A la espera de las resoluciones en Copenhague…
Los números de la FAO hablan por sí mismos:
– La ganadería produce el 18% de las emisiones generadoras del efecto de invernadero, es decir, que es una de las causas directas más sobresalientes del calentamiento global que amenaza con conducir al planeta al apocalipsis climático.
– Los 1,500 millones de cabezas de ganado vacuno que pueblan el mundo producen, cada una, 100 kg de metano anuales, lo que equivale a 2300 kg de CO2 al año.
– La producción de un kilo de carne de res emite 36.4 kg de CO2, la misma cantidad que emite un coche europeo durante un recorrido de 250 km.
– El consumo actual de carne es de 42.1 kg per cápita al año, con una gran diferencia entre los países desarrollados (82.9 kg) y los países en vías de desarrollo (31.1 kg). Así, mientras en los últimos 50 años la población humana se ha duplicado, el consumo de carne de cerdo y de res se ha cuadruplicado, y el de carne de aves incluso decuplicado.
Penitencia y salvación.
Es por eso que han surgido múltiples iniciativas encaminadas a reducir el consumo de carne, ya que, según los cálculos de Rajendra Pachauri, presidente del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático y que compartiera el Premio Nobel de la Paz con Al Gore en 2007, renunciar a comer carne una vez a la semana ahorra 170 kg de CO2 por persona al año. Entre esas iniciativas destacan:
– El Donderdag Veggiedag o Jueves Vegetariano de Gent: La pequeña ciudad belga fue la pionera en introducir un día oficial de no comer carne. Desde mayo de este año, todos los jueves, las dependencias gubernamentales (escuelas, empresas estatales, oficinas administrativas), pero también más de 100 restaurantes públicos, sirven exclusivamente un menú vegetariano.
– La Segunda sem Carne o Lunes sin Carne de São Paolo: En octubre de este año, la metrópolis brasileña de 10 millones de habitantes siguió el ejemplo de Gent; una verdadera hazaña si se considera que Brasil es el segundo mayor consumidor de carne a nivel mundial, después de Estados Unidos, y equivalente a un día sin arroz en China o sin frijoles en México.
– El Meet Free Monday de Paul McCartney: La ONG del ex Beatle, apoyada por numerosas personalidades del mundo del espectáculo y la cultura, apunta a introducir un lunes sin carne a nivel mundial, si bien de manera voluntaria.
O la perdición.
Ya a nadie le cabe la menor duda de que, si queremos sobrevivir, debemos moderar radicalmente nuestro estilo de vida, y una de esas renuncias se refiere innegablemente a nuestra alimentación. El Food Climate Research Network estima que sería necesario dejar de comer carne por lo menos tres veces a la semana si es que queremos alcanzar la meta ecológica de un máximo de aumento de temperatura de 2 grados para este siglo. La cuestión no es si podemos ni, mucho menos, si queremos: simplemente tenemos que hacerlo.
Hoy, el planeta entero se encuentra más que en la encrucijada en la cruz. ¿Permitiremos que se repita la historia de otro Crucificado? Sólo que en esta ocasión, al levantar la cabeza hacia las alturas, con su último aliento, murmuraría a su inexistente Creador: “Perdónalos, que no hacen lo que saben”.
– Salomón Derreza
Escritor mexicano. Es traductor y docente universitario en Alemania. Acaba de publicar “Los fragmentos infinitos”, su primera novela.