Ilustraciรณn: Fernanda Gavito

Lo real no es real

Muchos poemas de Paz revelan una preocupaciรณn por lo real y sus certezas, comรบn en Amรฉrica Latina, donde la cultura polรญtica se ha hecho a base de imposturas. Para el poeta, sostiene este ensayo, la respuesta estรก en la historia y la verdad, en el viaje.
Aร‘ADIR A FAVORITOS
ClosePlease loginn

“En 1950, Andrรฉ Breton publicรณ un poema en prosa de Octavio Paz en una antologรญa surrealista. Pensรณ que un verso del poema era malo y le pidiรณ a Paz que lo eliminara. Paz estuvo de acuerdo sobre el verso, pero le desconcertรณ que Breton emitiera un juicio asรญ. โ€œยฟY quรฉ hay de la escritura automรกtica?โ€, preguntรณ. Breton, sin perturbarse, contestรณ que ese verso era una โ€œintromisiรณn periodรญsticaโ€. Un verdadero surrealista sabe distinguir el buen automatismo del malo, el alto del bajo. Podemos pensar, como sin duda pensรณ Paz, que Breton no estaba haciendo una selecciรณn surrealista sino que estaba tomando una decisiรณn crรญtica ordinaria y firme, pero es interesante que pudiera tomar esa decisiรณn y a la vez, por mรกs grandilocuente o irรณnico que fuera, mantener la jerga โ€“que tambiรฉn tiene sus virtudesโ€“. La pregunta de quiรฉn o quรฉ escribe un poema, quiรฉn es el creador de quรฉ obras, incluso si ninguna de las partes es estrictamente automรกtica, alumbra la obra de Paz, representada de modo esplรฉndido en The poems of Octavio Paz,* la antologรญa de cuyas notas introductorias tomรฉ la historia que contรฉ al principio de este ensayo.

Cuando sobre el papel la pluma escribe,

a cualquier hora solitaria,

ยฟquiรฉn la guรญa?

ยฟA quiรฉn escribe el que escribe por mรญ […]?

[…] Alguien escribe en mรญ, mueve mi mano,

escoge una palabra, se detiene,

duda entre el mar azul y el monte verde.

[…] no escribe a nadie, a nadie llama,

a sรญ mismo se escribe, en sรญ se olvida,

y se rescata, y vuelve a ser yo mismo.

[โ€œMientras escriboโ€]

No hay en este poema rastro de escritura automรกtica, ni siquiera de inspiraciรณn romรกntica, pero los fantasmas de la otredad literaria nunca desaparecen del todo. En su obra temprana Paz piensa algo parecido a la idea de Paul Valรฉry sobre lo que estรก dado y lo que es creado en un poema, lo que parece venir de un lugar que no es la mente del escritor y lo que es un asunto manifiesto de oficio y trabajo. โ€œLos dioses, amablemente, nos regalan el primer verso โ€“escribiรณ Valรฉryโ€“, pero nosotros tenemos que fabricar el segundo.โ€ Sin embargo, Paz prolonga mรกs allรก del segundo verso aquello que podrรญa o no ser un regalo de los dioses.

โ€œTodo poema se cumple a expensas del poetaโ€, dice en โ€œHacia el poema (Puntos de partida)โ€, un texto posterior a โ€œMientras escriboโ€, donde Paz alude a esta cuestiรณn, entre otras. โ€œYo no escribo para matar el tiempo โ€“dice Paz en otro poemaโ€“ ni para revivirlo / escribo para que me viva y reviva.โ€ Cuando Paz, con una expresiรณn poco natural, dice โ€œescribo para que me vivaโ€, estรก representando un desplazamiento del ser similar al del poema anterior. Si tenemos en mente estas citas y afirmaciones, la extraordinaria consistencia de la poesรญa de Paz nos puede resultar sorprendente. Ademรกs, hay otros factores en apariencia importantes: le gusta combinar โ€œel azar con la voluntad creativaโ€, y escribiรณ un poema sobre John Cage usando el I Ching. Afirmรณ tambiรฉn que escribiรณ los primeros versos de su gran poema โ€œPiedra de solโ€ (1957) โ€œen un estado casi sonรกmbuloโ€, y agregรณ: โ€œme asombrรฉ, pues aquellos versos me parecieron hermososโ€.

Pero el inconsciente tiene sus razones, y tambiรฉn los sueรฑos tienen sus propias reglas de composiciรณn. Paz define su interรฉs tanto en la variedad como en la consistencia, en los movimientos deliberados de la pluma y en los aparentemente involuntarios, cuando dice que no tiene โ€œuna obsesiรณn por la voz personalโ€. โ€œCreo en el trabajo coherente, compuesto de muchas voces.โ€ De muchas voces pero sin intromisiones periodรญsticas. Paz tambiรฉn se contradice (de manera sutil) al decir que โ€œla coherencia […] viene […] de la persona que habla: el poeta frente a la historia modernaโ€. Eso suena a voz personal, aunque sin obsesiรณn, y los poemas de Paz sugieren otra cosa, algo que se acerca mรกs a la primera parte de la proposiciรณn: una serie de voces, dicciones, estilos, formas y longitud de versos diferentes, unidos por una inteligencia de intensidad continua y por ciertos preceptos y preocupaciones a los cuales Paz nunca permite alejarse de su verso: una conciencia constante de que la poesรญa, como le dijo Mallarmรฉ a Degas, estรก hecha de palabras (โ€œDelhi / […] dos sรญlabas altasโ€); una creencia en que los objetos y el clima y los paisajes y las ciudades โ€œa vecesโ€ nos hablan; y una convicciรณn de que se puede salir de la paradoja a travรฉs de la paradoja.

โ€œLa poesรญa de Octavio Paz โ€“segรบn Ramรณn Xirauโ€“ no vacila entre el lenguaje y el silencio; conduce al reino del silencio, donde habita el verdadero lenguaje.โ€ El propio Paz sugiere en โ€œLectura de John Cageโ€ algo muy similar sobre la mรบsica con relaciรณn a Cage:

Mรบsica no es silencio:

no es decir

lo que dice el silencio,

es decir

lo que no dice.

Silencio no tiene sentido,

sentido no tiene silencio.

Las referencias recurrentes de Paz son Baudelaire y Nerval, pero su obra es a menudo cercana a la de William Carlos Williams y Wallace Stevens. Weinberger cuenta que cuando Paz identificรณ (acertadamente) un toque de Whitman en el tรญtulo y las rimas de โ€œHablo de la ciudadโ€, dijo: โ€œno, estaba pensando en Langston Hughes: โ€˜The Negro speaks of riversโ€™ [โ€˜El negro habla de los rรญosโ€™]โ€. Sin embargo, esto no cancela lo anterior y sรญ revela bastante sobre el rango poรฉtico de Paz. Con frecuencia, sus poemas se centran en la iluminaciรณn de un instante en particular (su obra estรก repleta de luz), una concentraciรณn o evasiรณn de tiempo y espacio: โ€œDentro del tiempo hay otro tiempoโ€; โ€œhambre de encarnaciรณn padece el tiempoโ€. Media hora en Herat representa, en โ€œFelicidad en Heratโ€, la felicidad porque el mundo reposa โ€œen sรญ mismoโ€:

Vi las apariencias.

Y llamรฉ a esa media hora:

Perfecciรณn de lo Finito.

Este modo o indagaciรณn estรก maravillosamente capturado en el poema de juventud โ€œPiedra nativaโ€:

La luz devasta las alturas

Manadas de imperios en derrota

El ojo retrocede cercado de reflejos

Paรญses vastos como el insomnio

Pedregales de hueso

Otoรฑo sin confines

Alza la sed sus invisibles surtidores

Un รบltimo pirรบ predica en el desierto

Cierra los ojos y oye cantar la luz:

El mediodรญa anida en tu tรญmpano

Cierra los ojos y รกbrelos:

No hay nadie ni siquiera tรบ mismo

Lo que no es piedra es luz.

Se trata de una evocaciรณn de un momento y un paisaje, pero contiene varios elementos inusuales que son caracterรญsticos de la obra de Paz: el sentido de historia y polรญtica que implican esos imperios y la idea de devastaciรณn, el asombroso sรญmil que conecta paรญses con la falta de sueรฑo y la intimidad con la que se dirige a sรญ mismo o a otro. La brillante imagen final borra al observador y nos deja no con el vacรญo, sino con un universo crudamente dividido que remite a ciertas imรกgenes de Gerard Manley Hopkins: piedra, luz y nada mรกs.

Los poemas nos llevan de la infancia de Paz en Mixcoac al Madrid de la Guerra Civil, a Parรญs, Venecia, San Francisco, Nueva York, Bangkok, Tokio y a numerosos lugares en la India, y nos regresan finalmente a la ciudad de Mรฉxico y a varios territorios de su memoria, que incluyen la vieja casa, el jardรญn y su familia. Paz descubriรณ el pensamiento y arte prehispรกnicos y los convirtiรณ en elementos importantes en una gran parte de su obra. Escribiรณ: โ€œLa mitologรญa mesoamericana es un teatro de metamorfosis prodigiosas que nunca tuvo un Ovidio.โ€ De muchas maneras, รฉl fue ese Ovidio. โ€œPiedra de solโ€ estรก basado en la cosmologรญa del calendario azteca y en la revoluciones del planeta Venus, que a su vez evocan a toda una variedad de diosas mediterrรกneas. La imaginaciรณn de Paz es sobre todo sincrรฉtica โ€“โ€œtodos los nombres son un solo nombre, / todos los rostros son un solo rostroโ€โ€“, y este retrato de la mujer mรกgica en โ€œPiedra de solโ€ es representativo de eso:

adolescente rostro innumerable,

he olvidado tu nombre, Melusina,

Laura, Isabel, Persรฉfona, Marรญa,

tienes todos los rostros y ninguno,

eres todas las horas y ninguna […]

Por supuesto que una mujer individual prefiere que su nombre sea recordado, pero no siempre hay tiempo para esas consideraciones cuando se estรก buscando a la Diosa Blanca. Y los versos mรกs lรญricos de โ€œPiedra de solโ€ plantean un โ€œnosotrosโ€ que sin lugar a dudas habla por hombres y mujeres:

ยฟla vida, cuรกndo fue de veras nuestra?,

ยฟcuรกndo somos de veras lo que somos?

El tiempo pasado en el primero de estos versos es desolador. Bajo esta perspectiva, la vida es, casi toda, oportunidades perdidas. Pero hubo oportunidades.

Muchos poemas de mediados de la carrera de Paz โ€“de 1957 a, digamos, 1975โ€“ revelan una preocupaciรณn por la solidez o la accesibilidad de aquello que consideramos real, aunque tambiรฉn este tema tiene una encarnaciรณn notablemente temprana en โ€œLa calleโ€:

Es una calle larga y silenciosa.

Ando en tinieblas y tropiezo y caigo

y me levanto y piso con pies ciegos

las piedras mudas y las hojas secas

y alguien detrรกs de mรญ tambiรฉn las pisa:

si me detengo, se detiene;

si corro, corre. Vuelvo el rostro: nadie.

La versiรณn posterior de esta historia es mejor conocida y estรก mucho mรกs concentrada en โ€œAquรญโ€:

Mis pasos en esta calle

resuenan

en otra calle

donde

oigo mis pasos

pasar en esta calle

donde

Solo es real la niebla

Lo que Paz expresa aquรญ de modo tan inquietante no es una duda filosรณfica sobre la existencia de calles o pasos o caรญdas o personas, sino una convicciรณn รญntima de que lo real no se siente como real, de que las certezas del sentido comรบn de algรบn modo han expirado o dejado de funcionar. Esta convicciรณn es frecuente en cualquier lugar, pero especialmente comรบn en Amรฉrica Latina, donde una vieja cultura colonial de ilusiones teatrales y รณpticas estรก hermanada con una cultura polรญtica mรกs reciente de encubrimientos oficiales y mentiras. โ€œSolo es real la nieblaโ€ es una manera de decir hasta quรฉ punto se ha convertido en niebla todo lo demรกs.

Para Paz la respuesta a esas dudas estรก en la historia, pero no es un recurso feliz. En โ€œNocturno de San Ildefonsoโ€, regresa a sus dรญas como joven rebelde, cuando รฉl y sus amigos tomaron a Dostoievski y Stendhal como inspiraciรณn polรญtica:

Plaza del Zรณcalo,

vasta como firmamento:

espacio diรกfano,

frontรณn de ecos.

Allรญ inventamos,

entre Aliocha K. y Juliรกn S.,

sinos de relรกmpago

cara al siglo y sus camarillas.

Nos arrastra

el viento del pensamiento,

el viento verbal,

el viento que juega con espejos,

seรฑor de reflejos,

constructor de ciudades de aire,

geometrรญas

suspendidas del hilo de la razรณn […]

Paz continรบa elaborando un mea culpa para una generaciรณn entera:

Lo que quisimos

[…] fundar con sangre,

levantar la casa con ladrillos de crimen

[…] Algunos

se convirtieron en secretarios de los secretarios

del Secretario General del Infierno.

El poema sigue con โ€œconversiones, retractaciones, excomuniones […], embrujamientos y desviacionesโ€. ยฟFueron todos estos errores โ€œhistorias de un errorโ€? No, โ€œla historia es el errorโ€. La historia es el camino, Paz sugiere, y la verdad estรก en el viaje. Queda solo la memoria de โ€œlo vivido y padecidoโ€. Hay una autoridad desesperada en todo esto, incluso si es solo la autoridad de la desilusiรณn de un hombre. Y claro, un ingenio agudo y mordaz se sostiene entre el horror y el arrepentimiento.

La desilusiรณn no es un estado duradero en Paz, aun si tiene que dejar la historia a un lado. Su poema โ€œRespuesta y reconciliaciรณnโ€, basado no solo en una conversaciรณn imaginaria con Quevedo sino en las lecturas sobre ciencia contemporรกnea del propio Paz, sugiere โ€œuna reconciliaciรณn con nuestro destino terrestreโ€.

Rima consigo mismo el universo

[…] sabemos ya que es mรบsica el silencio

y somos un acorde del concierto.

Asumo que el eco al John Shade de Nabokov en Pรกlido fuego no es intencional. Mรกs bien, la conexiรณn anula el consuelo, ya que el dรญa despuรฉs de que empieza a desarrollar un sentimiento por una โ€œvida ricamente rimadaโ€ y a sospechar que โ€œel verso de las galaxias […] es un yรกmbicoโ€, Shade muere de modo accidental a manos de un asesino que se equivoca de vรญctima.

La condiciรณn dominante en la poesรญa de Paz โ€“una de las formas que adopta la coherencia detrรกs de la multitud de vocesโ€“ no es la duda ni la desilusiรณn ni el consuelo, sino la disposiciรณn a la aventura, a la sensaciรณn de que hay peligros que vale la pena conquistar.

Estรก, por ejemplo, la extraordinaria aventura (para el lector tambiรฉn) del poema Blanco, una obra experimental con una elaborada disposiciรณn grรกfica y la posibilidad de seis variedades de lectura propuestas por el mismo Paz. El poema, que se lanzรณ recientemente como aplicaciรณn para tableta, tiene tres columnas en diferentes tipografรญas. Cada columna es un poema asรญ como una serie de (seis u ocho) poemas separados, y dos de las columnas pueden combinarse para formar otros cuatro poemas. Es decir, seis lecturas pero veintiรบn poemas, segรบn mis cuentas, sin contar el que obtenemos al leer el texto completo como un solo poema. Paz le llamรณ a la obra โ€œun cuerpo hecho de palabrasโ€, y una frase recurrente en รฉl, dirigida a una mujer, es โ€œel mundo es tus imรกgenesโ€. La ligera ambigรผedad admite que las imรกgenes sean imรกgenes de ella โ€“este es, considero, el significado principalโ€“, pero tambiรฉn las imรกgenes que ella mira con sus ojos de precipicio. De cualquier manera, insiste el poema, mirar es real.

Y finalmente, solo para recordar la variedad de voces que hay en la coherencia, hago una pausa en el delicado poema tardรญo โ€œComo quien oye lloverโ€, un ligero y melodioso riff de un dicho popular sobre quien no presta atenciรณn: โ€œme oyes como quien oye lloverโ€. Paz convierte la acusaciรณn en recomendaciรณn, el espejo de una forma de entendimiento:

ร“yeme como quien oye llover,

ni atenta ni distraรญda,

pasos leves, llovizna,

agua que es aire, aire que es tiempo,

el dรญa no acaba de irse,

la noche no llega todavรญa,

figuraciones de la niebla

al doblar la esquina,

figuraciones del tiempo

en el recodo de esta pausa,

รณyeme como quien oye llover […] ~

_________________

Traducciรณn de Isabel Zapata.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

*Editada y traducida por Eliot Weinberger, Nueva York, New Directions, 2012, 606 pp.

+ posts

Acadรฉmico de Princeton, en donde enseรฑa literatura contemporรกnea e historia de la crรญtica. Ha escrito libros sobre Stendhal, Buรฑuel, Kafka, Nabokov y Garcรญa Mรกrquez.


    ×

    Selecciona el paรญs o regiรณn donde quieres recibir tu revista: