Fotos: Gerardo Landa

Taller: Daniel Lezama

Este registro pretende explorar las relaciones del artista con el espacio, enfatizando la idea de que el espacio es un elemento del proceso creativo.ย 
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Aquรญ la galerรญa completa.

Hay que recorrer la calle de Luis Moya, en el Centro Histรณrico, para llegar al taller de Daniel Lezama. Entre un flujo constante de gente y una variedad infinita de focos y lรกmparas, un portรณn se abre para mostrar la vecindad casi vacรญa que el pintor ocupa todos los dรญas para trabajar. Llegรณ aquรญ en 1999, pero su relaciรณn con el Centro es mรกs antigua, pues es en esta geografรญa donde diferentes momentos de su historia se han forjado. Un primer ritual de acceso lo define una escalera porfiriana de hierro que se sostiene sobre esbeltas columnas de la compaรฑรญa Eiffel, el enlace entre exterior e interior se caracteriza por el ritmo de este elemento constructivo que ofrece, ademรกs, una vista general del peculiar espacio construido en 1901.

El estudio es mediano, los anchos muros de tepetate lo hacen templado, el piso de madera y la gran altura del techo generan una atmรณsfera particular que hace difรญcil imaginar el trabajo de Lezama sucediendo en otro espacio. En su taller rige la norma de la mรกxima eficacia: aquรญ el espacio no se administra de acuerdo a la luz natural, las persianas se mantienen cerradas y una instalaciรณn lumรญnica de alta tecnologรญa permite un trabajo que se desarrolla de modo eficiente sin importar la hora del dรญa. Los muros muestran cicatrices, grietas y clavos; manchas y mรบltiples detalles revelan la nociรณn que Lezama tiene sobre su espacio de trabajo: “el taller permite llevar al lรญmite el espacio, este se aprovecha en todos los sentidos, empujas sus lรญmites en tรฉrminos de dimensiones, de iluminaciรณn, de maltrato.”

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Define su espacio como austero pero con mucho carรกcter, la historicidad del edificio moldea la sensaciรณn que se vive allรญ, “muy rรบstica y primitiva pero urbana a la vez”. El pintor es consciente del peso de las caracterรญsticas arquitectรณnicas de su estudio, encuentra fascinaciรณn en los techos altos, pues ahรญ percibe una elemento de plenitud que hace de su taller un espacio muy humano. A pesar de localizarse en un contexto comercial, su espacio tiene un carรกcter de oasis que le permite cierto aislamiento para trabajar; el entorno y las particularidades del edificio influyen de modo sutil en su obra: “permean diversas sensibilidades, un cierto imaginario por ejemplo; el centro es una parte importante de una acumulaciรณn de escenarios diversos donde se plantea mi pintura, aunque yo no retrato el centro ni lo pinto como tal, la sensaciรณn de algo que es civilizado y al mismo tiempo incomprensible y mรญstico estรก en el centro.”

Daniel Lezama (ciudad de Mรฉxico, 1968)

 

 

 

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Maestra en historiografรญa e historiadora de la arquitectura.


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