La victoria de Vicente Fox en las elecciones de 2000 inyectó una esperanza de cambio que muchos mexicanos vimos con buenos ojos. Después de 70 años, era la primera vez que el país experimentaba un cambio en el color del partido que presidía el Poder Ejecutivo de la federación. No obstante, la transformación institucional del Estado mexicano había sido una constante en años recientes. En materia de seguridad pública, por ejemplo, antes de que Fox rindiera protesta ante el Congreso de la Unión, el presidente Ernesto Zedillo ya había iniciado los trabajos de reforma de las instituciones.
Entre las más importantes está la publicación de la Ley de la Policía Federal Preventiva[1], el 4 de enero de 1999. Con esta ley se unificó el mando de cuerpos de policía que antes dependían de diferentes cabezas del Poder Ejecutivo: los encargados de la prevención y tratamiento de menores; de la prevención y readaptación social, y de la seguridad privada – que anteriormente pertenecían a la Subsecretaría de Seguridad Pública de la Secretaría de Gobernación (SEGOB) – así como el de la Policía Federal de Caminos – que previamente estaba a cargo de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT). Lo anterior es una muestra de que los esfuerzos de unificación policial se empezaron a materializar desde finales de los años noventa, antes de la era panista. Cabe destacar que la Policía de Migración y la Policía Fiscal no formaron parte de la unificación, la primera se mantuvo a cargo de la SEGOB y la segunda de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Posteriormente, el equipo de transición de Fox propuso un cambio más ambicioso. La idea era crear una nueva dependencia – la Secretaría de Seguridad y Servicios de Justicia – que concentrara no solamente los trabajos de prevención, sino también los de investigación, persecución, defensoría de oficio y sanción. Lo anterior requería transferir parte de las funciones de la SEGOB y de la Procuraduría General de la República (PGR) a esta nueva dependencia. El planteamiento original fue transformado – por ejemplo, no se incluyeron las labores de investigación y persecución que realizaba la PGR – y dio paso a la creación de la que ahora se conoce como Secretaría de Seguridad Pública federal (SSP). Es importante mencionar que el decreto por el que se creó la SSP fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el 30 de noviembre de 2000, un día antes de que Fox tomara posesión como presidente.
Con la aprobación de este decreto, la SSP absorbió muchas de las estructuras y atribuciones que antes eran responsabilidad de la SEGOB. Por ejemplo, asumió la responsabilidad de la Policía Federal Preventiva y del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). También adquirió la facultad de regular y autorizar la portación de armas para empleados federales. Asimismo, asumió la Presidencia del Consejo Nacional de Seguridad Pública. Sin embargo, el cambio hasta entonces parecía más de forma que de fondo. La SSP estaba haciendo prácticamente lo mismo que antes hacía la SEGOB, pero desde otra trinchera.
Con el fin de mejorar la labor de la dependencia recién creada, en octubre de 2003, el Presidente Fox anunció en su programa de radio “Fox Contigo” que propondría una iniciativa de reforma para fortalecer a las instituciones y cuerpos de seguridad. La intención, según lo que declaró el entonces Secretario de Seguridad Pública, Alejandro Gertz Manero, era sumar las fuerzas de seguridad pública estatales y municipales a los entonces 11 mil miembros de la Policía Federal Preventiva. En otras palabras, pretendían unificar a las policías. Al parecer la medida no fue muy aplaudida ya que la iniciativa nunca llegó al Congreso. Otra de las propuestas de Fox que tampoco tuvo eco, presentada ante el Poder Legislativo el 29 de marzo de 2004, fue la de fusionar la Agencia Federal de Investigación y la Policía Federal Preventiva. En otras palabras, insistió en juntar las funciones de prevención, investigación y persecución del delito en un solo cuerpo. Esta propuesta se quedó en la congeladora del Congreso. La administración de Fox terminó sin la aprobación de muchas de las reformas institucionales que envió al Poder Legislativo.
El inicio de la administración de Felipe Calderón estuvo marcado por el tema de la inseguridad, lo que colocó a la SSP en la mira de la opinión pública. De hecho, una de las primeras medidas que se tomaron en el sexenio fue la restructuración de dicha Secretaría. A diferencia de la administración de Fox, en la de Calderón, la SSP tomó mucha fuerza y experimentó cambios importantes. Para empezar, el presupuesto que se le otorgó a esta dependencia durante su sexenio no tuvo precedentes: de representar menos del 0.5 por ciento del Gasto Neto Total del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) en el periodo de Fox, osciló entre 0.6 y 1.09 por ciento en el de Calderón (Ver Gráfica 1). Por otro lado, la Policía Federal Preventiva se convirtió en Policía Federal, la cual se concibió como un cuerpo profesionalizado respaldado por un Servicio Civil de Carrera Policial más funcional. Bajo el nuevo esquema, para ingresar y ascender, los policías son evaluados y capacitados. La Ley que creó este nuevo cuerpo fue publicada el 1 de junio de 2009.
Proporción del Gasto Neto Total del PEF asignado al Ramo Administrativo 36: Seguridad Pública (2001-2012)
El fortalecimiento del personal policial vino acompañado de uno tecnológico con la creación y puesta en marcha de Plataforma México, un sistema que conecta instituciones relacionadas con la seguridad pública de los tres órdenes de gobierno con el fin de facilitar la comunicación entre ellas, así como de consolidar la información que generan. Lo anterior con el propósito de brindar más elementos a las personas encargadas de la prevención y combate al delito. Otro avance importante fue la mejora de las instalaciones del Sistema Penitenciario Federal, así como la construcción de nuevos Centros Federales de Readaptación Social.
Asimismo, se dieron pasos significativos en materia de coordinación y vinculación de la SSP federal con sus homólogas locales. No obstante, la SSP perdió el control del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública en enero de 2009, con la entrada en vigor de la nueva Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública. A partir de entonces esta facultad regresó a la SEGOB, debilitando con ello la fuerza de la SSP en estados y municipios.
Desafortunadamente, los logros institucionales del sexenio que está por concluir fueron opacados por el aumento de la inseguridad causada principalmente por el crimen organizado. La opinión pública sobre la labor de la SSP no es halagadora. De hecho, es tan desfavorable que doce años después de su creación, esta dependencia puede desaparecer. El próximo presidente de la república propuso regresar a la SEGOB el control de la seguridad pública con el fin de mejorar la coordinación entre instituciones de seguridad.
Parece que en el sexenio que está por iniciar regresaremos a donde empezamos: a un gobierno priísta con un sistema de seguridad controlado por la SEGOB. La gran diferencia es que los mexicanos tenemos ahora la experiencia adquirida durante dos sexenios de gobiernos panistas que sí significaron un cambio positivo en nuestra forma de pensar y actuar. El punto del que partirá el gobierno de Peña Nieto es mucho mejor que el de gobiernos previos. Esperemos que todos los esfuerzos e inversiones realizadas por los mexicanos en materia de seguridad no se pierdan con el cambio de gobierno y sean aprovechados en las nuevas estructuras.
[1]Esta Ley fue abrogada en 2009, cuando se aprobó la Ley de la Policía Federal.
Economista de formación, practica tiro con arco de poleas, bajo la modalidad de recorrido en el bosque 3D.