María Josefa Amalia de Sajonia es una de las reinas más desconocidas en la historia de la monarquía española, que no contaba hasta ahora con una biografía que, sin duda, merece, a la luz de estas páginas. La protagonista es un personaje atractivo por muchas razones explicadas con tino en este libro de María José Rubio, especialista en historia moderna y contemporánea, que añade este singular perfil a su ya consolidada bibliografía sobre mujeres de la realeza. Había dado a imprenta títulos como La Chata. La Infanta Isabel de Borbón y la Corona de España (2003), Reinas de España. Siglos XVIII al XXI (2009) y Reinas de España. Las Austrias (2010). Miembro de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, su rostro resultará familiar a los telespectadores de programas como La aventura del saber de tve. Es, además, autora galardonada de novela histórica: El cerrajero del rey (2012) le valió el Premio Ciudad de Cartagena, entre otros reconocimientos a su labor archivística.
En pulcra edición para la Colección Biografías de Historia Fundamental de la Fundación Banco Santander, la autora nos ofrece el retrato de María Josefa Amalia de Sajonia, del que destacan sus intereses políticos y su religiosidad, pero, sobre todo, su afición poética. Es la primera investigación monográfica sobre una mujer sobresaliente, capaz de imponerse a los parámetros de su tiempo. Hija de Maximiliano de Sajonia y Carolina de Borbón-Parma, nació en 1803 en Dresde. Quedó huérfana de madre a los pocos meses de su nacimiento y fue educada en un ambiente propicio para el desarrollo intelectual femenino. Si ella destacó por un diestro manejo de las letras, su hermana Amalia de Sajonia se convertiría en una reconocida compositora de ópera que escribió, además, un diario, durante su visita a la corte española. Este, con los poemas de su hermana María Josefa, es testimonio de valor incalculable, no solamente por aquilatar el conocimiento de una época a los ojos de sus protagonistas, sino, sobre todo, por proceder de una pluma de autoría no masculina.
Con incuestionable documentación, esta biografía dibuja a la tercera esposa de Fernando VII como una mujer culta, dueña de una exquisita biblioteca, políglota, que contrajo matrimonio por poderes en 1819. A la muerte de Isabel de Braganza, el marqués de Cerralbo, hombre de confianza del rey, fue enviado en viaje especial con la misión de encontrar a la sucesora ideal para llenar ese vacío cortesano. El cometido de su llegada era claro: asegurar la sucesión al trono después de que el monarca hubiera enviudado en dos ocasiones sin lograr descendencia. Las cartas en las que Cerralbo da noticia de sus candidatas no tienen desperdicio, y la autora de este libro ofrece una muestra notable con la que adereza el relato de los acontecimientos. Tras un detallado periplo por las cortes europeas afines a España y con princesas casaderas, la elegida resultó ser María Josefa Amalia de Sajonia, que se convertiría en reina consorte hasta su fallecimiento en 1829, a los veinticinco años, a causa de una pulmonía que dejó nuevamente sin hijos al rey. De poco le sirvió una salud de hierro hasta el momento, pionera, incluso, en recibir vacunación contra la viruela.
Coincidiendo con periodos de notable trascendencia, esta obra revela numerosos misterios en torno a la joven princesa sajona (1803-1819). A su llegada a la península se topó con circunstancias muy complejas de la historia de España, justo cuando se produce el Trienio Liberal (1820-1823), periodo que puso en entredicho la validez de la institución monárquica, cuando intenta volver a implantarse la Constitución de 1812, ante cuyos principios se manifestó escéptica. Ese difícil escenario ofrece, sin embargo, una coyuntura favorable para el desarrollo de su agencia: será la primera reina constitucional, la primera que escuchó los discursos del Congreso de los Diputados. Su protagonismo como compañera del rey no fue visto con buenos ojos por parte de sus detractores, que asistieron perplejos a la publicación en prensa de sus poemas, en los que arengaba a las tropas, encomiaba los valores de su esposo y se erigía en cantora de su papel político. Aquellos versos de contenido patriótico, de cuya singularidad se hicieron eco los periódicos europeos, se suman a un importante corpus todavía inédito que supone todo un manifiesto de la situación política que le tocó vivir a María Josefa Amalia de Sajonia.
Durante la Década Ominosa (1824-1829), la reina puso su retórica al servicio de una recuperación de la autoridad perdida por Fernando VII: “diga toda Cataluña al verte / el rey es libre, y como libre obró”. El lector encontrará una cuidada selección del manuscrito 18250 de la Biblioteca Nacional de España: la Colección de poesías compuestas por S. M. la Reina María Josefa Amalia, consorte de Fernando VII. La segunda parte de su vida estuvo envuelta en un misticismo que dejó notable huella en su escritura. Vale recordar que esa profunda religiosidad alimentó leyendas urbanas como la que Prosper Merimée inmortalizó en una carta a Stendhal, en la que se refiere a la ignorancia en asuntos carnales de la reina devota y a su noche de bodas excesivamente escatológica y un tanto violenta.
El libro se acompaña de pódcast que ilustran la historia de este personaje al que vale la pena conocer. Ofrece el legado imprescindible de una reina escritora, coherente con su formación y sus valores, atenta a la situación política, sin temor a recrearse en su aversión a la fiesta, “al adorno y lucimiento”. ~
Es doctora en filología hispánica por la Universidad de Zaragoza y en literatura latinoamericana por la Universidad de la Ciudad de Nueva York, profesora y autora de libros de poesía como 'Nueva York sin querer' (La Bella Varsovia, 2017) y estudios como 'Teatro, poder e imprenta en la Cerdeña española' (Anejos de Dieciocho, 2021).