En sus poemas nunca falta un gallo,
cuyos gritos oscuros, casi ausentes,
resuenan en el fondo de alguna madrugada.
Duerme dormido allí en el pozo de sí mismo
donde entreteje sus imágenes.
Y sueña con mujeres, sus cuerpos y sus pétalos,
y con el tiempo avaro que ajaba sus corolas
al alcanzarlas… Bellas mujeres
que amó y nunca lo amaron.
Yo velo aquí a su lado sin ser dos ni ser uno,
sin ser él mismo ni otro diferente,
sino la media sombra de su sueño
entre pasos sonámbulos… Y quizás a esta hora
ni la luna comprenda de qué hablo.
Duerme con la ventana abierta
que da al mar incansable y a la noche.
Hay un cercano espejo donde se ven las alas
de pájaros que pasan. Y el horizonte inmenso
que parte el mundo con un cuchillo largo.
Yo velo aún, aunque he de irme con los pájaros,
y él queda aquí durmiéndose dormido,
o está lejos tal vez y vuelve luego
de no se sabe dónde, en algún barco… ~
De Fábula del escriba, libro de próxima aparición.
(1938-2008) fue un poeta y ensayista venezolano.