Señor director:
En su interesante artículo aparecido en el número 1 de Letras Libres, en el último párrafo se refiere a la debatida “cuestión de los negros”. Con relación a este punto quiero decir lo siguiente: La “solución negra” conlleva un conflicto de derechos de igual jerarquía, el derecho a la libertad y a la vida digna. Sólo que, por salvar los de un grupo de seres humanos, se sacrifica los de otro. En este conflicto de derechos, en los que se entremezclan cuestiones económicas, políticas y éticas ?de una ética aceptada entonces?, Las Casas está optando, sin embargo, por los derechos de los más débiles que son los indios, los menos aptos para el trabajo duro en las minas. Colocados desde la óptica de nuestro tiempo la “solución negra” nos parece inaceptable, desde el punto de vista ético. Pero teniendo en cuenta el momento histórico en el que Las Casas hace la propuesta, y teniendo en cuenta que desde su postura, a final de cuentas, está colocado desde la parte más débil, considero que no es digno de condena. […] Nadie en aquella época, desde ópticas éticas y humanistas, se oponía a la esclavitud ni defendía a los negros. […] Las Casas reconoció haber propuesto que vinieran los negros a sustituir el trabajo duro de los indios, pero más adelante él mismo se dio cuenta de que era una solución injusta al afirmar, textualmente, que la misma razón para defender de la injusticia a los indios asiste a los negros. Por lo tanto, para el viejo Las Casas, la humanidad sí es una, sin excepción.
–Jesús Antonio de la Torre Rangel