El gran ausente

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El acuerdo signado el 24 de noviembre de 2013 en Ginebra entre Teherรกn y el P5+I (China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia, mรกs Alemania) sugiere la pauta de una nueva etapa en el balance de poder en Medio Oriente, en el que, por primera vez desde la Revoluciรณn islรกmica de 1979, Irรกn podrรญa emerger como protagonista.

Como es comรบn cuando se aborda esta compleja regiรณn del mundo, los puntos de vista pueden ser en extremo divergentes. La negociaciรณn de Ginebra se ha comparado, por un lado, con el momento estelar de la polรญtica exterior de Nixon y su acercamiento con China y, por otro, con la feble respuesta europea ante la anexiรณn nazi de Checoslovaquia. En realidad las consecuencias de este acuerdo son complejas, de ninguna manera maniqueas, y ciertamente sus alcances y vigencia permanecen indefinidos.

A grandes rasgos, el acuerdo exige a Irรกn atenuar las capacidades de su programa nuclear (especialmente el grado de enriquecimiento de uranio) y dar acceso irrestricto a toda la informaciรณn y a todas sus instalaciones, a cambio de la cancelaciรณn paulatina de las sanciones econรณmicas que actualmente enfrenta. Aunque el acuerdo tiene una vigencia de seis meses, y puede renovarse si asรญ lo acuerdan las partes, a largo plazo establece como objetivo la normalizaciรณn del programa nuclear iranรญ al interior del Organismo Internacional de Energรญa Atรณmica y eventualmente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, lo que devendrรญa en la suspensiรณn completa de las sanciones.

Estos tรฉrminos, aunque aparentemente sencillos, no pudieron acordarse durante una dรฉcada, en la que predominaron repetidos e infructuosos acercamientos y la amenaza latente de un ataque militar. La importancia estratรฉgica de este acuerdo radica no tanto en lo que contiene el documento sino en lo que implica: el reconocimiento tรกcito de Irรกn como pilar indispensable para la estabilizaciรณn de la zona.

Si se atiende a sus caracterรญsticas demogrรกficas (75 millones de personas, mรกs de la mitad menores de treinta y cinco aรฑos), geoestratรฉgicas (posiciรณn geogrรกfica privilegiada; segundo lugar en el mundo en reservas de gas y cuarto en reservas de petrรณleo) y econรณmicas (por el volumen de su economรญa podrรญa formar parte del G20), resulta mรกs bien insuficiente el papel de paria al que Irรกn ha sido relegado.

Por otro lado, aunque sus credenciales democrรกticas o el estado de sus libertades civiles y polรญticas no son intachables, sรญ contrastan positivamente con el resto de la regiรณn. Tras dos invasiones con muy pobres resultados (Iraq y Afganistรกn), manifestaciones y cambios polรญticos en la zona (Egipto, Barรฉin, Turquรญa, el propio Irรกn en 2009) y una cruenta y prolongada guerra civil en Siria, que contamina de inestabilidad los paรญses vecinos y amenaza con desdibujar las fronteras existentes desde la Primera Guerra Mundial, Irรกn emerge paradรณjicamente como un factor de estabilidad.

Si el acuerdo de Ginebra evoluciona positivamente para despejar interrogantes sobre su programa nuclear, Irรกn podrรญa desempeรฑar un papel mรกs constructivo y proactivo, e incluso alinear sus intereses y sumar esfuerzos con los principales actores que no son de la regiรณn respecto a la delicada situaciรณn en Bagdad, Beirut, Damasco e incluso Kabul. De ahรญ la toral importancia de este acuerdo, y por ende la predecible oposiciรณn que encuentra en ciertos paรญses de la zona, que naturalmente ven en el aumento de la influencia iranรญ el riesgo de la disminuciรณn de la propia. Sin embargo, la verdadera vulnerabilidad de esta negociaciรณn recae en el paradigma de conflicto que caracteriza las relaciones de Irรกn con el resto del mundo, inercia que es de hecho un modus vivendi para ciertos sectores conservadores tanto en Irรกn como en Estados Unidos.

Produzca o no resultados tangibles, lo cierto es que la materializaciรณn del acuerdo de Ginebra refleja un proceso mรกs amplio de redistribuciรณn de influencias y alianzas que de cualquier manera ya ha iniciado en Medio Oriente. En este cambiante panorama, resta por ver si el gran ausente de la regiรณn es capaz de asumir un rol a la altura de sus capacidades. ~

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Es escritor. Reside actualmente en Sรญdney


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