Increíble pero cierto: el soltero más codiciado de Hollywood se ha vuelto un adalid del cine no sólo alternativo sino contestatario. Así lo confirma Buenas noches, buena suerte, ejemplo de ética y sobriedad que aborda, en atinado blanco y negro, uno de los capítulos más oscuros de la historia estadounidense contemporánea: la cacería de brujas emprendida en los años cincuenta por McCarthy. El choque entre el senador y el equipo de reporteros de cbs, encabezado por Edward R. Murrow (un David Strathairn insuperable), sirve a Clooney tanto para cerrar el díptico televisivo iniciado con Confesiones de una mente peligrosa (2002) como para lanzar un gancho al hígado de la Era Bush. El humo de cigarro que colma la sede de los periodistas representa el arrojo ideológico en plena ebullición. ~
(Guadalajara, 1968) es narrador y ensayista.