Hace ya varios años, hizo aparición en el periódico este curioso pie de foto:
“Trabajadores recalcitrantes de la empresa Hiena y co, que claman no haber sido oídos, declarados en huelga de hambre. El tercero de izquierda a derecha no está en huelga y trae en la mano una torta de lomo adobado.”
Me gustan las fotos. De los retratos, mis predilectos no son individuales (pese a Nadier, francés del siglo xix e insuperado hasta el momento en el arte del retrato), sino en grupo, y de los grupos las más atractivas para mí son esas de los equipos que han tendido una línea de ferrocarril (todos, desde peones de vía hasta ingenieros), los participantes sin faltar uno amontonados sobre una locomotora en solemne conmemoración de que el camino de acero ha sido por fin terminado.
Posar para una fotografía es una extraña actividad para el humano común y corriente; es actividad porque permanecer cumplidamente quietos, sin estar acostados o sentados en reposo, requiere una concentración y un esfuerzo tal vez superiores a estar en movimiento no atlético de cualquier clase. Y luego esa mirada tan peculiar, inevitablemente vanidosilla, de estar mirando a la cámara, conscientes de nuestra apariencia, como si nos miráramos en un espejo imaginario.
Por supuesto, también me cautiva la instantánea que detiene el fluir de la existencia y permite con eso mirar de manera como no puede mirarse cuando las cosas están en desenvolvimiento, como esos congelamientos de mi mayor consideración, los elegantísimos de Cartier-Bresson, el instante decisivo, el ojo de halcón y la mano de terciopelo.
Esta afición y estas consideraciones me han llevado a fantasear algunos pies para fotos imaginarias de grupo. Por ejemplo:
“Amigos del novio en fotos de invitados a la boda. El tercero de izquierda a derecha ya murió de congestión alcohólica.”
Obsérvese de una vez que el texto impele con fuerza a imaginar la foto que esta siendo comentada.
“Ejecutivos de la firma Sargazo sa de cv en la inauguración de una tienda de su cadena de autoservicio. El tercero de izquierda a derecha anda disfrazado, por extrañas e indescifrables razones, de doña Josefa Canaleja viuda de Pimentel, señora madre del gerente general de la empresa.”
“Pilotos de la compañía Aerovías Guest. El tercero de izquierda a derecha es el que tercamente asegura que aterriza mejor dormido que despierto.”
En la foto de grupo viaja implicado un cuento, y a veces hasta una pequeña novela. Por eso son intrigantes y melancólicas:
“Ajedrecistas en el café La Pera. Paco Rebollo, llamado el Mulo, tercero de izquierda a derecha, fue quien jugó simultáneas a ciegas con treinta aficionados y perdió todas las partidas.”
“Actores y actrices de la obra Los bobos de Toledo. La tercera de izquierda a derecha, Yésica Maldonado, es la que disparó primero su revólver contra el público en la orgía de sangre en que se convirtió la función del día 22.”
Lo que llamamos foto de grupo nunca es una instantánea; capta un momento irrepetible, pero está cuidadosamente planeada. Por eso representa lo teatral, en tanto que la instantánea ostenta a veces la nitidez realista que alcanza el cine. En lo teatral no hay casualidad, y es más cálido, humano, deliberado, y por eso lo prefiero. Tiene el encanto de lo artificial que entusiasmaba a Barthes. Piensa en los retratos de Man Ray.
La foto de grupo puede llegar a humanizar aun lo no humano:
“Gansos en Parque México. El tercero a la izquierda es del que se asegura que articula palabras en francés.”
“El tercer títere de la izquierda es el más peligroso de manejar y ya ha cobrado la vida de dos precipitados titiriteros de la compañía.”
Animales y artefactos adquieren aquí significado, diríamos, se humanizan. También las plantas. Considérese: “En el tercer árbol de izquierda a derecha se ahorcó el Mazacote Ortigosa.”
Ya no podemos seguir, interrumpamos aquí con este pie de foto de novela negra:
“El tercer maniquí de izquierda a derecha no es maniquí, sino el temido y psicótico Rutilio Vélez Villalpando, el llamado Asesino del Hacha.” ~
(Ciudad de México, 1942) es un escritor, articulista, dramaturgo y académico, autor de algunas de las páginas más luminosas de la literatura mexicana.