J. M. Barrie, Lady Nicotina, traducción de Libertad Aguilera, Trama Editorial, Madrid, 2003, 216 pp.
El escocés James Mathew Barrie (1860-1937) es famoso como el creador de Peter Pan, que antes de convertirse en ese paradigma siempre verde del cine infantil fue un medio concebido por su autor para expresar su corrosiva idea de la vida adulta. Más irónica si cabe, por momentos cínica y, entre líneas, siempre melancólica, Lady Nicotina, narración escrita en 1890, cuenta la historia de un yunkie del tabaco que ha dejado a su compañera de siempre, la pipa, para entregarse a los rigores de la vida matrimonial. “En cuanto al puro de después de la cena dice Barrie en un fragmento que caracteriza muy bien el tono del conjunto sólo sirve para hacer de ti un ser aburrido y somnoliento, poco predispuesto a participar en las actividades de las damas. Una manera mucho más agradable de disfrutar de la velada es pasar directamente de la mesa a la salita a escuchar un poco de música. Escuchar a la sobrina de tu esposa cantar ‘Oh, cuando tú y yo nos arrullábamos’ relaja la mente.” ~
Bruno Schulz, El libro idólatra, Maldoror Ediciones, Vigo, 2003, 81 pp.
Bruno Schulz (1892-1942), judío polaco nacido en un pueblo de Galicia cuando todavía formaba parte del Imperio Austrohúngaro, murió en el gueto de Drohobycz, asesinado por un oficial de la Gestapo. Pese a lo prematuro de su muerte y a que su debut literario fue bastante tardío, tuvo tiempo de consolidarse como uno de los mejores prosistas en polaco sus relatos cortos son dignos de cualquier antología. Paralelamente a su obra literaria, desarrolló una muy interesante carrera como artista plástico. En ella destaca El libro idólatra, una perturbadora colección de imágenes llenas de reminiscencias goyescas que giran, siempre, en torno al tema de la mujer como una representante inalcanzable y cruel de la divinidad. Acompaña a la obra de Schulz un iluminador texto de Jerzy Ficowski, el más importante especialista en su obra. ~