En la cada vez mรกs despoblada
casa de la poesรญa
solo subsisten ausencias.
Deberรญa comenzar
por el Torreรณn del Renegado
en Chillรกn, Chile,
donde Gonzalo Rojas,
subido a un รกrbol,
hace gimnasia.
Su telรฉfono: (42) 211 900.
Pero no necesito ir tan lejos.
Marco en vano el 62 30 702
de Fernando Charry Lara.
Me pregunto si en su apartamento
(quinto piso)
de la calle 94 # 17-52
subsisten las cartas de Aleixandre,
Cernuda, Guillรฉn, Salinas
y aquel libro de Cardoza y Aragรณn sobre pintura.
Quรฉ casa tan frรญa,
desvencijada y llena de costuras
y el techo horadado por la lluvia
es ahora la casa de la poesรญa.
En San Simรณn 62, Colonia Portales,
los infinitos gatos
de Carlos Monsivรกis
se deslizan imperturbables
ante el timbre del 52 39 47 62.
Sus pelusas aรบn afectan la trรกquea
del propietario
mientras el polvo se acumula
sobre periรณdicos y revistas,
discos y afiches
y pelรญculas de Tintรกn y Tongolele.
Esas casas que ya solo subsisten
en deshilachados sueรฑos
me abren sus puertas
para recorrer bibliotecas, admirar pinturas,
revivir si acaso un fuego extinto.
El abarrotado estudio de Andrรฉ Breton,
en la rue Fontaine,
donde viviรณ de 1922 hasta su muerte en 1966,
con sus Chiricos y sus Mirรณs,
las mรกscaras de la isla de Pascua
y la Columbia Britรกnica,
y los libros con las dedicatorias de Apollinaire,
ahora estรก รญntegro
dentro de una gran caja de vidrio
en el Museo Pompidou.
(Debe ser otra broma de Marcel Duchamp.)
O el apartamento de Charcas y Maipรบ
donde imperaban las enciclopedias
y el Shorter Oxford.
En una papelera
se acumulan los tubos
con los doctorados honoris causa
otorgados por todas las universidades de todo el mundo.
¿Podremos edificar de nuevo la casa de la poesรญa
si la estufa no prende,
los calentadores oxidados expelen un agua turbia
y los vestidos, en el clรณset, se apolillan?
¿Quiรฉn abrirรก de nuevo los libros
(tantas ediciones de Nerval que coleccionaba Neruda)
para levantar, una vez mรกs, la casa de la poesรญa? ~
(Bogotรก, 1948-2022) fue poeta, periodista y diplomรกtico.