B. Traven
De origen alemán y naturalizado mexicano, B. Traven fue uno de los grandes escritores del siglo XX. Se le ha llamado el “George Orwell” alemán por su combinación de arte novelístico y compromiso moral, social y político. Escribió quince novelas e innumerables cuentos, y ha vendido más de treinta millones de ejemplares. Sus libros llevan hasta el momento unas quinientas ediciones en más de treinta idiomas. No menos populares han sido sus adaptaciones en el cine y la televisión. Algunas de las películas basadas en su obra son ya clásicos del séptimo arte, como El tesoro de la Sierra Madre (1948), Macario (1960) y Das Totenschiff (1959). Otras películas como La Rosa Blanca, Días de otoño y Canasta de cuentos mexicanos se consideran ejemplos destacados de la Edad de Oro del cine mexicano.
Traven utilizó muchos seudónimos con el argumento: “una persona creativa no debe tener otra biografía que su obra”. El 26 de marzo pasado se cumplieron cincuenta años de su fallecimiento y, el 1 de mayo, cien años de que escapara de una sentencia de muerte que le fue dictada en Múnich por haber participado en 1919 en el gobierno de la República de Consejos de Baviera (Bayerische Räterepublik). Mi esposa Malú, hijastra de Traven, y yo aprovechamos este doble aniversario para revelar su parentesco, con el deseo de que las generaciones actuales y futuras se enfoquen más en sus libros que en su historia familiar. No obstante, estamos convencidos de que esta revelación contribuirá a una mayor comprensión de sus fuentes de inspiración y un mayor aprecio por su obra.
El hijo de Emil Rathenau
El 13 de diciembre de 1990, Gabriel Figueroa, uno de los más importantes cinefotógrafos mexicanos, reveló por primera vez a un periodista del diario francés Libération que el verdadero nombre de Traven había sido Moritz Rathenau, hijo ilegítimo de Emil Rathenau. Esta versión quedó también asentada en sus Memorias, que se publicaron en 2005, ocho años después de su muerte. Después de esa declaración a Libération, Figueroa intentó primero llamar a Rosa Elena (Chelena) Luján, viuda de Traven y madre de mi esposa Malú, para informarle de su revelación, pero no la encontró. Posteriormente se reunió con Malú y conmigo en una fiesta navideña de Héctor Vasconcelos, y nos contó sobre lo publicado en el periódico. En sus Memorias, Figueroa recuerda un comentario mío respecto a que mi abuelo Robert Pohl había trabajado para AEG, la compañía de electricidad alemana fundada por Emil Rathenau. Gabriel también escribe que al día siguiente de la reunión visitó a Malú en nuestro departamento. Malú recuerda muy bien la visita.
A pesar de su importancia, la conexión Traven-Rathenau es una línea poco atendida por los estudiosos del escritor, los llamados “travenólogos”. Tanto Karl S. Guthke, profesor de Harvard y autor de la mejor y más completa biografía de Traven (B. Traven: The life behind the legends) como la estudiosa Jasmina Jäckel de Aldana ventilaron esa posibilidad en la década de 1990, pero ninguno de ellos profundizó en el tema.
Este desinterés puede explicarse por varias razones. Travenólogos han atribuido a Traven diversas líneas de parentesco: se le ha identificado lo mismo como hijo del káiser Guillermo II que como Otto Feige, el hijo de un fabricante de ladrillos del norte de Alemania. Un escéptico podría creer que la conexión con Rathenau es apenas una nueva “revelación” dentro de esa cortina de humo que fomentó el propio Traven.
Por una parte, muchos de los travenólogos no mexicanos desconocen el medio mexicano, o la relación que Traven mantuvo con Figueroa y Esperanza López Mateos, prima de Figueroa, traductora y agente literaria de Traven entre 1941 y 1951 y hermana de Adolfo López Mateos, que llegó a ser presidente de México. Malú conocía muy bien a Figueroa, al grado de que lo consideraba un miembro más de la familia, sin embargo, era todavía una niña cuando en 1951 falleció Esperanza a la edad relativamente joven de 44 años. Por otra parte, muchos travenólogos mexicanos no conocen Alemania y quieren enfocarse en la vida de Traven en México.
Después del fallecimiento de Traven en 1969, Chelena confirmó que su identidad era la del escritor, actor y periodista Ret Marut, porque así se lo había autorizado el propio Traven. Para muchos travenólogos esa declaración fue suficiente. Sin embargo, siguiendo también las indicaciones de Traven, Chelena mantuvo en secreto el parentesco de Marut/Traven hasta su muerte en 2009.
Malú y yo no conocemos a nadie que se haya tomado la molestia de investigar la revelación que hizo Figueroa en los noventa. Para seguir ese indicio, hemos revisado las biografías, los documentos y los efectos personales que forman parte del amplio archivo (el “B. Traven Estate”) en nuestro departamento en la Ciudad de México. La investigación ha incluido también la información sobre la familia Rathenau que hemos revisado en libros y artículos y una visita a la sede neoyorquina del Instituto Leo Baeck, el centro dedicado a la investigación de la historia de los judíos de habla alemana.
Traven y Emil Rathenau
Por varios motivos, estamos convencidos de que la versión de Figueroa es la correcta. Es muy poco probable que Figueroa, que no hablaba alemán y no conocía bien el país, hubiera oído hablar de Emil Rathenau y su importancia en Alemania, o hacer alguna mención de la AEG–con la ortografía casi correcta de la empresa (Allgemeine Elektricitäts-Gesellschaft)–, si no fuera a través de Esperanza López Mateos, quien le reveló la información sobre Traven. Esperanza, de hecho, en una carta a su familia, se había referido a Traven como “Mauricio”. Era también hija ilegítima y esto posiblemente fue la base de su cercana relación con el escritor, según lo prueba su copiosa correspondencia en nuestro archivo. Hasta que contrató a Chelena Luján como su traductora en 1953 y se casó con ella en 1957, Traven no tuvo en México amigos más cercanos que Esperanza López Mateos y Gabriel Figueroa.
La vida de Emil Rathenau (1838-1915) aporta otros indicios a tomar en cuenta. Su padre se llamaba Moses Rathenau, pero posteriormente lo cambió por Moritz, la traducción alemana del hebreo Moshe. En honor a su padre, el nombre completo de Emil era Emil Moritz Rathenau. A ninguno de sus dos hijos legítimos varones le puso Moritz: el primero, nacido en 1867, se llamó Walther y el otro, nacido en 1871, Erich. También en 1883 tuvo una hija, a la que llamó Edith. Es posible que debido a su obvio “judaísmo” Emil haya elegido no llamar “Moritz” a ninguno de sus hijos legítimos.
Hasta 1878, Emil Rathenau, ingeniero y empresario, había intentado llevar a cabo muchos negocios. Pero ninguno le había retribuido lo suficiente hasta que en 1881 asistió a la Exposición Internacional de Electricidad en París y se le ocurrió adquirir los derechos de las patentes de Edison. En 1883 fundó la Deutsche Edison-Gesellschaft y cuatro años después la convirtió en AEG. En 1903, con el apoyo de káiser Guillermo II, Rathenau a través de AEG formó conjuntamente con Siemens & Halske (propiedad de su rival Werner von Siemens) una subsidiaria de comunicación inalámbrica, Telefunken Gesellschaft für drahtlose Telegraphie (Telefunken). Llegó a ser uno de los empresarios más ricos y exitosos de la Alemania Guillermina. El nacimiento de Traven, posiblemente en 1882 (una de las fechas que hizo correr el propio autor), habría coincidido con la creación de la Deutsche Edison. Probablemente, Emil había ganado mucha confianza como judío asimilado y cambió de opinión cuando apareció un hijo ilegítimo (es decir, Traven). Por eso eligió llamarlo Moritz.
Las cartas de Walther Rathenau a su madre dan a entender que, en 1883, un año después del nacimiento de Traven, ella no se sentía feliz al lado de Emil. Debido a su posición social, a Emil le gustaba el teatro, su entorno y sus mujeres. Figueroa afirmó que la madre de Traven era la actriz irlandesa Helen Mareck, lo que explicaría el dominio que el escritor tenía del idioma inglés desde edad temprana, así como su afinidad por el teatro.
Traven y Walther Rathenau
Una de las razones por las que Traven escondió su parentesco fue porque lo conocía. Sabía quiénes eran sus familiares y vivió con uno o ambos por un periodo. Walther, el medio hermano de Traven, estudió física, química y filosofía y se convirtió en ingeniero como su padre. Cuando Emil Rathenau murió en 1915, Walther lo sucedió como presidente de AEG. En la Primera Guerra Mundial le fue encargado el departamento de materias primas del gobierno alemán. Una vez concluida la Guerra, en 1921 llegó a ser ministro de Reconstrucción y en 1922 ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, el puesto político más importante que haya ocupado cualquier judío alemán. Fue asesinado el día 24 de junio de 1922 por un grupo antisemita de la extrema derecha.
El éxito de su medio hermano, a temprana edad, podría haber motivado a Traven, pero en actividades muy diferentes a las de Walther, específicamente en el teatro y el activismo anarquista. En México, Traven se llamó a sí mismo “ingeniero” Traven Torsvan, como su padre y medio hermano. En varios de sus libros, el héroe es un ingeniero.
Después de vivir una etapa como actor y director de teatro, Traven (bajo el seudónimo Ret Marut) se interesó en la política a principios del siglo XX, en la misma época en que lo hizo su medio hermano. Walther fue considerado un “hombre del Renacimiento” de su época, por su interés en la filosofía y las artes, y sus actividades literarias. Abrazó el capitalismo, pero intentó endulzarlo, de manera bismarckiana, con la red de seguridad social y la filantropía. Traven/Marut fue en otra dirección, hacia una versión del anarquismo idealista de Max Stirner, o una forma más extrema de “universalismo” (para usar el término de Isaac Deutscher en su ensayo “El judío no judío”).
((En su célebre ensayo sobre “El judío no judío”, publicado un año después de su muerte, Isaac Deutscher (1907-1967) define el concepto de “judíos no judíos” en estos términos: “Fueron a priori excepcionales en el hecho de que, como judíos, vivieron al margen de múltiples civilizaciones, religiones y culturas nacionales. Nacieron y crecieron en los límites de diversas épocas. Sus mentes maduraron donde se cruzaron y perfilaron las más variadas influencias culturales. Vivieron en los márgenes o en los escondrijos y hendiduras de sus respectivas naciones. Cada uno de ellos estaba dentro de la sociedad y sin embargo fuera de ella, fuera de ella y sin embargo dentro de ella. Esto les permitió elevar su pensamiento por encima de sus sociedades, de sus naciones, de sus épocas y generaciones, y proyectarse mentalmente hacia nuevos horizontes y lejos en el futuro.”
))
Walther Rathenau publicó historias bajo el seudónimo W. Hartenau. También escribió sobre la situación de los “judíos no judíos” en Alemania y el tema de la asimilación. Era amigo de Maximilian Harden, un judío no judío que cambió su nombre de Felix Ernst Witkowski. Harden comenzó su carrera como miembro de una compañía de actores y fundó una revista, Die Zukunft, para la cual Walther contribuyó con algunos artículos. Era un modelo interesante para Traven, que también acudió a un seudónimo, Ret Marut, que también fue actor y que fundó en 1917 en Múnich una revista anarquista, Der Ziegelbrenner. En esta publicación, Traven describe a detalle cómo, habiendo participado en la Räterepublik de Baviera, escapó de la sentencia de muerte el 1 de mayo de 1919. Después de aquella fuga siguió viviendo principalmente en Alemania en forma clandestina hasta 1923 y al año siguiente llegó a México.
Traven aparece por primera vez en 1907, como actor bajo el nombre de Ret Marut. Hay varios motivos para que así haya sido. El principal es que sabía que era un hijo ilegítimo, además de reconocer que tenía una identidad dual, un padre judío y una madre no judía: un libro sobre la Räterepublik de 1919 editado en Múnich en 1968, que forma parte de nuestro archivo Traven, dice que Ret Marut se autoidentificó como “ario-judío”. Los judíos eran cada vez más asimilados, pero estaban cansados de que se les identificara como tales, especialmente cuando persistía el antisemitismo. Además, para la época era muy común que la gente del teatro y de la política usaran un nombre alterno: Lenin, Stalin y Trotski eran seudónimos. Los actores y escritores, por otro lado, estaban acostumbrados a jugar con su identidad o crear diferentes nombres, y es indudable que para un anarquista como Traven cualquier sistema, con nombres, pasaportes e identidades, era un anatema.
Traven y Ret Marut
Ret Marut fue el principal seudónimo de Traven durante su periodo alemán, y suena parecido a otro de los nombres que usó, Richard Maurhut. No es difícil ver ambos nombres como anagramas de Moritz Rathenau. Marut tiene varias ramificaciones etimológicas. Significa “tormenta” en sánscrito. Cuando en 1943 Traven fundó una editorial en México, con Esperanza López Mateos, no dudó en llamarla Ediciones Tempestad. La tormenta era una realidad en la vida de Traven y una metáfora frecuente en sus libros. Incluso la usa en una carta inédita a Malú cuando ella era una niña. Marut también podría convertirse en Traum [“sueño” en alemán], que fácilmente se convierte en Traven en la filología indoeuropea.
El cambio de Ret Marut (Moritz Rathenau) a B. Traven tiene una curiosa simetría. En la primera mitad de su vida su apellido provendrá de su nombre Moritz y en la segunda utilizará un anagrama de su apellido original, convirtiéndose Rathenau fácilmente a Traven, con “v” por “u”, quitando una “a” y la “h”. La presencia en su nombre de la letra “B” refleja la segunda parte de su vida, una explicación que dio personalmente a Malú: siempre tenía que corregir nombres ficticios que se le asignaban (como “Bruno”). Cuando Traven produjo un documento comprobatorio de que había nacido en San Francisco en 1882, inventó un nombre para su madre estadounidense: Helene Ottarrent. El nombre es apenas diferente del auténtico nombre de su madre, Helen, y Ottarrent es otro anagrama de Rathenau (con “o” en vez de “u”, agregando dos “t”, y una “r”, y quitando la “h”). Malú menciona que, en la época en que estaban creciendo ella y su hermana Rosa Elena a su lado, Traven hacía a menudo todo tipo de juegos de palabras con ellas.
Nuestro archivo Traven contiene una selección de las cosas que sus amigos le enviaron desde Alemania. Hay un folleto sobre Harden, el amigo de su medio hermano, y un libro técnico sobre el teléfono editado en Estados Unidos en 1904, un año después de que Emil Rathenau formara Telefunken con Siemens. Hay un pedazo de papel donde Traven practica diferentes permutaciones ortográficas del nombre Cahn, un apellido judío (Cahn es un nombre de familia importante en el árbol genealógico de Mathilde Nachmann, esposa de Emil). En medio de Der Ziegelbrenner, hay un curioso anuncio de caja con una referencia a “St. Moritz” (una irónica canonización de sí mismo); es el único anuncio que consigna una dirección en medio del texto, en cualquiera de las ediciones de la revista.
Muchas de las personas en el círculo de Ret Marut eran judíos no judíos, entre ellos: Kurt Eisner, Gustav Landauer, Erich Mühsam, todos participantes en la Räterepublik de Baviera, y Franz Wilhelm Seiwert, el pintor a quien Marut conoció cuando era actor en Renania y con quien se escondió cerca de Colonia después de su fuga de Baviera. Es un hecho interesante que Heinrich Heine y Karl Marx, dos paradigmas de judíos no judíos, nacieran en la parte baja de Renania, una zona fronteriza junto a Francia, que encaja con la definición de Deutscher. La carrera de Marut, como actor, director y anarquista, comienza a florecer en Colonia, que forma parte de Renania. Después de la muerte de Traven, la primera visita que hizo Chelena a Alemania fue para donar al Museo Ludwig en Colonia la mayor parte de la colección de litografías de Seiwert que Traven tenía en México. Otros emblemáticos judíos no judíos eran fuertes fanáticos de Traven: entre ellos, Albert Einstein (quien declaró públicamente que Traven era su autor favorito) y Bruno Kreisky, canciller de Austria de 1970 a 1983.
El destino pacífico en México
La vida de Traven estuvo marcada por varios traumas, que fueron la raíz de su deseo de ocultar su parentesco hasta la muerte, según Chelena Luján. En orden cronológico: su ilegitimidad, su judaísmo, su sentencia y fuga en 1919 y el asesinato en 1922 de Walther Rathenau. Esto último, además de haber impresionado mucho a Marut, reforzó su convicción de que Alemania estaría condenada al fascismo y determinó su decisión de abandonar Europa. Algunos historiadores llaman a este crimen el comienzo del Holocausto, y es interesante que Genius, la reciente serie de televisión sobre Einstein, comience con el atentado contra Rathenau, que era amigo del físico. El asesinato de Trotski en México en 1940 fue también importante. La idea de que los sicarios del régimen totalitario alemán podrían llegar a México debe haber fortalecido su decisión de mantener su anonimato y pasar la mayor parte de su tiempo en Chiapas y Acapulco, lejos de la comunidad alemana expatriada, infiltrada por nazis, en la Ciudad de México. La muerte prematura de Esperanza López Mateos en 1951 tuvo un fuerte impacto.
Los años tempestuosos colocan los últimos tiempos de la vida de Traven (de 1957 a 1969) con Chelena Luján, Rosa Elena y Malú Montes de Oca Luján, en la calle de Río Mississippi, en un fuerte contraste: la calma después de la tormenta. Podría centrarse en dar a conocer su trabajo (los boletines bt News y Traven Mitteilungen), incluso regresar a Alemania por primera vez para el estreno en 1959 de la versión cinematográfica de Das Totenschiff. Podía convertir sus obras en películas, involucrándose en cada detalle, volviendo al comienzo de su carrera como actor y director en Renania. A lo largo de su vida y su trabajo, había resuelto sus ambivalencias (ilegitimidad-identidad, judío-no judío, alemán-mexicano, individuo-familia, política-arte) y podía morir feliz.
Irónicamente, después del extraordinario éxito empresarial de su padre, Emil Rathenau, y del éxito político de su medio hermano, Walther Rathenau, el miembro de la familia más longevo y famoso (a través de su larga vida y extraordinaria obra) fue Moritz Rathenau, B. Traven. Traven también es probablemente el único miembro de la Räterepublik de Baviera que haya vivido hasta la vejez. Ambos logros fueron el resultado de su capacidad para convertir el anonimato en una forma de arte. El triunfo de Traven. ~
es coadministrador del B. Traven Estate junto con su esposa Malú Montes de Oca Luján de Heyman, hijastra de B. Traven. Tiene estudios en filología indoeuropea y en finanzas e informática.