1.
La luz no tendrá sombra. Sobre los cables reflejos. Tal
la intensidad de una mirada ante superficie negra.
Edificaciones. El ojo ataca la forma, la deglute.
2.
Sueño y ruinas, hermandad de claroscuros entre
gestos, guiños. Pedacería exaltada en la brevedad de la
tira, la ventana, el óculo. Mientras los obreros cantan loas,
el loco tropieza con su sombra una y otra y otra y otra vez. El
observador despiadado o la escritura de una herida
invisible. Entre el paisaje abstracto, el desplazamiento,
los actores del drama, un dios impenetrable. Lucidez.
3.
Parajes; ascensos, descensos, sobre líneas signos; capas
traslúcidas, símbolos donde el fuego, donde el aire
suman una gramática, la del cielo y sus grafías.
4.
En lentitud, como si se supiese ya el secreto de antemano,
el espacio se entrega en el objeto, en el detalle de la
fisura –la arruga de la ropa al colocarla sobre la silla, el
filo despostillado de la taza, la herida de luz deslizada
entre la penumbra de la cocina–, el espacio, entonces,
concede existencia a la verdadera forma de la forma. ~