Nadie puede unir fragmentos.
Nadie sabe dรณnde empieza, dรณnde termina el camino
cuyo mal alumbra la oscuridad.
Nadie sale ileso de tal iluminaciรณn.
Ante la pequeรฑa demencia del mundo
no nos hemos rendido.
Tengo derecho a enmendar mi pasado.
Yo no comรญ del fruto
y sin embargo en mis ojos llevo las heridas del sol.
Tengo derecho a enmendar mi pasado, insisto,
pero no poseo certeza alguna sobre mi existencia.
He sido incapaz de descifrar mi destino.
Palpo mi rostro buscando la cicatriz que me defina.
Dentro escucho una muerte silenciosa. Mi madre me llama.
El fuego es la seรฑal de los clavos en mis manos.
He buscado no ser incrรฉdula, he intentado sanar cada herida en la flor.
La poesรญa me llama a tener fe: misterio del cรกliz derramรกndose.
He buscado en las llagas profundas sin encontrar.
He puesto el dedo en la llaga.
No he podido creer. Caigo en el instante
como si la eternidad fuera el absurdo
que alguien me obliga a rebatir.
Mis pasos avanzan sobre intangibles espejos:
sueรฑo de la mariposa resurgiendo en la tierra.
La realidad es el รบnico misterio de la existencia. ~
31 de mayo de 2019
Es poeta y traductora