El Affaire Vargas Llosa

La polรฉmica entre el grupo Carta Abierta y Mario Vargas Llosa.ย 
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La carta del director de la Biblioteca Nacional de Argentina, Horacio Gonzรกlez, dirigida a Carlos de Santos, presidente de la Fundaciรณn del Libro, donde le solicita “reconsiderar” la “desafortunada” invitaciรณn a Mario Vargas Llosa para que inaugure la Feria del Libro, no deberรญa sorprendernos. Es una demostraciรณn mรกs del clima de intolerancia y enfrentamiento que se vive hoy en dรญa en la Argentina. Desde la apariciรณn en el 2008 del llamado “conflicto con el campo”, o “lock out patronal”, como lo denominรณ el gobierno, la comunicaciรณn polรญtica entre oficialistas y opositores se ha hecho francamente virulenta. Con solo ver un poco la televisiรณn local se puede advertir la polarizaciรณn: por un lado, los canales privados, sobre todo los pertenecientes al grupo Clarรญn, no paran de dar noticias catastrรณficas donde la inseguridad personal, el asesinato de ancianos, los asaltos a mujeres embarazadas y los homicidios de todo orden ocupan los noticieros con sus mensajes de alerta y de pรกnico. Por otro lado, un programa de la televisiรณn pรบblica llamado 678, que cuenta con un panel de colaboradores fijos y otros invitados, se encarga de demonizar a ritmo de zapping a personajes, bien sean polรญticos, empresarios, periodistas, artistas, escritores o intelectuales que no adhieran al proyecto de gobierno de Cristina.

Dรญas atrรกs una emisiรณn de ese programa fue dedicado al affaire Vargas Llosa, a quien compararon, para sorpresa de muchos, con Jorge Luis Borges. Como sabemos, el gran escritor de Ficciones nunca se caracterizรณ por una correcta posiciรณn polรญtica, y en su dorado expediente literario se cuelan autรฉnticos lunares como su condecoraciรณn por parte de Augusto Pinochet, o la tibieza permisiva con que opinรณ acerca de los temas vinculados con la รบltima dictadura militar en la Argentina. Pues bien, algunos de los panelistas de 678 hicieron autรฉnticos malabares para rescatar a Borges del cadalso popular atribuyรฉndole cierta “ingenuidad polรญtica”, mientras que a Vargas lo consideraban poco menos que un criminal, pues en su caso no habรญa “ingenuidad” si no la frรญa actitud de un intelectual programรกtico neoliberal, especie de mercenario de todas las corporaciones y multinacionales del mundo. Borges, a la luz de estos panelistas, adquirรญa cierta senilidad cรกndida, convirtiรฉndose de pronto en un anciano con capacidades disminuidas y susceptible de ser manipulado. 

Menciono este episodio pues algunas voces crรญticas a la famosa carta de Gonzรกlez dibujaron un escenario improbable para hacerse la siguiente pregunta: ¿Y si el invitado a inaugurar la Feria del Libro fuera Jorge Luis Borges; tambiรฉn la inteligentzia kirchnerista escribirรญa una carta para desinvitarlo? Quizรกs no, respondo yo, pues uno de los argumentos que Gonzรกlez y el resto de los intelectuales reunidos en la agrupaciรณn progresista Carta Abierta esgrimen, es el proteccionismo intelectual, es decir, el nacionalismo como criterio de selecciรณn, pues segรบn ellos tradicionalmente la feria fue inaugurada por un escritor local, costumbre que habรญa que respetar. Lo curioso es que la ediciรณn pasada de la Feria del Libro fue inaugurada por Teresa Parodi y Vรญctor Heredia, argentinos de pura cepa, excelentes mรบsicos y cantantes, pero ninguno reconocido como escritor, salvo Heredia que escribiรณ un par de novelas de escasa repercusiรณn. Habrรญa que ver entonces quรฉ criterio deberรญa pesar mรกs en la selecciรณn del invitado: ¿ser escritor? ¿ser argentino? ¿o quizรกs las dos cosas juntas? ¿o separadas? ¿o todo lo contrario? 

Como rรฉplica a la carta en cuestiรณn, Vargas Llosa publicรณ ayer domingo un artรญculo provocadoramente titulado Piqueteros intelectuales, en el que ataca este rasgo nacionalista:“Si tal mentalidad hubiera prevalecido siempre en la Argentina –dice Vargas– el general Josรฉ de San Martรญn y sus soldados del Ejรฉrcito Libertador no se hubieran ido a inmiscuir en los asuntos de Chile y Perรบ…” Y lo mismo dice de Ernesto Che Guevara y su actividad revolucionaria en Guatemala, Cuba, el Congo y Bolivia. Hรกbilmente el peruano apunta a dos de los sรญmbolos mรกs representativos de la Argentina, utilizados como autรฉnticas banderas por el actual gobierno.   

Por suerte la presidenta advirtiรณ el inconveniente revuelo que causarรญa semejante petitorio, y el mismo dรญa en que se hizo pรบblica la carta llamรณ por telรฉfono al director de la Biblioteca Nacional para que reconsiderara su solicitud de reconsideraciรณn. Ella vio con facilidad lo que otros no vieron: la evidente intimidaciรณn de un funcionario pรบblico hacia una entidad autรณnoma y civil como es la Fundaciรณn del Libro, y las barreras contra la libertad de expresiรณn que la misma carta junto con sus argumentos estaban propiciando. Con gran olfato polรญtico advirtiรณ que esas solicitudes le hacรญan un flaco favor a su gobierno y no representaban ayuda alguna para su eventual reelecciรณn.

Que Vargas Llosa sea un liberal convencido y opine pรบblicamente acerca de los gobiernos de diferentes partes del mundo, puede gustarnos o no pero รฉl estรก en todo su derecho. Al igual que quienes no comparten sus opiniones estรกn en todo el derecho de criticarlo. Y si una entidad civil como la Fundaciรณn del Libro tomรณ (por las razones que sean) la decisiรณn de invitarlo, no veo porquรฉ un organismo pรบblico deba inmiscuirse en ello.     

Meses atrรกs el Centro de Divulgaciรณn del Conocimiento Econรณmico para la Libertad, CEDICE, con sede en Caracas, invitรณ a Mario Vargas Llosa para participar en un foro sobre Libertad y Democracia. Hubo protestas, quejas, sarpullidos, incluso seguidores del gobierno instalaron una especie de foro paralelo como una manera de contrarrestar el efecto mediรกtico de Vargas. A pesar de todo esto el escritor peruano viajรณ a Caracas y dijo pรบblicamente lo quiso decir. Y que yo sepa nunca hubo de parte de un organismo pรบblico una carta oficial e intimidatoria en la que se le solicitara al director del CEDICE la conveniencia de no invitarlo. 

Esto, que no es un consuelo para los venezolanos, puede ser una lecciรณn para los funcionarios argentinos.        

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(Caracas, 1967) Su mรกs reciente libro, la novela Bajo tierra obtuvo el Premio Bienal de Novela Adriano Gonzรกlez Leรณn y el Premio de la Crรญtica.


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