En el lobby del museo la niรฑa avanza sintiendo que flota, su peso amortiguado por esas alfombras carmรญn profundo que sus pies ya reconocen. Sus papรกs la traen aquรญ a menudo, sobre todo los domingos cuando la entrada al Centro Cultural Arte Contemporรกneo es gratuita. En el lobby su padre conversa un poco con el guardia de la entrada: โDรญgame una cosa, hay mucha gente allรก arriba, ยฟse pueden ver bien las pinturas?โ โSรญ, sรญ, claro, a sus anchas, seรฑor, pase, paseโ, mientras su madre examina cada pรกgina del folleto que acaba de recibir en taquilla. โEsta es una exhibiciรณn importante, de un gran artista, hay que saber bien los detalles.โ La niรฑa tiene la mirada en las escaleras elรฉctricas, quiere subir a la primera y segunda salas. Quiere estar de pie frente a esas pinturas que ha visto en los pรณsters colgados en las calles de la ciudad, en los anuncios que han aparecido en el canal 5 entre caricatura y caricatura. Ana tiene nueve aรฑos y estรก a punto de ver una exposiciรณn que nunca olvidarรก. Afuera el sol de la tarde pinta las cornisas de los edificios de un tono maduro, amable a la retina, que contrasta con ese azul prรญstino apenas rayado por el rastro que deja un aviรณn. Es noviembre de 1991. Por la calle de Campos Elรญseos avanza un vendedor de mangos, se cruza con algunos turistas; tambiรฉn quieren ver la exposiciรณn.
En esas salas Ana Negri se detiene por un largo rato delante de El violinista, Homenaje a Apollinaire, El circo azul, Novia con abanico. De pie y casi sin parpadear, guarda en su mente el contraste entre colores, las imรกgenes que la hacen pensar en un sueรฑo sin fin: es la imaginaciรณn del pintor ruso. Chagall en nuestro siglo vivirรก en su memoria hasta el presente.
โMe acuerdo de que mis papรกs se separaron y yo peguรฉ pรณsters de Chagall en las dos casas โdice Anaโ. Me marcรณ mucho.
La narradora mexicana Ana Negri creciรณ en un hogar que respiraba arte. Sus padres, ambos exiliados argentinos, tenรญan inclinaciones artรญsticas. La biblioteca, modesta pero diversa, fue lugar de su primer encuentro con la literatura. Ahรญ encontrรณ muchos textos de teatro โsu padre es actorโ, asรญ como libros de poesรญa, novelas y filosofรญa. Su madre llegรณ a Mรฉxico con dos maletas y una bebรฉ de tres meses en los brazos, la hermana mayor de Ana. Todos los libros se quedaron atrรกs. Poco a poco alimentaron la biblioteca con algรบn hallazgo de una librerรญa de segunda mano o cuando algรบn conocido les obsequiaba algo.
โHabรญa un amigo de la familia al que le gustaba mucho la poesรญa. Era muy generoso. Lo que leรญa nos lo iba heredando.
El interรฉs por la escritura llegรณ temprano, pero no fue lo primero. Antes hubo un periodo en el que querรญa ser pintora, seguido por otro colmado de una atracciรณn intensa por el teatro, la profesiรณn de su padre. Lo acompaรฑaba a los ensayos y pronto tuvo una revelaciรณn: querรญa ser directora de teatro.
Negri estudiรณ en la primaria Herminio Almendros, un colegio al sur de la Ciudad de Mรฉxico donde cada aรฑo les dejaban mucho tiempo para leer. Ahรญ no solo descubriรณ los universos de Cortรกzar, Poe, Bradbury, sino que se animรณ a escribir.
โHabรญa una revista que publicaba nuestros cuentos a fin de aรฑo. Solo aceptaban dos textos por grado, y habรญa que ganar por votaciรณn. Era todo un reto. Aun asรญ, en esa รฉpoca nunca lo vi como algo que pudiera ejercer como profesiรณn.
Negri tiene una maestrรญa en letras latinoamericanas por la unam y un doctorado en estudios hispรกnicos por la Universidad McGill. Habla francรฉs e inglรฉs, brinca de los cuentos de Piglia a la poesรญa de Alejandra Pizarnik y a las novelas de Elfriede Jelinek, todo en una asociaciรณn elรกstica que muestra las mรบltiples facetas de su pensamiento.
La experiencia del exilio argentino en Mรฉxico es parte de ella, lo viviรณ, estรก en sus genes. Creciรณ oyendo un acento de espaรฑol en casa, otro muy distinto en la calle. Se acostumbrรณ a vivir entre esas dos locuciones y musicalidades. En la primaria Almendros estudiaban varios hijos de exiliados; entre tanta diversidad, no era tan evidente que la forma de hablar de Ana fuera particular en Mรฉxico.
โยฟCuรกndo te diste cuenta de que habรญa algo distinto?
โCuando entrรฉ a la secundaria. Cambiรฉ de escuela y ahรญ fue cuando me sentรญ distinta. Ahรญ me di cuenta de que hablaba diferente. Y en mi caso sรญ hubo una voluntad de cambiar el acento.
Esa experiencia del exilio lingรผรญstico y sonoro se puede vivir de formas variadas, cada una muy personal. La madre de Negri, por ejemplo, nunca quiso modificar su manera de hablar. Fue algo que quiso mantener como parte de su identidad.
โMi papรก en cambio veรญa comerciales de televisiรณn y practicaba. Asรญ es como se entrenรณ para cambiar su acento.
Su primera novela, Los eufemismos, fue publicada en Chile en diciembre de 2020 por Los Libros de la Mujer Rota, y en Mรฉxico por Ediciones Antรญlope en julio de 2021. El libro encapsula muchas de las preocupaciones artรญsticas de Negri: la identidad, las relaciones entre madre e hija, la memoria, el lenguaje, lo que queda y no queda en nosotros de nuestros progenitores.
El libro surgiรณ de lo profundo de la mente de la escritora, de la expresiรณn visual de sus pensamientos.
โEscribo diarios desde niรฑa. Al leer las libretas de unos aรฑos para acรก, me di cuenta de que habรญa ciertas cosas que se repetรญan. Notรฉ una preocupaciรณn constante.
La protagonista, Clara, es una estudiante de posgrado con una relaciรณn estable y proyectos profesionales. Su vida no es perfecta, pero es llevadera. Hasta el dรญa en que recibe una llamada que lo cambia todo. โTu madre se encuentra muy nerviosaโ, le dicen. Y ahรญ empiezan los eufemismos.
La novela tiene una estructura fragmentaria, con flujos de conciencia y vaivenes en el tiempo. En un pรกrrafo se puede ver a Clara en el presente, sus acciones, y tambiรฉn a la mujer que un dรญa devendrรก, cargando el efecto de esas memorias. โClara rรญe con frivolidad… Es un intento vano, porque ese momento, junto con otros tantos, va a condensarse en la memoria de Clara, como el vapor en las paredes del baรฑo.โ
La dicciรณn de la narradora es cambiante, se percibe como una conciencia que navega entre dos mundos. La novela es una habitaciรณn de claroscuros en la que Negri avanza sin miedo, rompe esa oscuridad con giros del lenguaje, empujando sintaxis y ritmo hasta que se asoma la luz. โPero tambiรฉn, quiรฉn quita โcomo se dice en Mรฉxicoโ, apunta la narradora, y en la misma lรญnea viene el contrapeso: โ…que no fueran capaces de largar โcomo se dice en Argentinaโ en caso de que los obligaran a hacerloโ.
Su tesis de maestrรญa fue sobre la obra de Alejandra Pizarnik, con foco especial en su antologรญa personal El deseo de la palabra; su tesis de doctorado, sobre Ricardo Piglia y Sergio Pitol, en particular acerca de dos colecciones editoriales: la Serie del Recienvenido y Los Heterodoxos, dirigidas por uno y otro, respectivamente.
โยฟTรบ crees que tu atracciรณn por esos temas โArgentina y Mรฉxicoโ revelaba ya tu interรฉs por la intersecciรณn entre los dos paรญses, el moverte un poco entre los dos mundos?
โTotalmente. Creo que eso ha estado en mรญ desde siempre.
En la novela se percibe una dicotomรญa profunda: la identificaciรณn y el rechazo que pueden existir entre madres e hijas. Esa ambigรผedad de sentimientos, esencia de las relaciones humanas, hace de Los eufemismos una novela necesaria. Por entre las costuras de esa tensiรณn amorosa y violenta, y tambiรฉn honesta, se asoma el arte que Negri ha producido en este libro.
โHay una identificaciรณn y al mismo tiempo una sensaciรณn de: โNo quiero ser como mi mamรก.โ Acabamos reconociendo en nosotras mismas cosas que son difรญciles de aceptar. Piensas: โTengo todo esto en mรญ que no me gusta, pero no es exactamente igual, tiene estos cambios.โ Mรกs que eliminar ese rechazo, es mejor aceptarlo. Son cosas que le afectan a Clara y que ella estรก tratando de evitar. Es como darte cuenta: โA lo mejor hacia allรก voy yo tambiรฉn.โ Y eso es lo que me interesaba explorar. ~
es periodista y narrador. Ha vivido en Bรฉlgica, Estados Unidos y Noruega. Es autor de las colecciones de cuento Y sin querer te olvido (Felou, 2014) y Silencios al sur (Felou, 2017). Parte de su obra ha sido traducida al francรฉs y al neerlandรฉs.