En este instante
el ahora cae de mi boca
y prohibido conservar
en un plato sus migajas
convocaciones fechas
tiempo
Voy aprendiendo del desierto
a no empeñarme en huellas
a desmoronar en el camino
los edenes del oasis
se acabó la lucha
por sorprender en la Quimera
sus secretos
Segundo tras segundo
no llegan las horas
a cicatrizar en un recuerdo
los pies asidos al silencio
sin el tedioso anhelo
de anhelar
la luz en ascenso
se apega a su propia sombra
una astilla una gota
Algo lejano y entrañable
avisa el viento
golpea tenaz ligero
tiembla
un aroma de olas
un no sé qué infantil
a la deriva
Vaporosa la mañana extiende
sus faldas de rocío
lodo son los bordes de la piedra
inútil sellar las rendijas
el frío se colará igual
la lluvia deslizará su humedad
en la herida
El viento borra a la luna
con pinceladas de nube oscura
ruedan las hojas secas
sin garbo
en torbellinos desquiciados
¿De qué reflejos
se empapará la tarde
en el crepúsculo que la cubre
amante presuroso?
Fugaz y perezosa
la luz del otoño
se licua rápida
cobriza
quebrada evanescente
gélido suspiro
de sombra y transparencia
Un pájaro se atarda
quizás espera como yo
alargar aún el verano
la luz dorada que no pardee
tan pronto
al caer el día
Me deslizo por un borde oscuro
sin dar testimonio de los días
a un lado y otro hay muerte
así a secas
muerte
astillas de vidrio plomo huesos
insomnio pesadumbre
Camino por un borde sin aristas
no resbalo no tropiezo
no veo enemigos al acecho
sin embargo mis pasos se confunden
astillas fierros
Desciende la tarde
sobre los cuerpos mutilados
descansan los rayos
de un sol caliente aún
bajo la hierba chamuscada
los rostros miran
hacia ninguna parte
en el crepúsculo de la noche
que cae
escombro entre escombros
los ecos de una batalla inútil
crepitan
y el viento no refresca
nada dispersa
todo yace compacto
como un gran charco coagulado… ~