Un motivo es “cualquier elemento significativo cuya repetición contribuye a la forma general de una película”, lo cual podría decirse de otra manera: un motivo es una rima, una manera que tienen directores y guionistas de crear resonancias dentro de una obra. Como la rima, el motivo puede producir una sensación de coherencia o, siendo generosos, de totalidad. Claro que hay de rimas a rimas. El planeta de los simios: (R)evolución (2011) tiene de todas.
La narrativa clásica hollywoodense depende en buena medida de la redundancia, y a veces una rima visual o auditiva puede servir a ese propósito. El prólogo de El planeta de los simios termina con un simio capturado en la jungla y colocado en una caja con una ventanita. La cámara se acerca a ésta y alcanza a ver el ojo del pobre animal. Es un ojo oscuro, desesperado o desesperanzado:
La historia del científico Will comienza inmediatamente después con una rima consonante. La cámara ahora se aleja del ojo de otro simio (o del mismo, transformado por la medicina), que ha adquirido matices de verde. Es el ojo de Bright Eyes, una chimpancé de laboratorio que ha sido tratada con AZ-112, una fórmula que puede servir para regenerar neuronas y, tal vez, para curar el Alzheimer’s; un ojo curioso, inquisidor:
Esa rima es consonante pero la siguiente ya podría ser una rima fácil, como quien rima dos pareados en verbos infinitivos terminados en -ar. Aquí, Will explica el efecto secundario de la droga que su laboratorio ha estado experimentando en primates. “Un tinte verde en el iris”, dice, sobre el fondo de un ojote color verde. En beneficio de quienes hayan estado distraídos con las palomitas o el celular, abunda: “De ahí el apodo: Ojos Brillantes.”
Afortunadamente el director Rupert Wyatt puede ser un rimador más sutil. Ojos Brillantes muere y Will rescata y adopta a su hijo, un changuito a quien llama César. En sus ojos hay la luz de la inteligencia, transmitida por la madre. Pronto, César tiene un lugar favorito en casa: la ventana.
Un lugar que viene a ser la extensión de su mirada inquieta, una rima de su propio ojo:
La rima se amplía cuando el simio, ya adulto, termina en una cárcel. La ventana no sólo es el iris sino también el sol, que provee la luz que alimenta la mirada. Pero este sol pintado en el paisaje falso es inservible:
Entonces repica una especie de rima interna plantada hace ya varias escenas. La primera vez que, recién nacido, César entró a casa de Will, un sol artificial pero benigno lo alumbraba:
En el apando, César toma un pedazo de piedra, y dibuja una ventana cargada de esperanza:
Mas una rima AAAA/AAAA terminará por cansar el oído. Un motivo también. Es necesaria la repetición, pero también la variación y el progreso. Por ejemplo, hay un simio hiperinteligente en el laboratorio, un simio de apariencia siniestra cuya presencia se diluye hacia el final de la película. (Apuesta: será el antagonista de la secuela.) Cuando lo someten a pruebas iniciales reaparece por supuesto el motivo del iris:
Ahora subvertido: ésta es una inteligencia superior pero incompleta o rota: un ojo muestra “los matices de verde”, el otro está cubierto por una catarata. Los lentes aumentan la sensación de incomodidad, de desfasamiento, como si cada ojo perteneciera a un animal distinto.
El motivo, por medio de variaciones y progreso, se ha extendido y cargado de significados. Aquí ya estamos ante una rima ABAB/CDCD. (Exagero.) Cuando César sufre la última decepción de parte de Will, su padre humano, el iris/ventana de esperanza debe ser borrado:
Y sin embargo, el primer levantamiento de los simios guiado por César, ese homme révolté que ha dicho NO, asciende hacia un tragaluz que les dará la libertad a través de la violencia.
¿A quién podría sorprenderle que ese tragaluz tenga la forma de un iris? Supongo que a nadie. ¿Y a quién que el único graffiti que veamos en la película, cuando ya se ha desatado la debacle de la raza humana y el origen del Planeta de los Simios, sea este?:
Escritor. Autor de los cómics Gabriel en su laberinto y Una gran chica (2012)