para Tanya
El Partido Abolicionista Siglo XXI (pas21 por sus siglas alfanumรฉricas) alcanzรณ su registro gracias a que su lรญder, el joven de veintisiete aรฑos Venustiano Dosguerras, logrรณ conseguir mรกs de los cien mil seguidores que la instituciรณn electoral exigรญa para inscribirlo como instituto polรญtico para las elecciones en puerta.
Surgiรณ de la nada. Estudiante de posgrado en la Facultad de Veterinaria, con especialidad en la reproducciรณn de porcinos –especรญficamente en la morfomรฉtrica de la cabeza del espermatozoide de los cerdos–, Venustiano nunca habรญa participado en las reuniones del consejo estudiantil, no acudรญa a los mรญtines convocados por sus compaรฑeros, no tuvo en su momento una opiniรณn acerca de la invasiรณn de los Estados Unido a Iraq y nunca habรญa votado. Un dรญa invitรณ a sus amigos a cenar a su departamento (se acababa de casar con Linda Soriano, estudiante de Letras Hispรกnicas) y de pronto, de la nada, luego de comerse un taco de cochinita pibil, dijo “Hay que abolir la esclavitud”. Es cierto que ya estaba tomado y que habรญa consumido mucha cebolla encurtida y chile habanero. Es cierto que algo le habรญa cambiado recientemente la vida sin que รฉl lo supiera entonces.
Una semana antes de la reuniรณn, Venustiano caminaba hacia una tienda para comprar un six de cervezas. Llovรญa. Relampagueaba. A pocos metros de regresar a su edificio, un rayo pegรณ en un poste de luz en el que se habรญa recargado. El impacto lo tumbรณ al piso. Como pudo se puso de pie y llegรณ a su casa tambaleรกndose. Linda le llamรณ al mรฉdico, que a travรฉs del telรฉfono la tranquilizรณ y le dijo que pasaran a verlo al dรญa siguiente, cosa que no sucediรณ ya que Venustiano se levantรณ de buen humor y sin ninguna aparente secuela. El รบnico cambio perceptible fue que desde entonces los pelos de la cabeza y de los brazos le quedaron erizados. Al principio los aplacรณ con gel, pero luego los dejรณ en libertad.
“Hay que abolir la esclavitud”, volviรณ a decir con el rostro especialmente serio. Alguien se riรณ y lo respaldรณ: “Sรญ, que se abuela… ¿O que se abola?”, se dirigiรณ a Linda, que habรญa exentado la materia de Filologรญa. “Creo que es mejor no hacer la conjugaciรณn. Estรก bien hay que abolir la esclavitud.”Y siguieron platicando de gramรกtica y de las enfermedades infecciosas de los porcinos. Alguien incluso contรณ un chiste de esclavos, que el anfitriรณn no escuchรณ por estar clavado en sus pensamientos.
A la maรฑana siguiente Venustiano no fue a trabajar (era investigador del Instituto de Investigaciones Mamรญferas) y se dedicรณ a redactar un documento en el que exponรญa sus razones para abolir la esclavitud.
–En Mรฉxico no hay esclavos –le dijo su esposa antes de leer el manuscrito.
–Claro que sรญ.
–¿Te refieres a la esclavitud de los cerdos o de las personas? –preguntรณ Linda, que ya empezaba a preocuparse por la salud mental de su esposo.
–Por supuesto que de las personas.
Linda leyรณ el documento, le hizo un par de correcciones de estilo y exclamรณ: “Tienes razรณn, hay que abolir la esclavitud.”
Cenaron albรณndigas, brรณcoli con mantequilla y nieve de limรณn.
Al dรญa siguiente Venustiano leyรณ las cinco cuartillas que habรญa escrito en un mitin convocado por el sindicato de electricistas. La respuesta fue unรกnime: hay que abolir la esclavitud. Acompaรฑado de cinco lรญderes regionales de dicho sindicato, mรกs otros dos de los telefonistas, fue a la Cรกmara de Diputados a presentar su documento.
–Seรฑores –los recibiรณ el diputado Pรฉrez Malo–, en Mรฉxico no hay esclavitud. Ese derecho estรก amparado por la Constituciรณn. Artรญculo primero.
–Por eso mismo –hablรณ Venustiano–. Venimos a proponer la aboliciรณn de la esclavitud, asรญ como eliminar la pena de muerte.
–Artรญculo 21.
–Creo que ya nos estรก entendiendo: proponemos volver a escribir la Constituciรณn.
El diputado Pรฉrez Malo los mareรณ con sus palabras, antes de decirles que los tendrรญa que dejar porque debรญa asistir a la sesiรณn ordinaria de la Cรกmara, cosa que no hizo porque tenรญa cita con su amante.
–¿O sea: estรกs proponiendo hacer una nueva Constituciรณn? –le preguntรณ Linda en cuanto su marido le platicรณ acerca de su reuniรณn con Pรฉrez Malo.
–No exactamente: volver a escribirla.
–Te estรกs viendo muy borgiano –y le hizo un resumen de “Pierre Menard, autor del Quijote”.
–Asรญ es: volver a escribir la Constituciรณn, no copiarla. Eso no tendrรญa ningรบn sentido.
Desayunaron huevos revueltos con tocino y jugo de toronja.
Los siguientes dรญas fueron para Venustiano de una actividad intensa. Gracias a la intervenciรณn de sus aliados electricistas y telefonistas tuvo acceso a otros sindicatos y organizaciones polรญticas. Su propuesta de reescribir la Carta Magna fue en todo momento apoyada. La consecuencia inmediata fue la creaciรณn de un nuevo partido que tuviera como ideal y como meta redactar la nueva Constituciรณn. De preferencia la misma.
En menos de dos meses se logrรณ el registro ante el Instituto Electoral. Y en tres aรฑos, luego de una holgada victoria en las elecciones, la mayorรญa en la Cรกmara baja. La primera sesiรณn ordinaria, tal y como se tenรญa previsto, tuvo como protagonista al diputado Dosguerras, que subiรณ a la tribuna y pronunciรณ su esperado y breve discurso de cinco palabras: “Hay que abolir la esclavitud.” Luego le dejรณ la palabra a su esposa (ya diputada) Linda Soriano, que argumentรณ en su intervenciรณn la necesidad inmediata de redactar nuevamente la Constituciรณn. La propuesta fue aceptada casi por unanimidad, ya que los seis diputados del Partido Acciรณn Nacional y los cuatro del Partido Revolucionario Institucional votaron en contra. Se integrรณ una รบnica comisiรณn, la constitucionalista.
Al dรญa siguiente, Dosguerras propuso que el capรญtulo primero tratara acerca de los derechos humanos y sus garantรญas. Sus palabras fueron aceptadas por todos, ya que la oposiciรณn, en protesta, no acudiรณ al primer dรญa de trabajo.
En un mes quedรณ redactada la nueva Constituciรณn, que tenรญa algunas pocas diferencias con la promulgada un siglo atrรกs, ademรกs de un รบltimo capรญtulo de suyo muy repetitivo. Por ejemplo, en la de 1917 decรญa (Artรญculo 3º, Fracciรณn III):
Para dar pleno cumplimiento a lo dispuesto en el segundo pรกrrafo en la fracciรณn II, el Ejecutivo Federal determinarรก los planes y programas de estudio de la educaciรณn preescolar, primaria, secundaria y normal para toda la Repรบblica. Para tales efectos, el Ejecutivo Federal considerarรก la opiniรณn de los gobiernos de las entidades federativas y del Distrito Federal, asรญ como de los diversos sectores sociales involucrados en la educaciรณn, en los tรฉrminos que la ley seรฑale.
La promulgada el 5 de febrero del 2017 quedรณ redactada de la siguiente manera (mismo artรญculo y fracciรณn):
Para dar pleno cumplimiento a lo dispuesto en el segundo pรกrrafo de la fracciรณn II, el Ejecutivo Federal determinarรก los planes y programas de estudio de la educaciรณn preescolar, primaria, secundaria y normal para toda la Repรบblica. Para tales efectos, el Ejecutivo Federal deberรก tener en consideraciรณn la opiniรณn de los gobiernos de las entidades federativas y del Distrito Federal, asรญ como de los diversos sectores sociales involucrados en la educaciรณn, en los tรฉrminos que la ley seรฑale.
El Ejecutivo Federal fue llamado a cumplir y hacer cumplir la nueva Constituciรณn, algo que hizo a regaรฑadientes porque aseguraba que la antigua era mucho mรกs justa y estaba mรกs apegada a los usos y costumbres del pueblo. En su discurso, el Presidente hablรณ acerca del peligro que significaba para el Estado el hecho de abolir la esclavitud, asรญ como de algunos otros de los artรญculos:
No se hagan bolas. Es mejor reglamentar la esclavitud que abolirla. Sin ella, nuestro paรญs se irรญa a la deriva. Hay esclavos porque hay amos. Y viceversa. El salario mรญnimo alcanza para mantener una familia ¿Abolir la pena de muerte a la que estรกn condenados los mexicanos en extrema pobreza? ¿Son productivos? Seรฑores, por favor. ¿Dar empleo a los mexicanos tal y como lo dicta el artรญculo 123 de su Constituciรณn? Tenemos la suerte que pocas naciones tienen de tener como vecino a un paรญs poderoso necesitado de mano de obra barata. Sin sus remesas tendrรญamos que asumir una polรญtica de austeridad que a nadie conviene. ¿Libertad de expresiรณn? ¿En quรฉ paรญs, dรญganme, existe esa libertad? ¿Por quรฉ quieren que nosotros seamos la excepciรณn? Pรณnganse las pilas, que les caiga el veinte. Si la Carta Magna que rige la vida de nuestra naciรณn se cumpliera al pie de la letra esto serรญa un caos. La anarquรญa. Dejo todo esto a sus conciencias.
Los primeros meses en los que se puso en prรกctica la nueva Constituciรณn reinรณ un gran desconcierto. Habรญa que acoplarse a las nuevas normas. La educaciรณn fue gratuita y obligatoria, se aboliรณ la esclavitud, los extranjeros no se inmiscuyeron en los asuntos polรญticos del paรญs y la usura fue tipificada como un delito (segรบn el รบnico artรญculo aรฑadido, el 137), entre otras muchas novedosas prรกcticas sociales. El presidente tuvo que trabajar de presidente, los jueces fueron jueces y los legisladores asistieron a las sesiones de sus respectivas Cรกmaras.
Ante la urgencia de regresar a la Naciรณn a una รฉpoca dorada, un ejรฉrcito conformado por muchos empresarios, funcionarios, lรญderes sindicales, fuerzas armadas, partidos de oposiciรณn, intelectuales de diversas tendencias, coyotes, deas y curas se lanzรณ a la insurrecciรณn, primero, y luego a lo que se conoce como golpe de Estado. Su meta era hacer valer la Constituciรณn de 1917.
Venustiano Dosguerras fue tomado preso justo en el momento en el que tuvo su primera convulsiรณn antes de caer en coma. Los pelos de cabeza y brazos regresaron a su posiciรณn natural. Parecรญa estar dormido.
Esa noche habรญa cenado espagueti con calabacitas. ~
