estĆ” en estatizar o nacionalizar:
En la Ć©poca posrevolucionaria de los aƱos 30 a los 80 del siglo pasado, los gobernantes no se atrevieron a privatizar las tierras ejidales, los bosques, las playas, los ferrocarriles, las minas, la industria elĆ©ctrica ni mucho menos a enajenar el petrĆ³leo. Sin embargo, ahora en estos aciagos tiempos del neoliberalismo los gobernantes se han dedicado, como en el Porfiriato, a concesionar el territorio, a transferir empresas y bienes pĆŗblicos, e incluso en funciones del Estado, a particulares nacionales y extranjeros.ā
Segundo, porque nos dice con total claridad que se ha moderado solo de dientes para afuera, pero que llegando al poder āy logrando la mayorĆa en el Congreso que ya estĆ” pidiendoā revertirĆ” las reformas:
AquĆ abro un parĆ©ntesis para decirle a las maestras, a los maestros que vamos a cumplir el compromiso, se va a cancelar la mal llamada reforma educativa. O para que nadie se vaya para espantar, lo voy a decir de otra manera, mĆ”s suave, nos vamos a poner de acuerdo con los maestros, con los padres de familia vamos a elaborar un plan educativo para mejorar la calidad de la enseƱanza sin afectar los derechos laborales de los maestros.
Y tercero, nos revela que sus llamados al diĆ”logo con el sector privado tampoco son sinceros, como lo demostrĆ³ al volver a decir que cancelarĆ” el nuevo aeropuerto:
Vamos a construir dos pistas en la Base AĆ©rea Militar de Santa LucĆa para resolver el problema de la saturaciĆ³n del actual Aeropuerto de la Ciudad de MĆ©xico. Dicho de otra forma y con mĆ”s claridad, se suspenderĆ” la construcciĆ³n del nuevo aeropuerto en el Lago de Texcoco, y con ello ahorraremos mĆ”s de 200 mil millones de pesos.
El discurso no cierra con un llamado a la acciĆ³n porque el ciudadano es sujeto pasivo del cambio. Lo que importa es que AMLO llegue al poder. Ese es el hito a partir del cual la historia de la patria cambiarĆ”:
Amigas y amigos, en tiempos de tristezas y decepciĆ³n hay un Ć”nimo que despierta y entusiasma el corazĆ³n. [ā¦] Hace mucho tiempo que no existĆa un entusiasmo como el actual ante la inminencia de un cambio de rĆ©gimen, ante la cercanĆa de una transformaciĆ³n mayor; en muchas dĆ©cadas no habĆamos tenido al alcance de la mano, como ahora, la construcciĆ³n o la reconstrucciĆ³n de la patria. Esa es la buena nueva. Estamos a punto de exclamar de manera colectiva, como no se habĆa escuchado en los Ćŗltimos cien aƱos, con toda nuestra alegrĆa, un triunfante Ā”Viva MĆ©xico! Ā”Viva MĆ©xico! Ā”Viva MĆ©xico!
Especialista en discurso polĆtico y manejo de crisis.
