En la portada de agosto de Letras Libres, ¿Dónde quedó el humor mexicano? El régimen priista ejerció un férreo control sobre los medios de comunicación, y su temperamento autoritario no permitía reírse de ciertas figuras. Con el triunfo de Vicente Fox en 2000 parecía que, junto a la alternancia, se abría una oportunidad para la carcajada en los medios de comunicación. Durante el sexenio de Felipe Calderón la figura presidencial volvió a ser solemne al mismo tiempo que la violencia en ascenso parecía cancelar las posibilidades del humor. El PRI recuperó el poder en 2012: se respiraba en los medios una mayor apertura crítica, indispensable para el humor político, pero también dominaba en la opinión pública un profundo desencanto. El mayor síntoma de esta doble circunstancia fueron las redes sociales, un escaparate donde implacables chistes políticos cohabitaban con exacerbadas muestras de indignación.
Para responder esas preguntas convocamos a seis de los mejores practicantes del humor en México. Trino y Calderón examinan el estado actual de la caricatura, quizás el género más reconocible de la crítica política a través del humor: ¿cómo hacer cartones ante la inmediatez de las redes sociales?, ¿es válido burlarse de quien sea? Ana García Bergua y Enrique Serna desmienten, por su parte, la leyenda negra de que la tradición humorística es una de las menos frecuentadas de la literatura nacional, a través de un gozoso recorrido que va de sor Juana a Francisco Hinojosa. Finalmente, Enrique Hernández Alcázar y Víctor Trujillo detallan sus experiencias en la radio y la televisión, y discuten cuáles son los alcances de la libertad de expresión en medios que dependen de las concesiones.
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Música: "Pop Brasilia", de Podington Bear. www.freemusicarchive.com