1. EL SUEÑO DE ELLEN
A una mesa llegué para un festín dispuesta,
Adornada de plata y encaje delicado.
El cristal refulgía a la luz de las velas.
Rosas de talle esbelto cada lugar ornaban.
Pero estaban manchados y rotos los encajes.
Y las rosas quebradas, retorcidas caían.
Los platones vacíos. La habitación helada,
Y el único huésped allí eras tú.
Escuché la quietud de una ave capturada
Con las alas vencidas y el corazón batiendo.
A un pescador miré agarrar un cuchillo
Y cercenar de un tajo su pesca fulgurante.
A la araña observé ir tejiendo su tela,
Donde engarzado en cuentas el rocío brillaba.
Mas cuando la polilla quedó atrapada en ella,
La única presa que vi eras tú.
Bajé por la escalera a una puerta atrancada,
Toqué la cerradura y el pestillo cedió.
Me encontré en una vasta habitación sin sol.
De la que no podía salir aunque quisiera.
Y era una capilla alumbrada con velas,
Pero la cruz se había despedazado en dos.
Un cáliz de sangre el sacerdote alzaba
Y allí en el altar quien estaba… eras tú.
2. LA SERENATA DE NOSFERATU
Yo soy la imagen que tu espejo oscurece,
La sombra que cae dondequiera que pasas.
Yo soy el sueño que olvidar no podrás,
La cara que recuerdas y no viste jamás.
Yo soy la verdad que no debe ser dicha,
El voto a medianoche que no puede romperse.
Yo soy la campana que descuenta la hora.
El fuego que alumbra, calienta y devora.
Yo soy el hambre que tú has negado,
El deseo punzante que hiende tu costado.
Yo soy el pecado que nunca confesaste,
La mano prohibida que a tu seno acercaste.
Tú me has oído dentro, hablando en tus sueños,
Suspirando en el mar, murmurar en el río.
Yo soy el futuro que tú anhelas y temes.
Tú sabes lo que traigo. Y aquí hoy me tienes.
3. CANCIÓN LOCA
Zarpé en un navío
En el mar tormentoso,
Y todos se ahogaron
Excepto yo.
Nadé la noche entera
En las olas heladas.
Y oí a mis compañeros
En sus tumbas hundidas:
¡Buena suerte en tu vida,
muchacho, suerte en tu vida!
Fui a luchar en las guerras
A una tierra estéril,
Y de la ruda banda
Ya ninguno quedó.
En un campo de muertos
Sólo yo estuve libre.
Y desde un árbol seco
Un cuervo ciego rió:
¡Buena suerte en tu vida,
muchacho, suerte en tu vida!
Escalé una montaña
De hiriente y fría roca.
Otros se despeñaron
Y yo solo ascendí.
Cuando alcancé la cima
El viento era salvaje.
Pero un cráneo a mis pies
Volteó a verme sonriendo:
¡Buena suerte en tu vida,
muchacho, suerte en tu vida!~
A tono con ciertas vetas del gusto tenebrista contemporáneo, estas “Canciones de Nosferatu” pertenecen a un libreto de ópera escrito por Dana Gioia y con música de Alva Henderson, que se inspira en la antigua película de Murnau. Las Canciones, con resonancias de Lovecraft, logran crear la atmósfera de una angustia que va in crescendo, casi con ritmo de película de terror, hasta llegar a un clímax cuya revelación produce el mayor terror de todos: el espanto nos ha alcanzado ya, o peor aún, está en nosotros mismos. Las Canciones pertenecen a Interrogations at Noon, libro que obtuvo el American Book Award. El poeta norteamericano Dana Gioia, egresado de Stanford y Harvard, es autor de varios libros de poesía y ensayo. Actualmente preside el National Endowment for the Arts. La presente traducción intenta conservar al menos un ritmo en los poemas, que originalmente están escritos con rima y métrica regulares.