A unas semanas de la elección presidencial en México, algunas encuestas preelectorales publicadas ponen arriba por más de quince puntos a Claudia Sheinbaum. Otras muestran a Xóchitl Gálvez con una tendencia positiva que se acerca al empate técnico. ¿Hay manera de explicar estas diferencias desde la perspectiva metodológica?
La teoría de metodología por encuestas sugiere posibles fuentes de error entre las encuestas, por ejemplo, el modo de aplicación elegido por la casa encuestadora (vivienda, telefónica u online), el método de muestreo, el diseño de cuestionario, el desempeño de los encuestadores en campo, la no respuesta, entre otros.
Me gustaría poner especial atención a un concepto que está relacionado con el error de medición, que es la deseabilidad social. Se entiende por deseabilidad social la tendencia que tienen las personas que responden encuestas a presentarse de manera positiva. Por ejemplo, los encuestados pueden en sus respuestas sobrerrepresentar comportamientos aprobados socialmente (como el voto); o subrepresentar comportamientos que suelen desaprobarse (como mencionar que consumen drogas ilícitas, que están a favor del aborto, o como decir que no se pasan un alto).
En principio, este efecto puede suceder debido al fraseo de las preguntas, al orden de estas en el cuestionario o inclusive en las categorías de respuesta. También sucede cuando las encuestas son realizadas por entrevistadores (ya sea cara a cara o por teléfono), cuya presencia incrementa la amenaza psicológica sobre las personas entrevistadas, lo que las lleva a responder de acuerdo con lo que creen que el entrevistador desea escuchar.
El sesgo de deseabilidad social puede presentar un problema para las casas encuestadoras al recolectar los datos que usan. Por este efecto, algunos entrevistados podrían declarar que votarán por algún partido político por el que en realidad no votarán. Esto generaría falsas expectativas entre ciudadanos, confusión en medios de comunicación y en cuartos de guerra de diversos candidatos.
El concepto de deseabilidad social podría explicar, desde una perspectiva metodológica, parte de las diferencias que vemos en los resultados de las encuestas en el contexto preelectoral. Por ejemplo, podría estar sucediendo que los encuestadores generen cierto estrés entre los electores que reciben programas sociales y, por tanto, que estos potenciales votantes no contesten de forma sincera debido al temor a perderlos.
En la casa encuestadora Defoe decidimos realizar una encuesta en vivienda el pasado mes de marzo con la intención de identificar la potencial existencia de un sesgo de deseabilidad social en encuestas preelectorales en México. Esta encuesta nos permite realizar y presentar el análisis con datos propios, confiables y transparentes. Además, podemos identificar quiénes son los individuos que son susceptibles de presentar este sesgo.
Como contexto, en el periodo de la campaña electoral para presidente se ha registrado que los promedios de las encuestas en vivienda presentan escenarios con mayor ventaja para Claudia Sheinbaum (en promedio 28 puntos de diferencia entre primer y segundo lugar), mientras que, los escenarios de encuestas telefónicas presentan mayor voto por Xóchitl Gálvez y un escenario un poco más cerrado (en promedio 25 puntos de diferencia entre primer y segundo lugar). Por su parte, las encuestas en líneapresentan los escenarios más competidos (en promedio 13 puntos de diferencia entre primer y segundo lugar) [ver gráfica 1].
La encuesta que realizamos incluyó una escala que mide el potencial sesgo de deseabilidad social y que se ha probado en pocos contextos preelectorales. Utilizamos la escala desarrollada específicamente para medir deseabilidad social (Marlowe-Crowne, 1960) y que posteriormente fue recortada para solo tener que incluir una batería de 10 argumentos (Straham & Gerbasi, 1972).
En nuestra encuesta incluimos los siguientes 10 argumentos. Los entrevistados deben responder si estas oraciones son para ellos verdaderas o falsas, y a partir de sus respuestas podemos analizar el impacto que tiene la deseabilidad social en su voto:
• Nunca dudo en dejar lo que estoy haciendo para ayudar a alguien en problemas
• Nunca me ha caído nadie realmente mal
• A veces me da coraje cuando no me salgo con la mía
• A veces soy rebelde contra personas con autoridad aun sabiendo que ellos tienen la razón
• Alguna vez me “he hecho el loco” para quitarme a alguien de encima
• Cuando no sé algo no me da pena admitirlo
• Siempre soy cortés, aun con gente desagradable
• Nunca he dejado que alguien sea castigado por algo que haya hecho yo
• A veces me da envidia la buena suerte de los demás
• A veces me molesta que la gente me pida favores
Tras realizar la encuesta encontramos que sí se percibe la existencia de un sesgo de deseabilidad social. Veamos estos resultados.
La encuesta de Defoe en vivienda muestra una diferencia de 20 puntos porcentuales entre primer y segundo lugar. Al considerar exclusivamente a las personas que no presentan sesgo de deseabilidad social, la alianza Morena-PT-PVEM pierde cinco puntos, mientras que la alianza conformada por PAN-PRI-PRD incrementa su intención de voto también en cinco puntos porcentuales; es decir, la diferencia entre el primer y segundo lugar disminuye a diez puntos de diferencia.
El resultado entre quienes no presentan sesgo de deseabilidad social introduce más los resultados de intención de voto a los resultados electorales históricos sucedidos en 2018 (34%-52%) y 2021 (40%-43%). Este rango es lo único que tenemos para confrontar los resultados de las encuestas hasta el próximo 2 de junio.
La información recabada nos permite también identificar cuál es el perfil de aquellos que son más susceptibles a efectos de deseabilidad social. Son personas mayores a 65 años. Es importante resaltar que el segmento de jóvenes (18-25) es el grupo menos propenso a presentar sesgo de deseabilidad social; sin embargo, también son los jóvenes los ciudadanos con menor participación electoral.
Las personas que se identifican con PAN-PRI-PRD; los que desaprueban el trabajo del presidente y no reciben programas sociales presentan el menor sesgo de deseabilidad social. En contraste, los que se identifican con Morena-PT-PVEM, los que aprueban a AMLO y los que reciben programas sociales son más susceptibles a presentar un sesgo importante de deseabilidad social.
Los datos de Defoe muestran que los resultados de las encuestas experimentan sesgos de deseabilidad social. Debido a eso, la diferencia entre el primer y el segundo lugar que prevén distintas casas encuestadoras puede ser mayor de lo que en realidad se registrará en los resultados de la elección del próximo 2 de junio.
Esto, porque es probable que haya encuestados que sobrerrepresenten el voto morenista y que estén afectados por la potencial presión que introduce la presencia de encuestadores a la hora de preguntarles sobre su intención de voto.
Al eliminar y controlar este sesgo de deseabilidad social, la diferencia entre el primer y segundo lugar disminuye y además se acerca más a la banda de resultados electorales presidenciales de 2018 y de diputados federales de 2021. Sin embargo, esta disminución registrada en marzo y abril de 2024 no sugiere aún cambios de ganador en las preferencias electorales para la Presidencia de la República.
La industria mexicana de encuestas tendrá que evaluar si será necesario o no considerar la deseabilidad social en los modelos de votantes probables. En cualquier caso, el común denominador debería ser la transparencia metodológica. ¿Las empresas encuestadoras seremos transparentes a la hora de dar a conocer los resultados en los que utilicemos modelos que incluyan deseabilidad social? ~
Politólogo apasionado, creyente de la metodología por encuestas. Director General de la firma de opinión pública Defoe