“Pretendemos elegir donadores que cumplan con todo un estándar de fenotipo, genotipo y apariencia física”
Alfredo Góngora es director del Centro de Fertilidad Humana México (CFHM). Este Centro fue uno de los primeros bancos de esperma que arrancaron operaciones en México a mediados de los noventa, más de 30 años después de que los primeros bancos de esperma hubieran aparecido en EUA. En esta entrevista el Dr. Góngora nos cuenta cómo funciona el banco de esperma del Centro, que entre otras cosas se anuncia como el banco con mayor tasa de éxito en embarazos y como el único banco con comité de apariencia física de donantes.
¿Cuénteme brevemente los antecedentes del Centro de Fertilidad Humana de México (CFHM) que usted dirige?
Esta es una institución que forma parte del diagnóstico de la fertilidad. Surgió en 1995 y a la fecha realizamos tratamientos de reproducción humana.
¿Cuál es el objetivo del CFHM?
Llevar a cabo un adecuado diagnóstico y precisar el tratamiento que requiera una paciente.
El CFHM llega en 1995 a México. ¿Con qué servicios comienzan a operar?
Con el banco de esperma.
El primer banco de semen del mundo se abrió en Estados Unidos en los años sesenta ¿Por qué llegan a México los bancos de esperma casi 30 años después?
Lo desconozco. Nosotros por inquietud estuvimos buscando qué era lo que podíamos traer que nos ayudara a precisar los diagnósticos y mejorar las tasas de embarazo en factor masculino alterado. Así fue como empezamos a estudiar y traer donantes a México. Pero desconozco por qué llega con tanto retraso. Supongo que falta de información, falta de interés…
¿Cómo recibió México estas nuevas opciones de fertilidad en 1995?
Me parece que no del todo bien, pero la única razón que yo encuentro es porque no había la suficiente información respecto a los beneficios que tienen los bancos de congelación espermática y no se entendía el por qué y para qué de un banco de semen si se seguían haciendo procedimientos de inseminación con semen fresco. Fue una tarea importante estar mencionando las bondades de mantener muestras de semen congeladas por largo tiempo y usar estudios diversos en el paciente y en el donador para así certificar que las muestras no estuvieran contaminadas por algún tipo de virus.
¿Esta percepción no del todo favorable ha mejorado?
Sí, en forma absoluta. Y ahora también podemos congelar muestras en pacientes que no están presentes durante al tratamiento o en pacientes que tienen algún tipo de cáncer y desean congelar sus muestras mientras van a recibir quimio o radioterapia. En fin, se fue abriendo un abanico de posibilidades muy interesante.
En el sitio web del CFHM, tanto en la declaración de “¿Quiénes somos?” como en los “Objetivos”, me llama la atención que asumen un enfoque dirigido a las parejas ¿Qué quiere decir esto? ¿Sus clientes no pueden ser solteros?
Yo no dirijo la parte de publicidad del sitio web, pero seguramente la intención es enfocarnos al grueso de la población que son los matrimonios. Actualmente existe una alta incidencia en mujeres solteras, cada año en incremento, que buscan un embarazo a través de estos métodos.
¿Y ustedes no distinguen entre clientes “parejas” y clientas solteras?
No, absolutamente no. Las leyes permiten que una mujer sin estar casada pueda optar por un tratamiento de esta naturaleza.
Hablemos ahora del banco de esperma ¿Cómo funciona este banco?
El banco de esperma tiene como principal función almacenar muestras de esperma en tanques que contienen nitrógeno líquido y que las hace permanecer en estado de congelación el tiempo que haga falta. Pueden ser muestras de pacientes y muestras de donadores. En el caso de los pacientes son muestras para tratamientos de reproducción asistida. En el caso de los donadores, como se indica, son muestras donadas por participantes anónimos que en un momento dado podrían participar en la sustitución del esperma del esposo.
¿Los donadores son voluntarios o reciben algún tipo de pago?
Son voluntarios y en algún momento dado puede convenirse con ellos apoyarlos con algún curso de inglés, de cómputo, material escolar… Pero forman parte del grupo anónimo y altruista.
¿Con qué requisitos debe cumplir este donador anónimo y altruista?
Primero tiene que llenar un cuestionario, para conocer su estado de salud general. Después proporciona una muestra de esperma para conocer la calidad, después pasa por un promedio de entre 20 y 25 pruebas médicas y si resultan negativas, pasa a formar parte del grupo de donadores. El CFHM realiza y paga todos los estudios que se hagan a esta persona para que la paciente o la pareja que opta por una muestra de esperma pueda estar tranquila de que ésta está perfectamente estudiada.
Con todo el tema de pruebas de ADN e hijos buscando a sus padres genéticos ¿qué garantías tiene un donador de que su anonimato en realidad será respetado?
Nosotros nunca mostramos ni el nombre ni la foto del donante, guardamos esta información con celo y nunca la revelamos al receptor, a quien, en general y por fortuna, no es algo que le interese conocer. En México la ley todavía no toca el punto de la develación de la identidad de un donante, si esto sucede se tendrán que cambiar algunos lineamientos y el donante decidirá si sigue siéndolo o no.
¿Con qué información puede contar el cliente respecto de su donador?
Absolutamente con toda, excepto el nombre y la fotografía. Ellos leen las características del donador y su perfil médico. Buscamos que los clientes tengan la mayor certidumbre de que sus muestras son completamente sanas.
Me dice que no enseñan fotos, pero leo en su publicidad que sí muestran fotografías del donador cuando era bebé.
En un momento dado sí podemos enseñarlas, porque no es una fotografía actual. Todo esto fue revisado por el bufette de abogados del CFHM para ver si era permisible usar una foto del donante hasta de 10 años, y eso fue aprobado.
El CFHM se promueve como el único banco con comité de selección de apariencia física de los donantes ¿Qué significa eso?
Que pretendemos elegir o seleccionar donadores que cumplan con todo un estándar de fenotipo, genotipo y apariencia física… En un momento dado incluimos a los donadores que tiene un nivel de estudio mínimo universitario, para que la pareja no piense que estamos reclutando donadores que no han cubierto estudios básicos.
¿Quién define estos criterios de selección?
Un servidor, el Doctor Alfredo Góngora.
¿Cuánto cuesta comprar una muestra de esperma?
No es exactamente así. Lo que nosotros cobramos es la serie de estudios que hemos hecho. El semen, como tal, no se vende. La pareja selecciona un código y el costo es el total de estudios que fueron hechos a esa muestra. En promedio los estudios tienen un costo de $3,000.
¿Hay garantía sobre esta muestra?
Garantía absoluta.
¿Qué cubre esta “garantía absoluta”?
Todo lo que tiene que ver con la salud, excepto en el tema de la genética. Porque la genética puede tener un historial de varias generaciones atrás que incluso no podría descubrirse actualmente. Nosotros hacemos el estudio de genética llamado cariotipo, pero, y esto se lo explicamos al cliente, es un estudio de genética básica. No podemos saber qué ha pasado en las generaciones anteriores, ni del donador ni de los clientes.
¿Y cuánto cuesta el procedimiento que sigue, ya sea inseminación artificial o los procedimientos in vitro…?
La inseminación artificial vale alrededor de $5,000. El costo de las fertilizaciones in vitro depende del tipo de modalidad que se requiera, pero pueden oscilar alrededor de los $40,000.
¿Dentro de qué marco legal se realizan los trabajos de un centro como el que usted dirige?
A través de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) y del Centro Nacional de Trasplantes, que son los dos brazos de la Secretaría de Salud.
¿Hay leyes de reproducción asistida?
No como tales. Sin embargo, el marco que nos define es la Secretaría de Salud.
¿Este marco legal es suficiente?
Es un marco legal con vacíos, pero se está trabajando en la comisión de salud de la Cámara de Diputados para llenarlos. Por fortuna las reglas están cada vez más claras, lo que da garantías a médicos y pacientes.
– Cynthia Ramírez
Es politóloga, periodista y editora. Todas las opiniones son a título personal.