Durante aรฑos fue difรญcil debatir con los Chomsky de este mundo, aquellos que rechazan los medios de comunicaciรณn dominantes y desconfรญan de los objetivos imperialistas de Occidente. Sobre todo los pequeรฑos, que en las redes sociales se conocen como โtrollsโ. Se apoyaban en un triple rรฉgimen de legitimidad: una duda mรกs aguda que la tuya, unos hechos precisos y desconocidos que, por eso mismo, eran difรญciles de rebatir, y unas equivalencias inquietantes entre las actividades de las grandes potencias. Discutir era largo, costoso y, al final, bastante inรบtil. Como en la guerra, โinmovilizabanโ al interlocutor, es decir, al adversario. ยฟQuiรฉn no se ha encontrado con uno de ellos?
Esta trampa intelectual y polรญtica era especialmente viscosa en el caso de Rusia y Ucrania. Ocurrรญa porque participaban viejos reflejos heredados de la Guerra Frรญa, ya que las redes sociales estaban inundadas de contenidos que venรญan de la propaganda rusa y ponรญan en marcha granjas de trolls, y porque las imprecisas imรกgenes que tenรญamos de Ucrania podรญan confundir, especialmente en los temas del nacionalismo y la extrema derecha.
Pero el estallido de la guerra en 2022 cambiรณ profundamente los tรฉrminos de la conversaciรณn. Los hechos son tozudos, como decรญa Lenin: solo unos pocos empecinados pueden impedirlos o negarlos, pero incluso ellos solo pueden hacerlo durante unos dรญas, unas semanas a lo sumo. Desde el 24 de febrero del aรฑo pasado, hemos asistido sobre todo al surgimiento de un contradiscurso mucho mรกs eficaz, bien servido por la retรณrica bรฉlica extraordinariamente torpe desplegada por el Kremlin, que ha demostrado ser mรกs hรกbil para sembrar la duda que para propagar su โverdadโ.
Este contradiscurso se despliega en formatos y soportes muy diversos, pero una figura destaca sobre todas las demรกs por su poder corrosivo: la parodia, y mรกs concretamente la parodia teรฑida de exageraciรณn, que consiste en retomar y llevar un paso mรกs allรก un argumento esgrimido por el Kremlin y asumido a coro por los papanatas y propagandistas. Este ligero cambio suele bastar para revelar su absurdo.
Twitter ha sido el lugar por excelencia para estos ejercicios volterianos. Algunos autores han dejado huella con su ingenio. Entre ellos, el que dirige la cuenta โDarth Putinโ (@DarthPutinKGB) es uno de los mรกs seguidos. La publicaciรณn de su libro How to tankie
{{Darth Putin kgb, How to tankie: The anti-imperialistโs guide to the modern word, publicaciรณn independiente, 2022.}}
ofrece una oportunidad para apreciar este fenรณmeno literario e intelectual que es una de las marcas de nuestro tiempo.
El triunfo de Chomsky
ยฟQuรฉ es un tankie? Al principio, eran los estalinistas de Europa, los que defendรญan la intervenciรณn de los tanques soviรฉticos en Budapest y, aunque un poco menos numerosos, el aplastamiento de la Primavera de Praga. Esta cultura polรญtica no se ha extinguido del todo y algunos de los huรฉrfanos del comunismo, tras haber depositado sus esperanzas en la ciudadela cubana, han encontrado en la Rusia de Putin un sucedรกneo de la URSS en su desconfianza hacia Occidente, gangrenado por el capitalismo.
Pero los tanquistas de hoy ya no son solo estalinistas o soberanistas prorrusos. Aquellos a los que apunta Darth Putin son, lo sepan o no, los discรญpulos de Noam Chomsky: una vasta franja que va desde los izquierdistas cultivados de Le Monde Diplomatique en Francia hasta los agitados habitantes de la esfera conspiranoica, convencidos de que la verdad estรก en otra parte y de que nos la estรกn ocultando. ยฟQuiรฉn la oculta?: una nebulosa de cรญrculos mรกs o menos concรฉntricos, donde destacan los medios de comunicaciรณn (ยกsus propietarios son multimillonarios!), pero tambiรฉn, segรบn las sensibilidades polรญticas y los rincones del mundo, los judรญos en general o los Rothschild en particular, George Soros, el Tรญo Sam, las grandes empresas y Occidente en sus diversas variantes: degenerado, imperialista, o ambas.
Chomsky, por su parte, dirige sus reproches sobre todo a Estados Unidos, pero es a รฉl a quien debemos la formalizaciรณn, en los aรฑos ochenta y noventa, de la metodologรญa de la duda izquierdista que hoy irriga la esfera conspiranoica โincluida la extrema derecha e incluida la versiรณn ignaraโ. Al denunciar en 1988 la โfรกbrica del consentimientoโ
{{Edward S. Herman y Noam Chomsky, Manufacturing consent: The political economy of the mass media, Pantheon, 1988.}}
de los grandes medios de comunicaciรณn, e indignarse tras 2001 por las intervenciones realizadas bajo la รฉgida de los neoconservadores en Afganistรกn y luego en Irak, Chomsky se convirtiรณ en el apรณstol de una informaciรณn descentralizada e incluso atomizada que, segรบn รฉl, es una respuesta saludable a las mentiras y a la propaganda de los grandes รณrganos de prensa. Por lo tanto, quienes deseen conocer la verdad (aquello que se nos oculta) deben recurrir a una multiplicidad de testimonios directos y seleccionar fuentes alternativas, ciudadanos de a pie o periodistas independientes.
El horizonte de esta promociรณn de la informaciรณn descentralizada es una deconstrucciรณn del mundo que nos presenta la prensa mainstream. Es fascinante ver aquรญ a los descarriados de la esfera conspiranoica retomar los temas del izquierdismo intelectual, en sus refinamientos derrideanos, deleuzianos, bourdivianos o chomskyanos. Las representaciones mediรกticas serรกn denunciadas como una construcciรณn, parte de un sistema de dominaciรณn, frente al que las redes sociales ofrecen afortunadamente innumerables lugares de resistencia y contrainformaciรณn (o, como dicen en la extrema derecha, de โreinformaciรณnโ). Las โmil mesetasโ, esos espacios de resistencia ciudadana inspirados en Larzac que reclamaba Deleuze, estรกn ahora en Twitter, que es la vanguardia de deconstrucciรณn de las dudosas verdades del capitalismo imperialista. Como en un sueรฑo de Toni Negri, la multitud se opone al imperio.
Esta deconstrucciรณn se basa a menudo en el descubrimiento de otros โhechosโ, olvidados o encubiertos por los medios de comunicaciรณn. Aquรญ es donde los escรฉpticos de izquierda y derecha se encuentran con los propagandistas, que presentan estos โhechosโ a sus crรฉdulos oรญdos. En 2014, por ejemplo, un general de la OTAN fue capturado en el Donbรกs. ยฟNunca has oรญdo hablar de ello? No me extraรฑa. Nos lo ocultan. Kellyanne Conway, asesora de Trump, llegรณ a hablar a la prensa en enero de 2017 de โhechos alternativosโ. La derecha populista seguรญa, sin saberlo, el camino abierto por Chomsky.
Un pequeรฑo tratado sobre la propaganda 2.0
Todo eso es bueno para Rusia. En primer lugar, puede apoyarse en los reflejos adquiridos durante dรฉcadas por los crรญticos del Occidente colonialista e imperialista. Darth Putin explica perfectamente esta lรณgica en su libro, que se presenta de la siguiente manera: โEl libro que te enseรฑarรก a luchar contra las fuerzas del colonialismo y el imperialismo.โ Presentรกndose como un manual para quienes se resisten al imperio estadounidense, desnuda con falsa ingenuidad todos los trucos del oficio propagandรญstico. ยฟImperialismo? Es Estados Unidos, por supuesto. ยฟIntervenciรณn ilegรญtima? Hablemos de ello: ยฟquรฉ pasa con Irak?
La propaganda rusa se desplegรณ antes de 2022 con cierta lรณgica: en pocas palabras, los โfascistas de Kievโ, que bombardeaban a sus propios ciudadanos, eran los herederos directos de los nacionalistas ucranianos, algunos de los cuales se habรญan aliado con los nazis en la Segunda Guerra Mundial. El rรฉgimen era, por tanto, ilegรญtimo, agresivo, peligroso y corrupto. Ademรกs, era una marioneta en manos de la OTAN. Y la revoluciรณn de Maidรกn fue un golpe orquestado por la cia.
En 2021 se desplegรณ un segundo frente propagandรญstico sobre el tema del mundo ruso, que culminรณ con el famoso artรญculo de Vladรญmir Putin sobre los dos pueblos que se convierten en uno. En resumen, tambiรฉn en este caso el paรญs llamado Ucrania era una construcciรณn artificial; el pueblo ucraniano carecรญa de consistencia cultural o civil; el cambio de rรฉgimen al que se dirigรญa la โoperaciรณn militar especialโ era, por tanto, bรกsicamente una operaciรณn policial.
Esta intervenciรณn, en el periodo previo a la guerra y en sus primeras semanas, buscรณ sus justificaciones en una serie de motivos que cualquier observador atento ve que salen del repertorio de justificaciones de Estados Unidos desde la dรฉcada de 1990: estaba a punto de perpetrarse un โgenocidioโ (como en Kosovo, por tanto); se fabricaban armas de destrucciรณn masiva (biolรณgicas o nucleares, segรบn la versiรณn; como en Irak, por tanto); lรญderes ilegรญtimos habรญan tomado el poder y maltrataban a su pueblo (como en Irak y Siria); era legรญtimo intervenir, segรบn la lรณgica del derecho de injerencia movilizado en Bosnia (1994-1995) o Kosovo (1999). La eficacia de este arsenal de argumentos era sorprendente, aunque pocos observadores se percataran del carรกcter sistemรกtico del paralelismo. Incluso surgiรณ el tema de la intervenciรณn humanitaria. Y por si fuera poco, los rusos acusaron a los ucranianos de desplegar โescudos humanosโ (como en Belgrado en 1999). Los antiimperialistas chomskyanos de turno en las redes sociales no se equivocaban: recogรญan y difundรญan todos estos motivos.
Pero la maquinaria propagandรญstica no tardรณ en desmandarse. La inesperada resistencia de los ucranianos unidos en torno a su presidente provocรณ una alteraciรณn del discurso ruso: los objetivos de la guerra fueron cambiando, los motivos invocados se desbocaron, la denuncia del genocidio dio paso a llamamientos al genocidio en los platรณs de Rossiya 1, la denuncia de los bombardeos dio paso a muchos mรกs bombardeos, incluso sobre ciudades rusoparlantes, la intervenciรณn humanitaria dio paso a llamamientos al asesinato, el โmundo rusoโ empezรณ a robar frigorรญficos, la desnazificaciรณn se convirtiรณ en una defensa de los valores tradicionales frente al Occidente satรกnico y homosexual…
Que lo entienda quien pueda. Pero la atomizaciรณn de las redes sociales, la brevedad de los formatos y la variedad de actores permiten que todos esos argumentos cobren vida simultรกneamente. Como seรฑala Darth Putin en su libro, โla lรณgica es una construcciรณn imperialistaโ.
El reto del lenguaje de goma
De hecho, si el absurdo y los incesantes reveses de la propaganda rusa o la cรกmara de eco que proporcionan las redes sociales pueden resultar asombrosos cuando uno los observa frรญamente e intenta reconstruirlos, tambiรฉn tienen cierta eficacia. En su propia perturbaciรณn, la propaganda estรก en sintonรญa con los mil y un argumentos esgrimidos en los โmil platรณsโ de la duda.
Cornelius Castoriadis describiรณ este rรฉgimen discursivo en 1978 en un notable artรญculo publicado en Libre y dedicado a Louis Althusser,
{{Cornelius Castoriadis, โLes crises dโAlthusser. De la langue de bois ร la langue de caoutchoucโ, Libre, nรบm. 4, 1978, p. 239-254.}}
ย donde acuรฑรณ el tรฉrmino โlenguaje de gomaโ para describir las tรกcticas dilatorias de los antiguos estalinistas que antaรฑo habรญan empleado el lenguaje de madera. Castoriadis describe asรญ la โindustria estalinista y neoestalinista de la mistificaciรณnโ: โEn primer lugar, la negaciรณn pura y simple de los hechos y sus implicaciones. Durante muchos aรฑos, y al menos en los paรญses de Europa Occidental, no ha podido funcionar. El propio Althusser solo lo practicรณ de forma incidental y secundaria. Su dignidad histรณrica procede de su contribuciรณn al perfeccionamiento del segundo proceso de esta industria: la distracciรณn. [โฆ] A continuaciรณn pasamos a un tercer tipo de maniobra, [โฆ] elย desvรญo. Lo que la caracteriza, de un extremo a otro, es el mosaico y el uso intensivo del lenguaje de goma. Se abandona totalmente la demagogia del pseudorrigor. Las ideas se recogen allรญ donde se encuentran, sin preocuparse por su potencial, sus implicaciones o su compatibilidad con lo que pretenden mantener. Trozos de verdades se mezclan con medias verdades o rotundas falsedades, y se insertan en mosaicos de โrazonamientosโ que los llevan donde no llegarรญan por sรญ solos y abortan sus conclusiones.โ
Si el mundo de Chomsky describe bien la estructura de la difusiรณn de la propaganda rusa y comparte algunos de sus temas, el de Althusser es caracterรญstico de sus procesos, que son tambiรฉn los de los propagandistas actuales y los trolls que, ingenuamente o no, los retransmiten. Porque en el campo de batalla en que se han convertido las redes sociales, la guerra de Ucrania favorece el encuentro de izquierdistas chomskyanos, que cultivan la desconfianza y se obsesionan con un imperio, y tanquistas putinistas o neoestalinistas, que defienden otro. Las dos esferas se encuentran.
El arma de la risa
Ante este nuevo lenguaje de goma, ante la difracciรณn de los argumentos, ante los mรบltiples polos del discurso que intervienen junto a la propaganda rusa, uno puede sentirse abrumado. O perderse.
A este frenesรญ informativo, Darth Putin opone en Twitter un mantra convertido en culto, que en el torbellino de verdades y falsedades ofrece una brรบjula: โNo creas nada hasta que el Kremlin lo desmienta.โ (Chomsky contra Chomsky, en resumen: la lรณgica de la duda llevada al lรญmite, hasta el punto de volverse contra quienes la han alimentado.)
La parodia ofrece a Darth Putin y a sus homรณlogos un recurso extraordinario, ya que los propios excesos de los propagandistas hacen que no sea necesario llevar muy lejos un argumento para conducirlo hasta el absurdo. Por ejemplo, el derrumbe de un edificio alcanzado por un misil en Dnipro, que provocรณ que la twittosfera prorrusa se disparara:
Russian missiles are so advanced that western systems, which we have destroyed, cannot shoot them down & that is why a western missile system, that didnโt exist cos it was already destroyed, hit [Russian] missile, that cannot be shot down, & fragments landed on a Dnipro apartment block. [Los misiles rusos son tan avanzados que los sistemas occidentales, que hemos destruido, no pueden derribarlos y por eso un sistema de misiles occidental, que no existรญa porque ya estaba destruido, impactรณ contra un misil [ruso], que no puede ser derribado, y los fragmentos cayeron sobre un bloque de apartamentos de Dnipro.โ]
โMis trolls son imbรฉcilesโ, se queja Darth Putin. La fรณrmula lo dice todo: sus trolls son tanto los esbirros virtuales del Putin real como los que podrรญan venir a trollear a su Doppelgรคnger. Al adoptar la personalidad y el punto de vista de Putin, Darth Putin atrapa a sus oponentes potenciales. Con el mismo espรญritu, finge impaciencia cuando la propaganda oficial se empantana en la retรณrica de una guerra que en Rusia estรก prohibido denominar como tal. Al comentar el 16 de enero un despacho de la agencia tass que menciona prisioneros de guerra, suspira:
ยฟโPrisioneros de guerra rusosโ, dice? Prisioneros deโฆ *guerra*. ยฟAsรญ que en realidad es una guerra? Estoy rodeado de idiotez.
Pero tambiรฉn es la garantรญa soberana del verdadero amo del Kremlin la que estรก en el disparadero, con ese ardid repetido cada dรญa, mutatis mutandis, desde que la resistencia ucraniana echรณ por tierra las esperanzas de una victoria rรกpida:
Dรญa 327 de mi guerra de 3 dรญas. Perdemos 20.000 hombres intentando capturar Soledar, que tenรญa una poblaciรณn de 10.000 habitantes.
Sigo siendo un genio de la estrategia.
Voltaire, Kundera y Radio Erevรกn
Las tรฉcnicas, tรกcticas y estrategias de Darth Putin son tรญpicas de la era de Twitter, hasta el arte del รฉnfasis alcanzado con el doble asterisco. Pero el autor anรณnimo que anima esa marioneta es un escritor de verdad. Lleva aรฑos manteniendo las distancias, de tuit en tuit. Sus mensajes tienen un extraรฑo poder tranquilizador: en ese mundo enfrentado y discordante que es Twitter, donde las certezas se tambalean y se reafirman brutalmente, el redoblamiento parรณdico de las mentiras de Putin acaba restaurando un espacio de verdad. En ese formato tan exigente de 280 caracteres, raros son los autores que saben enderezar el mundo. Los lectores no se equivocan: son mรกs de 500.000 los que siguen la cuenta de Darth Putin, toda una proeza para una cuenta anรณnima.
El paso a los libros y a formatos mรกs largos le permite explorar otras posibilidades de parodia sin perder inteligencia ni humor. Tras la esgrima que cultiva un espadachรญn de las redes sociales, descubrimos una veta mรกs rica y profunda.
Es inevitable pensar en Voltaire. Hay algo de Pangloss en el Putin de Darth Putin: un hombre que afirma contra viento y marea que todo es para bien en el mejor de los mundos. โSigo siendo un genio de la estrategia.โ En tรฉrminos mรกs generales, la ironรญa y la parodia se esgrimen como armas en un discurso combativo que no deja pasar nada. Darth Putin lucha contra la estupidez y el oscurantismo, se pone sus disfraces para burlarse mejor de ellos, y dirige su propio veneno contra ellos (recordemos la carga de Voltaire contra el gacetillero Frรฉron: โEl otro dรญa en el fondo de un valle / una serpiente picรณ a Jean Frรฉron / ยฟQuรฉ pensรกis que sucediรณ?/ Fue la serpiente la que muriรณ.โ).
Pero la gran cultura tambiรฉn reรบne, y esto sugiere que Darth Putin viviรณ en la URSS, esa forma de resistencia discreta a travรฉs del humor que era caracterรญstica de la sociedad soviรฉtica, mucho mรกs allรก de los cรญrculos disidentes. Su ingenio recuerda a veces furiosamente a los chistes de Radio Erevรกn que hicieron furor en los aรฑos setenta y ochenta en la URSS: โEsto es Radio Erevรกn. Uno de nuestros oyentes preguntรณ: ยฟTe pueden caer diez aรฑos de cรกrcel por decir que Brรฉzhnev es idiota? Respondimos: En principio, sรญ, porque es un secreto de Estado.โ
(( Sobre el humor ruso y soviรฉtico, Florent Parmentier me seรฑala la antologรญa de Alexandre Zinoviev, Gaietรฉs de Russie, Bruselas, Complexe, 2000, asรญ como la obra de Amandine Regamey, extraรญdo de su tesis, Prolรฉtaires de tous pays, excusez-moi! Dรฉrision et politique dans le monde soviรฉtique, Buchet-Chastel, 2007.))
Cuando escribe, para educar a los aprendices de tanquistas, โEl pasado cambia muy deprisa. Tan rรกpido que a veces no podemos predecir lo que ocurriรณ ayer (cap. 12)โ, se puede pensar en los anรกlisis de Andrei Gratchev
{{Andreรฏ Gratchev, Le passรฉ de la Russie est imprรฉvisible, traducciรณn francesa de Galia Ackerman y Pierre Lorrain, Alma รditeur, 2014.}}
pero tambiรฉn era un chiste soviรฉtico: โEl futuro es seguro, solo el pasado es impredecible.โ Mรกs allรก de esta tradiciรณn de resistencia jocosa y parodia, tambiรฉn nos encontramos con Kundera y la ironรญa como resistencia a la reescritura de la historia,
{{Por ejemplo el primer capรญtulo de El libro de la risa y el olvido, su primera obra publicada en Francia.}}
una prรกctica soviรฉtica que podrรญa haberse creรญdo olvidada y que ha vuelto con fuerza en la Rusia de Putin.
Ironรญa y cultura contra la idiotez de un rรฉgimen empeรฑado en reescribir la historia: este fue uno de los temas de disidencia y resistencia en laย URSS y en las democracias populares. La paradoja es que esta cultura de darle la vuelta a la propaganda viene ahora al rescate de nuestro propio espacio pรบblico, atacado por la alianza entre la carpa Chomsky y el conejo Putin. ~
Publicado originalmente en Telos.
Traducciรณn del francรฉs de Daniel Gascรณn.
es ensayista y editor del think tank Telos.