La mirada del animal doméstico nos dice lo que queremos oír: que no estamos solos, que una conciencia distinta pero no tan alejada de la nuestra nos percibe. Por nuestra parte, la mirada que les reservamos a los animales parece estar llena de asombro, de piedad, de franco pánico. Nos esforzamos por salvar el abismo que nos separa, por borrar del gesto de un perro o de una res, la indolencia. “Ningún animal afirma al hombre”, escribe John Berger. “Siempre, la ausencia de un lenguaje común, su silencio, garantiza su distancia, su diferencia, su exclusión de y con el hombre.”
Presentamos una serie de fotografías de artistas plásticos contemporáneos preocupados por las maneras de mirar a los animales. A fin de cuentas, hay ya un diálogo, incipiente y muchas veces unilateral, en el acto de mirar.
– La redacción
Fay Ray, de William Wegman
Annunciation, de Karen Knorr
Jürgen Wilde, de Jochen Lempert
