El trayecto poรฉtico de Pere Gimferrer, que acaba de obtener el Premio Octavio Paz de Poesรญa y Ensayo, es uno de los mรกs interesantes que se han dado en Espaรฑa, no sรณlo por la calidad indiscutible de sus poemas, sino porque los sucesivos quiebros que presenta, aplicados a los mapas literarios y lingรผรญsticos que se suelen hacer en la penรญnsula, descolocan muchas de sus afirmaciones mecรกnicas. Pere Gimferrer comenzรณ escribiendo en espaรฑol y firmando con su nombre de pila castellanizado, y fue incluido en el grupo de poetas novรญsimos que segรบn Josep Marรญa Castellet conformaban la nueva oleada de poetas espaรฑoles en la segunda mitad del siglo xx. Ha pasado mucha agua desde entonces y la poesรญa espaรฑola ha ido reconfigurando sus propios parรกmetros y construyendo, a partir de los aรฑos ochenta, una realidad mucho mรกs versรกtil y complicada, al grado de desfigurar los asentamientos crรญticos anteriores e incluir, en una revisiรณn retrospectiva que todavรญa no termina, a varios poetas que no aparecรญan en sus programas hegemรณnicos, como Josรฉ Antonio Muรฑoz Rojas, Marรญa Victoria Atencia y Antonio Gamoneda, en las generaciones anteriores a la suya, o mรกs recientemente a Juan Antonio Masoliver Rรณdenas.
Gimferrer escribiรณ en espaรฑol de 1963 a 1969, y a partir de entonces comenzรณ a desarrollar su obra poรฉtica en catalรกn. Durante la primera รฉpoca รฉl mismo traducรญa sus poemas, y asรญ aparecen reunidos en la ediciรณn de su Poesรญa 1970-1977 editada por Visor. A partir de 1978 dejรณ de hacerlo. Asรญ, El vendaval (1989) fue traducida por varios poetas, La llum (1992) y Mascarada (1996) por Justo Navarro y El diamant dins lโaigua (2001) otra vez por distintos autores. No obstante, como seรฑala en la โNota del autorโ a la ediciรณn en espaรฑol de El diamante en el agua, รฉl no ha dejado nunca de intervenir aquรญ y allรก en esas versiones de otros. Esto no es sino natural, ya que su intimidad con ambas lenguas ha sido continua. Pero a diferencia de poetas como Joan Margarit, cuyos poemas en espaรฑol forman un doble original de sus poemas en catalรกn, y en ese sentido se inscriben automรกticamente en una doble tradiciรณn lingรผรญstica, las traducciones hechas por Gimferrer de sus propios poemas son literales. Buscan, mรกs que instaurarse en el caudal de la poesรญa en espaรฑol, acarrear al lector a las aguas del catalรกn, para allรญ abrevar en sus ritmos, giros y descubrimientos. Desde este punto de mira el lector tiene que abrirse al original para acceder al sentido real de un poema. El verso โEl peso encendido de las rejas del aradoโ por ejemplo, del poema โFuego ciegoโ (โFoc cecโ), dice en catalรกn y sin aclaraciones: โEl pes encรจs de les rellesโ (este poema se permite incluso prescindir en espaรฑol de dos versos: โEls xais degollats. Estelles. Sofre i sorra encenen el plaโ (Los corderos degollados. Estrellas. Azufre y arena encienden el plan.) Este ejercicio obliga al lector a abandonar una rigidez preconcebida con respecto a su propia lengua, y a descubrir que las lenguas se tocan y se trenzan mรกs de lo que su registro personal alcanza a vislumbrar.
La inmersiรณn de Gimferrer en el catalรกn ha iluminado, principalmente a partir de El vendaval, impresionantes posibilidades rรญtmicas y sonoras. Escuchemos por ejemplo el poema โAhirโ: โLa neu escampa vidre. Dโaquest carrer โpร mpols cremats a la sequeraโ mโha vingut el verd a la mirada. Selves.โ (Ayer: La nieve esparce vidrio. De esta calle โpรกmpanos quemados en las secasโ me ha venido el verde a la mirada. Selvas.) Para alcanzar este virtuosismo Gimferrer no ha dudado en saquear la historia del catalรกn y recuperar tรฉrminos olvidados. En las explicaciones que cierran El diamante en el agua seรฑala por ejemplo que la palabra โtrataโ, ausente de los diccionarios catalanes contemporรกneos, y que รฉl utiliza en un poema, era en su tiempo de uso comรบn, como lo es aรบn en castellano: โUn molinete de espadรญn paโdefendernos de la trataโ. Me he permitido utilizar en estos mรญnimos ejemplos las palabras โplanโ en lugar de llano, โvidrioโ en lugar de cristal, y la abreviaciรณn de โparaโ, todas de uso comรบn en las vastas regiones del espaรฑol, pues permiten mantener en lo posible el ritmo del original. En El vendaval Gimferrer decรญa que โla poesรญa es un sistema de espejosโ, y los espejos inevitablemente distorsionan. La traducciรณn, a su vez, no puede sino ampliar estas distorsiones. Y no es รฉsta una de las menores enseรฑanzas que el trasiego lingรผรญstico de Gimferrer ha mostrado.
El proceso de distanciamiento de sus propios poemas en sus apariciones en castellano no significa, por supuesto, que Gimferrer haya abandonado su relaciรณn con el espaรฑol. No por nada fue elegido miembro de la Academia de la Lengua en 1985, y algunos de sus libros, como Lecturas de Octavio Paz (1980) o Los raros (1985), fueron escritos originalmente en esta lengua. En esto Gimferrer no es รบnico. Pero su reincursiรณn en la escritura poรฉtica en espaรฑol, con Amor en vilo, pone en cuestiรณn las pertenencias esenciales de un poeta a una lengua en particular. Gimferrer ha explicado que estos nuevos poemas estรกn escritos en espaรฑol porque en esta lengua sucede su actual realidad amorosa. Esperemos que el bagaje y la pericia acumulados en su escritura en catalรกn nos traiga perlas equivalentes. La vuelta de tuerca serรก finalmente ver quiรฉn y cรณmo traduce esos poemas al catalรกn. Todos nos veremos enriquecidos. ~