La diversidad de usos se confirma en otros diccionarios: Academia (drae), Seco y el Diccionario fraseolรณgico del espaรฑol moderno de Fernando Varela y Hugo Kubarth (Madrid: Gredos, 1994). El drae da como acepciones generales: 1. Dicho de vender o de costar: Muy barato. 2. Coloquial: a tiro (al alcance de los deseos o intentos). Y como coloquial en Mรฉxico y Nicaragua: por fuerza (necesariamente).
Josรฉ Molina Ayala me hace ver que a huevo no viene del latรญn ovum โhuevoโ, sino de opus โobra, menesterโ. El diccionario de Vicente Salvรก (Parรญs, 1846) registrรณ uebos, haber uebos y ser uebos como anticuados, con el significado de โMenester, necesidadโ (Nuevo Tesoro Lexicogrรกfico de la Lengua Espaรฑola). Tambiรฉn lo registra como huebos. De 1899 a 1992, la Academia registrรณ huebos, pero en 1992 incluyรณ ademรกs uebos como forma preferible, y en lo sucesivo eliminรณ huebos. El drae 2014 define uebos como โNecesidad, cosa necesaria. Uebos me es. Uebos nos es. Uebos de lidiarโ.
El Nuevo diccionario latino-espaรฑol etimolรณgico de Raimundo de Miguel (Madrid: Visor, 2003) dice que opus derivรณ del griego epo โobrarโ; que Cicerรณn lo usa como โobra, trabajo, artificio, industriaโ y Julio Cรฉsar como โobra de fortificaciรณnโ. Y registra la locuciรณn opus est con el significado de โes necesarioโ.
En el Cantar del Cid (ediciรณn de Ramรณn Menรฉndez Pidal, con prosificaciรณn moderna de Alfonso Reyes), en la parte inicial, donde el Cid, preparรกndose para el destierro, convoca a sus vasallos para que lo sigan, aunque no tiene dinero, aparecen estos versos:
83 huebos me seriรฉ pora toda mi compaรฑa
menester me serรญa [el oro y la plata] para todos
/ los que me sigan
123 Nos huebos avemos en todo de ganar algo
Nosotros a huevo tenemos en todo que ganar algo
/ [dicen los prestamistas]
138 huebos avemos que nos dedes los marcos
necesitamos que nos deis los [600] marcos
Dicho sea de paso: la terminaciรณn en os puede hacer creer que uebos es un sustantivo masculino plural. Hasta el drae ha caรญdo en este error, marcรกndolo m. pl. en algunas ediciones. Pero es un adverbio: no tiene gรฉnero ni nรบmero.
En su sabroso discurso de ingreso a la Academia Mexicana de la Lengua (De tomates, cacahuates y otros disparates, 1995) Salvador Dรญaz Cรญntora da una explicaciรณn convincente de cรณmo uebos perdiรณ la s, tomรณ la a y se transformรณ en a huevo.
Ya en la รฉpoca del Cantar, algunos adverbios habรญan empezado a tomar dicha a protรฉtica, como adelante, en vez de delante […] Por lo que hace a la pรฉrdida de la s final, tenemos un desorden absoluto en el primitivo castellano; sucede que, mientras adverbios que no la tenรญan, la toman, como ante, apena, estonce, mientra, otros, como fueras, la pierden […] De hecho, en el adverbio fueras hallamos precisamente los dos fenรณmenos: prรณtesis de a y apรณcope de s para llegar a la forma comรบn afuera, justo como en huebos para llegar a decirse a huevo.
O sea que a huevo es un latinismo, cuyo significado en Mรฉxico corresponde exactamente a la locuciรณn latina opus est.
Hay una locuciรณn sinรณnima: a chaleco, que, al parecer, no se usa fuera de Mรฉxico, Guatemala y El Salvador. Segรบn el รndice de mexicanismos de la Academia Mexicana, todos los informantes la conocen y estรก registrada en doce diccionarios y listas de mexicanismos. Existe una versiรณn burlesca en latรญn macarrรณnico: ad chalecum. Pero chaleco nada tiene que ver con el latรญn. Entrรณ al espaรฑol en 1605 como jileco, segรบn Corominas, procedente del รกrabe de Argel (jalika), y a su vez del turco (jelek). En la primera parte del Quijote, capรญtulo xli (donde prosigue la historia del cautivo), Cervantes (que fue cautivo en Argel) escribe:
โAcordamos que el renegado se desnudase las ropas del turco y se vistiese un jileco o casaca de cautivo, que uno de nosotros le dio…โ Es decir: lo disfrazaron de cristiano para salvarlo, porque habรญa huido con ellos y se acercaban al frente cristiano. Otras versiones usan gileco o el diminutivo gilecuelo.
El drae 1884 registra jaleco โ(Del turco yelec). Jubรณn de paรฑo, de algรบn color, cuyas mangas no llegaban mรกs que a los codos, puesto sobre la camisa, escotado, abierto por delante y ojales y ojetes. Era prenda del traje servil entre los turcos; pero los turcos argelinos, hombres y mujeres, lo usaban en tiempo de frรญo debajo del sayo; y siempre lo vestรญan allรญ los cristianos cautivosโ. Tambiรฉn registra jileco, pero remite a jaleco.
El Lรฉxico del lenguaje figurado en cuatro idiomas de Yvonne P. de Dony (Buenos Aires: Desclรฉe, 1951) registra โยกEs un loco de chaleco!โ, โloco de atarโ y โchaleco de fuerzaโ. Y relaciona estos dichos con camisole de force en francรฉs y strait-waistcoat en inglรฉs. Segรบn el Webster, strait-waistcoat es la forma britรกnica de straitjacket. Actualmente, los chalecos (de vestir, acolchonados, reflejantes, antibalas, salvavidas) no tienen mangas. El jaleco era de mangas cortas. La camisa de fuerza (llamada en Argentina chaleco de fuerza segรบn Yahoo Respuestas) tiene mangas muy largas que permiten inmovilizar a un enfermo violento.
Se puede especular que la locuciรณn latina a fortiori y la castellana a huevo indujeron la conexiรณn entre la casaca de cautivo y el chaleco de fuerza para acuรฑar la locuciรณn a chaleco. Pero habrรญa que investigar cรณmo, cuรกndo y dรณnde.
En Monterrey y otras ciudades de Mรฉxico se llama huercos a los niรฑos. Es un latinismo, como descubrรญ con sorpresa en mis tiempos de estudiante leyendo la Tragicomedia de Calisto y Melibea anotada por Julio Cejador y Frauca en la colecciรณn de Clรกsicos Castellanos. La Celestina le dice huerco a un criado, y una nota al pie lo explica: Del latรญn orcus, infierno, y por extensiรณn diablo (cito de memoria).
El Dictionnaire รฉtymologique de la langue latine de Ernout y Meillet dice que Orcus era el nombre de una divinidad infernal, y el de los infiernos y la muerte.
El Tesoro de Covarrubias dice que huerco viene de orcus y que โDesto tuvo origen llamar huerco las andas en que llevan a enterrar los muertos, en la lengua castellana antiguaโ. Cita el refrรกn โLa casa hecha y el huerco a la puertaโ. Lo explica por los que logran algo con mucho esfuerzo y no lo pueden gozar, pero tambiรฉn porque la casa nueva, cuando no ha secado bien, es insalubre y enferma.
El Lexicรณn del noreste de Mรฉxico de Ricardo Elizondo Elizondo (Fondo de Cultura Econรณmica/itesm, 1996) recoge informaciรณn publicada por Eugenio del Hoyo, autor de una documentada historia de Nuevo Leรณn, donde establece que habรญa muchos judรญos entre los primeros pobladores de Monterrey, aunque lo ocultaban por temor a la Inquisiciรณn. โEntre los cripto- judรญos novohispรกnicos, la palabra gรผerco se empleรณ tambiรฉn con el sentido de โcondenadoโ, el que no se salvarรก, el que irรก al infierno.โ Pero lo aplicaban a sus propios hijos pequeรฑos, porque, por prudencia, no los iniciaban en el judaรญsmo hasta que fueran capaces de guardar el secreto. Antes de cumplir los 13 aรฑos, โeran gรผercos, condenados al infierno, por no ser aรบn judรญosโ.
De ahรญ quedรณ hasta hoy llamar huercos a los niรฑos, que tambiรฉn puede interpretarse como โdiablillos traviesosโ. ~
(Monterrey, 1934) es poeta y ensayista.