En la más reciente película de Sebastián Lelio, una enfermera debe observar a una niña que se mantiene sana aunque lleva meses sin comer, y determinar si se trata de un milagro o de un truco.
Ya en sus películas anteriores, el director chileno había abordado los riesgos del pensamiento único y el valor requerido para hacerle frente, y El prodigio no es la excepción. Pero aquí, la empatía se sobrepone a la necesidad de hacer a otros entrar en razón, porque algunas historias son necesarias para tolerar la desgracia.
El prodigio puede verse en Netflix.
es crítica de cine. Mantiene en letraslibres.com la videocolumna Cine aparte y conduce el programa Encuadre Iberoamericano. Su libro Misterios de la sala oscura (Taurus) acaba de aparecer en España.