Se acerca lentamente
la figura de un pato.
Parece no moverse
en la inacción de las aguas;
y más allá de los placeres de la flotación
se diría que pocas cosas le importan.
Noten la morbidez de su pardo plumaje,
cómo boga en silencio despertando
los tremores del limo,
cómo se recompone el agua tras su paso
—semejante al mercurio.
Ningún dedo señala el esplendor
de sus alas inútiles.
No tiene el lustre antiguo
del cisne moribundo,
ni siquiera el de un pato que enmudece
abatido en el aire.
Es calmo y apacible, y lo alegran migajas.
Me complace mirarlo desplazarse
dulcemente a sus anchas
del margen hacia el centro de la percepción.
Tiene la belleza de un fragmento optativo.
Como el lugar común que atraviesa
de lado a lado una conversación estancada,
se aleja lentamente
como lo hacen los patos. –
(ciudad de México, 1971) es poeta, ensayista y editor.