Parecería que los conservadores de Estados Unidos llevan las de ganar en la batalla por decidir la agenda nacional. Esto no solo por las recientes negociaciones del presupuesto federal o por el tímido movimiento en materia migratoria de los últimos dos años, sino porque además, el Buró del Censo de los Estados Unidos informó en diciembre pasado que, con base en el conteo del 2010, varios estados liderados por los republicanos tendrían ahora mayor representación en la cámara baja del congreso.
En este país, los datos que arroja el censo son utilizados para decidir el número de representantes que cada estado tiene en el congreso, así como los recursos que reciben del gobierno federal. De acuerdo al último censo, los estados que ganaron representantes fueron Texas, 4; Florida, 2; y seis estados con 1: Arizona, Georgia, Nevada, Carolina del Sur, Utah, y Washington. Mientras los que perdieron representación fueron, Nueva York y Ohio con 2 cada uno, y ocho estados que tendrán un representante menos en 2014: Illinois, Iowa, Louisiana, Massachusetts, Michigan, Missouri, Nueva Jersey, y Pennsylvania.
Ya desde el año pasado muchos comentaristas argumentaban que dicho cambio sería devastador para los demócratas y para la campaña de reelección del presidente Barack Obama. Alegaban que varios estados que el presidente ganó en 2008, ahora estarían en disputa y con ello sus votos en el colegio electoral. Además de que otros estados tendrán más peso en la elección del presidente. Sin embargo, ahora que el Buró del Censo ha empezado a desagregar los datos, el significado político de este crecimiento demográfico está sujeto a debate. Por un lado están los estados tradicionalmente conservadores que han ganado representantes pero en los que sus electores aun no se han definido por un partido. Por otro lado, está el hecho de que la población de minoría racial y étnica es la que tuvo mayor y más acelerado crecimiento durante la última década; dichas minorías tradicionalmente se inclinan por políticas apoyadas por los demócratas.
Por ejemplo, en el caso de la población hispana/latina, el Pew Hispanic Center ya informó que el crecimiento de este grupo, mas de 50.5 millones, significó más del doble del crecimiento poblacional de la última década, principalmente en estados tradicionalmente hispanos. A su vez, el Censo reporta que aproximadamente 31.7 millones de las personas contadas en 2010 son de ascendencia mexicana. Esto representa un 10% del total de la población del país y casi un 67% de la comunidad latina.
Sin embargo, el crecimiento de la población de origen mexicano, o de los latinos en general, por el momento no se traducirá en un crecimiento del número de votantes latinos en esos estados. Esto se debe a que el número estimado de hispanos/latinos en el Censo incluye a aproximadamente 11 millones de migrantes indocumentados y alrededor de diecisiete millones de jóvenes y niños ciudadanos que no pueden aun votar.
Lo que queda claro es que estos cambios demográficos, incluyendo el crecimiento de la población hispana/latina, implican que en el futuro próximo los políticos tendrán que buscar como representar a las nuevas minorías-mayorías. Dependiendo del posicionamiento de cada uno de los partidos, será el apoyo que reciban de un electorado racial y étnicamente minoritario. La pregunta para los activistas políticos hispanos, y en particular los mexicanos, es cómo hacer que sus demandas sean escuchadas desde hoy en un sistema que da preferencia a votantes y contribuyentes electorales. La respuesta ya ha sido resuelta anteriormente por otros grupos inmigrantes y es por eso que las coaliciones con grupos más establecidos deberían de formar parte de una agenda latina que busque el fortalecimiento de todos los grupos minoritarios.
Carlos Yescas es candidato a doctor en política por la New School for Social Research. Es juez internacional catador de queso y fundador de Lactography.