Poetas contra glotones

Desde casi siempre los poetas estรกn en una guerra declarada y santurrona contra la glotonerรญa. Aquรญ una muestra de las joyas que este enfrentamiento ha producido.
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Desde casi siempre los poetas estรกn en una guerra declarada y santurrona contra la glotonerรญa. Marcial –“prรญncipe y mayorazgo de la agudeza”, segรบn lo llama Graciรกn– tiene cuando menos seis epigramas en que mofa el apetito de alguno de sus romanos conciudadanos. (Dice Richard E. Prior, Going around hungry: Topography and poetics in Martial 2.14, que el epigramista escribiรณ ochenta y cinco poemas solamente alrededor de la cena.) Cuando Catulo estรก mรกs inflamado de ira le grita a Pompeyo que, por hacerse de la vista gorda ante las transas de Mamurra, es un puerco y un glotรณn –impudicus et vorax–:

Quis hoc potest videre, quis potest pati,

Nisi impudicus et vorax, et aleo

Catulo tiene a la mano el insulto porque desde siempre, se ha visto a los polรญticos como unos tipos con cabeza de cochinos hartรกndose del alimento del pueblo. Es natural. Asรญ tambiรฉn para Lisa Simpson, niรฑa poeta que reciรฉn habรญa escrito una elegรญa para los Estados Unidos, ganado con ella un concurso que la ha llevado a Washington y ahรญ atestiguado un acto de corrupciรณn antiecologista (Mr Lisa goes to Washington, temporada 3, 1991), se transforma la fauna de la capital gringa:

 

Y asรญ tambiรฉn Ireneo Paz en uno de sus “tijeretazos”, aquellos sonetos satรญricos pasadรญsimos de lanza y extremadamente divertidos donde el seรฑor pasaba por las armas blancas a los Bejaranos de su รฉpoca. (La pluma es mรกs poderosa que la espada, etcรฉtera.) Aparecieron reunidos en Cardos y violetas, de 1878. He aquรญ uno, magistral:

Despuรฉs de haber comido barbacoa

la olรญmpica y grasienta cofradรญa,

hizo a Cacahuamilpa romerรญa

en tren, en diligencia y en canoa.

Llevรณ a Porraz cargado con anchoa,

con salmรณn, salchichรณn y lengua frรญa,

pues dicen que en aquesa compaรฑรญa

el que menos engulle come boa…

¡Santo! ¡Santo! Tus faltas atenรบa,

mira que ya la gente hasta se mea

sintiendo que le pica tanta pรบa…

Y ya para aguantar falta correa…

Mira, siquiera tu comer gradรบa,

¡no vaya a ser que estaques la zalea!

El que menos engulle come boaes un verso acertadรญsimo: puro Marcial. Claro que no sรณlo polรญticos han merecido ese escarnio. Sor Juana, en un soneto juguetรณn y travieso que Antonio Alatorre descubriรณ y publicรณ en Vuelta en 1984 (Un soneto desconocido de sor Juana, a Octavio Paz, en sus 70 aรฑos), le dice a un monje, fray Luis Timeo, que, aunque parece que come frugal –alcuzcuz o sea: cous cous–, le entra con todo a lo que se deje:

ร‰rase un preste cara de testuz,

de cuyas barbas se hace el albornoz,

que, si le piden algo, tira coz,

en que no disimula lo andaluz.

Parece se sustenta de alcuzcuz,

aunque come muy bien ganso y arroz,

y que se alienta en barros de Estremoz

con agua dulce de la Regaluz.

ร‰rase de vendimia un gran lanzรณn,

de cecina un tasujo muy aรฑejo,

un espรญritu pronto merendรณn.

Y este que he dicho no es el abadejo,

porque es un reverendo abadejรณn,

de Abades y de Prestes fiel espejo.

El monje se defendiรณ con otro soneto, gallardamente escrito en los mismos consonantes forzados. El segundo cuarteto va asรญ:

Con este can, mi Reina, no hay cuz cuz,

que es el ganso muy flaco para arroz;

ni hay que brindarme en barros de Estremoz,

que no ha de haber conmigo regaluz.

A propรณsito, dice Alatorre que el primer verso de ese cuarteto “no es sino el conocido refrรกn ‘A perro viejo no hay tus tus’ (‘el hombre experimentado no se deja embaucar’).” Ese poema de sor Juana es pura buena onda. Tambiรฉn en buena onda, Roald Dahl propone la soluciรณn al enigma de un niรฑo glotรณn en los pareados de The tummy beast, de 1983 –tiene una bestia en la panza:

At once the tummy voice came through,

It shouted, “Hey there! Listen you!

“I’m getting hungry! I want eats!

“I want lots of chocs and sweets!

“Get me half a pound of nuts!

“Look snappy or I’ll twist your guts!”

En el siglo XVII Ben Jonson, poeta glotรณn –cf. su epigrama CI, Inviting a friend to supper, donde enlista para la cena alcaparras, aceitunas, gallina, ensalada, cordero, perdices, faisรกn, entre muchas otras cosas–, se burlรณ de sรญ mismo ya no tan en buena onda en My picture left in Scotland. ร‰sta es la segunda estrofa:

Oh, but my conscious fears,

That fly my thoughts between,

Tell me that she hath seen

My hundred of gray hairs,

Told seven and forty years,

Read so much waste, as she cannot embrace

My mountain bellyand my rocky face;

And all these through her eyes have stopped her ears.

En cambio, lo que sรญ es decididamente malvado (aunque parcialmente divertido) es C’mon pigs of Western Civilization eat more grease, 1993, de Allen Ginsberg. Vamos a dejar que el propio Ginberg nos lo lea:

 

 

Por insultos no parรณ, y la sensaciรณn final es de humillaciรณn: es fรกcil sentirse parte de esa panda de puercos de la civilizaciรณn occidental. (Entre parรฉntesis: intentรฉ hace poco una versiรณn bastante libre de este libรฉrrimo poema. El interesado puede leerla aquรญ.)

 

*   *   *

 

Pero hay algo tambiรฉn de hipรณcrita en la batalla de los poetas contra los glotones. En su lectura Allen Ginsberg parece llenarse la boca con el sรกndwich de pastrami del Katz de Nueva York, del kielbasa en ลรณdลบ, del salami con cerveza en Mรบnich, del liverwurst en pan de centeno en Berlรญn. Petronio Arbiter, en medio del banquete delirante de Trimalciรณn –pura sรกtira anti excesos–, menciona a un comensal, aquel que estรก echado en el lugar del liberto (“illi qui libertini loco iacet”), que fue un gran glotรณn y ahora se ha ido a la quiebra:

 

 

“Fue enterrador –dice–. Comรญa como rey: jabalรญes cerdosos, obras de pastelerรญa, aves, cocineros, pasteleros. Mรกs vino se derramaba bajo su mesa que lo que muchos tienen en sus cavas. Una fantasรญa, no un hombre.” Esa bella prosa ¿no es una traiciรณn de envidia por el destino de aquel hombre que era menos eso que una fantasรญa? Pero no conozco mejor traiciรณn del que condena al glotรณn que esta, “Del quinto pecado mortal” de Alfonso Martรญnez de Toledo (1398-1470), Arcipreste de Talavera. En lo que condena estos yantares parece cantar un cuerno de abundancia comestible. Estรก en el nรบmero 6 de la tristรญsimamente desaparecida revista Parรฉntesis –enero, 2001– y copiarรฉ completo el pรกrrafo, que es un poema en prosa de mรบsica extraordinaria:

“El quinto pecado mortal es gula. Deste non se puede escusar el que ama o es amado de muchos esรงesivos comeres e beveres en yantares, cenas e plazeres con sus coamantes, comiendo e beviendo ultra mesura; que allรญ non ay rienda en comprar capones, perdizes, gallinas, pollos, cavritos, ansarones –carnero e vaca para los labradores–, vino blanco e tinto, ¡el agua vaya por el rรญo!, frutas de diversas guisas, vengan do quiera, cuesten lo que costaren. En la primavera barrines, guindas, รงeruelas, alvรฉrchigas, figos, bevras, duraznos, melones, peras vinosas e de la Vera, manรงanas xabรญes, romรญes, granadas dulรงes e agradulรงes e azedas, figo doรฑengal e uva moscatel; non olvidando en el invierno torreznos de toรงino asados con vino e aรงรบcar sobreraรญdo, longanizas confeรงionadas con espeรงias, gengivre e clavos de girofre, mantecadas sobredoradas con aรงรบcar, perdizes e vino pardillo, con el buen vino cocho a las maรฑanas, y ¡รกndame alegre, plรฉgame e plegarte he, que la ropa es corta, pues a las iglesias imos! Aquรญ verรฉis con este tal los sentidos trocar, las voluntades correr, el seso desvariar, el entendimiento descorrer: alegrรญa, plazer, guasajado, e vรญa despuรฉs a llorar. Pues a la noche confites de aรงรบcar, รงitronas, estuches, รงiliatre, matafalรบa confita, e piรฑonada, alosas e tortas de aรงรบcar, e otras maneras de preciosas viandas que dan apetito a mucho comer e bever mรกs de su derecho. Pues, aguas rosadas e de azahar almizcadas, avundanรงia sin duelo, safumadoras preรงiosas sevillanas, catalanas, e compuestas de benjuรญ, estorach, linum, รกloe, lรกcdauno, con carbรณn de sauze fechas como candelillas para quemar; solazes, รงenas, armuerzos e yantares por do el comer e bever mรกs de derecho non se puede escusar. Por ende conviene despuรฉs de mucho comer e de mucho bever muchas diversas e preรงiosas viandas luxuria cometer. E de todo esto el desordenado amor causa fue. Pues verรกs cรณmo el que ama, amando, gula por fuerรงa ha de cometer.”

 

 

 

 

 

Uno de los lugares donde los rituales del gran banquete se combinan con la degustaciรณn de platillos con toque local, es en la Ribera Maya. La intuiciรณn culinaria del Caribe mexicano echa mano de las tradiciones y los sabores locales para elaborar platillos dignos de las grandes cenas de la antigรผedad. 

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Escritor. Autor de los cรณmics Gabriel en su laberinto y Una gran chica (2012)


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