En Lecumberri José Revueltas y yo estuvimos en crujías distintas. Pero el día de la agresión del primero de enero de 1970 estuvimos juntos. Varios de la crujía C nos metimos en la crujía M cuando vino la agresión. Una multitud de presos comunes pretendía meterse para robarnos lo que teníamos. Lo hicieron, pero además nos golpearon bastante fuerte. Recuerdo la actitud de Revueltas, que fue de los más bravos: les gritaba a los presos comunes y los amenazaba. Otro hecho que nos asombró a todos ocurrió el día de la sentencia. Nos llamaron a un patio pequeño de Lecumberri, nosotros de un lado de la reja y los funcionarios del juzgado del otro. Nos dictaron sentencia de dieciséis años de prisión. En el momento en que leen la sentencia, Revueltas se sube en una banca y comienza a leer un texto escrito a mano: una maldición contra Díaz Ordaz, el verdugo del movimiento, el gran represor de la lucha del 68. Revueltas fue detenido por Gutiérrez Barrios, por órdenes directas de Díaz Ordaz y de Echeverría. Estuvieron interrogándolo durante varios días. Gutiérrez Barrios informó a Echeverría que había confesado. ¿Qué confesó? Que formaba parte de un movimiento de estudiantes y de profesores, que él participaba en las asambleas de la Facultad de Filosofía y Letras, que daba conferencias, elaboraba planteamientos, hacía propuestas, arengas, convocatorias, es decir, “confesó” lo que hacían muchos otros.
En algún momento los dirigentes del Partido Comunista ven a Revueltas como un adversario ideológico, cuando decide romper con la dirección del partido y escribe Ensayo sobre un proletariado sin cabeza, que refleja una visión estalinista porque su crítica se centraba en que el Partido Comunista no era la cabeza del proletariado. ¿Por qué tenía que serlo? Se trata de una visión ortodoxa, atribuida a Lenin, pero en realidad bastante estalinista. No obstante creo que en ese texto hacía muchas críticas correctas sobre la dirección del Partido Comunista. En el 68 los miembros del partido ven a Revueltas como un intelectual valiente, bastante conocido, algo que le servía al movimiento.
Revueltas siempre militó en grupos. Salió del Partido Comunista y organizó la Liga Leninista Espartaco. Luego, la Liga Leninista Espartaco se dividió y se transformó en la Liga Comunista Espartaco, que a su vez también se dividió y se volvió la Asociación Revolucionaria Espartaco y el Partido Revolucionario del Proletariado. Había un espartaquismo amplio, principalmente intelectual, con una gran capacidad de dividirse casi mensualmente… Revueltas siempre perteneció a alguno de esos grupos. En la época en que yo estuve en el Partido Comunista la actividad política de Revueltas no era un tema que se tratara internamente. No había una interlocución con los grupos espartaquistas, no había una polémica bien organizada con ellos.
Yo no creo que Revueltas haya sido un crítico importante de la ideología soviética. Creo que lo intentó, sobre todo al final, con su idea de la “democracia cognoscitiva”, algo un poco metafísico y por lo tanto no marxista: no es una crítica sistemática a la ideología soviética. Era un hombre libre, crítico, aunque su instrumental teórico no era vasto. Es muy difícil dedicarte a escribir ficción y hacerlo bien, y al mismo tiempo estudiar sociología, filosofía y economía, no es sencillo. Revueltas lo hizo, pero él no era un sociólogo. Creo que tiene su mérito porque un intelectual y escritor todo el tiempo debe buscar la provocación con sus planteamientos críticos. También entiendo que en algunas de sus novelas políticas exageraba un poco, planteando cosas siempre en el extremo, ¿pero qué novelista no lo hace? ~
Fue participante del movimiento estudiantil de 1968. Fue el presidente del Partido Socialista Unificado de México y miembro fundador del PRD, por el cual ha sido senador, diputado local y federal.