Que no nos engañe el pésimo título en español: The Night Listener, basada en la novela de Armistead Maupin –basada a su vez en hechos reales–, es una de las mayores sorpresas de 2006. La segunda cinta de Stettner asombra no sólo por la sobriedad con que Robin Williams encarna a Gabriel Noone, un locutor gay que recibe las llamadas de una admiradora (Toni Collette) que dice haber adoptado a un joven enfermo de sida (Rory Culkin), sino también por la forma en que el tópico del amigo imaginario es llevado a niveles perturbadores. El tránsito entre verdad y mentira, entre realidad y ficción patológica, conduce a Noone a un mundo crepuscular regido por una sensación de amenaza perenne merced a la idea del escucha nocturno: ese ser anónimo que en medio de las tinieblas teje una trama estremecedora. ~
(Guadalajara, 1968) es narrador y ensayista.