‘Playtime’ y la posibilidad del humor por encuadre

Una canción de bienvenida para el humor que no existe sino por la posición de la cámara. Y para la película que lo perfeccionó.
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Puede haber humor en la toma: en la decisión de poner aquí la cámara, no más allá. Dos tipos de cuidado (1953) es una película divertidísima, pero su humor es más bien de carácter dicharachero, no visual. Hay sin embargo un chiste por encuadre que puede servir de primer ejemplo:

No es necesario ser un director con habilidades de comediante muy aguzadas para practicar este humor. Martin Scorsese lo aprovecha, de pronto, en Taxi driver (1976):

Ese encuadre, que recuerda al de Dos tipos de cuidado, tiende al apunte irónico: la mentira del político, hoy como siempre.

Lo verdaderamente importante, repito, es que la cámara tiene que estar justo ahí y en ningún otro lado o el chiste se perdería. Imaginemos que en esta toma de El retrato de Burns (Los Simpson T02E18, 1991), dirigido por Jim Reardon, la cámara no estuviera a la altura de los hombros de las personas sino a la del pene del señor Burns:

En ese caso no habría humor: habría una burla bully contra el cuerpo lacerado y viejo de Burns (y contra su minúsculo pene: más bully aún). Tal como la vemos, con la “cámara” ligeramente en contrapicada y la pluma del sombrero justo donde está, es un detalle ingeniosísimo, una travesura.

Más complejo es este juego de Shaun of the dead (2004). Dos grupos supervivientes del apocalipsis zombi, cada uno con su protagonista, se encuentran en Londres. El director no los mezcla; los enfrenta en dos encuadres contiguos:

Son grupos espejeados: están los de chamarra café, los de gorrito, las ñoras, los geeks que no se enteran de nada. Son encuadres del mundo bizarro.

*    *    *

Confieso que el domingo pasado vi por primera vez Playtime (1967) de Jacques Tati, que la volví a ver el martes y que siento que aún no he acabado de verla: así de rica y compleja es su puesta en escena. El humor por encuadre nunca termina aquí y (a diferencia de Dos tipos de cuidado, donde se mantiene varios segundos y hay personajes que lo señalan específicamente) es tan fugaz que acaso es imposible captarlo en su totalidad. Este post es, en realidad, una canción de bienvenida a esa película que no pertenece a ninguna tradición, una de las poquísimas (que yo sepa, al menos) que pueden considerarse sui generis: literalmente únicas en su género. Es una película filmada en París pero como pensada en otro mundo. Aquí, una breve antología de humor por encuadre en Playtime.

Todas las ciudades son la misma ciudad:

El halo del curita:

El mesero sirve champaña o riega los sombreros de las gringas:

El baile de los conductores:

El guardia con cuernos embiste a monsieur Hulot:

¿Ven a qué me refiero con que la cámara sólo puede estar en un lugar?

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Escritor. Autor de los cómics Gabriel en su laberinto y Una gran chica (2012)


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