Esa noche del 21 de octubre de 1981 fuimos María y yo a cenar a casa de los Miret, entonces en la colonia Polanco, y cuando subíamos al tercer piso acaeció un terremoto que interrumpió el servicio eléctrico y el elevador se quedó atollado entre el piso inferior y el superior, y con la puerta abierta. Como no podíamos arriesgarnos a salir de allí por el riesgo de que volviera la luz y el elevador subitamente puesto en marcha nos atrapase y nos quebrara el espinazo, Vicki y Pedro trajeron velas encendidas y estuvieron una media hora tendidos en el suelo, al nivel de nuestras miradas, charlando con nosotros, los amigos cautivos del sismo. Media hora después, cuando volvió la energía eléctrica y estábamos a salvo en el departamento, buscamos información en la radio y luego durante la cena Pedro nos dedicó su libro recién publicado, Rompecabezas antiguo (Letras Mexicanas, Fondo de Cultura Economica, acabado de imprimir el 31 de julio de 1981): “A José de la Colina y María, entrañables amigos y lectores, con el amor de Pedro”, añadiendo la anotación: 21 oct., 81, noche de temblor, esc. de M. 7.2., y no sé si con la última cifra precedida de la M se refería a la escala de Mercalli o a la de Miret, porque él tenía su propia y singularísima escala para todo, su mirada de extraterrestre en perpetua y absorta visita en esta Tierra.
Es escritor, cinéfilo y periodista. Fue secretario de redacción de la revista Vuelta.