Ahora que la camarada compañera licenciada Rosario Robles ha devenido oportuna y astutamente priista no se puede sino evocar sus años de activista universitaria de frente limpia y anhelo de justicia para todos.
Puntual asunto, pues coincide con una nueva generación de desinteresados jóvenes de frente limpia que sueña con lo mismo que, en sus años mozos, envisionaban Robles y sus camaradas.
Aquella joven Rosario Robles que –como escribió en su tesis– luchaba contra
El predominio en la Facultad del pensamiento económico marginalista y burgués, preocupado por inocular a los alumnos las viejas y abstractas “verdades” del equilibrio general y los elementos prácticos e ideológicos indispensables para producir mediocres funcionarios estatales o burócratas, técnicos y administradores al servicio del capital…
Poco después, por 1982, Robles defendía a la “Asamblea General de la Facultad de Economía” no sólo de su director (José Blanco) y del rector (Octavio Rivero), sino también del Partido Socialista Unificado de México (PSUM) y del PRI, a quienes consideraba “una alianza objetivamente reaccionaria” que buscaba cerrar la Facultad de Economía por ver en ella “un centro democrático de crítica científica e impugnación del sistema de explotación”.[1]
¡Ah, qué tiempos aquellos, cuando había crítica científica y todo era tan, pero tan objetivo…!
Años más tarde, en 1999, durante una entrevista con Abraham Zabludowsky, la misma licenciada Robles recordaría esos años impetuosos con –hay que reconocerlo– bastante chispa:
A mí me da risa recordar el calor de esos años cuando no teníamos los pies en México. Sólo nos peléabamos por la Unión Soviética, que si Cuba, que si China… Hoy rompemos con los esquemas doctrinarios y nos vamos a la lucha política con mente abierta, con visión moderna, con visión para adelante.
Sí. Qué risa. El gran líder Mao ja ja ja; Sendero Luminoso, jo jo jo; Fidel, je je je; la Facultad de Economía, ji ji ji…
Y bueno, Rosario Robles visionó para adelante bastante bien: fue diputada, jefa de gobierno, presidenta del PRD; se promocionó en Televisa; se involucró en muy vistos cuanto visionarios actos de corrupción; visionó para adelante renunciar al PRD y ahora visionó para adelante que va a ser funcionaria del presidente electo Peña Nieto.
¡Y pensar ahora que todos esos esquemas doctrinarios abrazados entonces por la entrega limpia y clara de la juventud apasionada y horizontal conducirían… al PRI!
¡Al PRI!
Chin.
A quienes no les ha dado risa es a algunos de sus antiguos correligionarios, como el senador Alejandro Encinas, quien fustigó a Rosario Robles “por dar un brinco y un bandazo de esta magnitud”. Agregó el (por cuarta vez) legislador del PRD:
Esto habla muy mal de los políticos y de las políticas y es una mala señal, porque así como se premian prácticas ilegales en campañas electorales, también se premian los bandazos en política.
¡Recontrarecórcholis de mala señal objetiva!
Aunque nada dijo el legislador Encinas de la magnitud de los bandazos de los inúmeros políticos que han brincado desde el PRI hacia el eternamente acogedor PRD dando bandazos de, obviamente, magnitud menor. (Y, bueno, es que se entiende que brincar del PRI al PRD no es brinco: es ver la luz etcétera.)
Pero, bueno… ¿quien fue el que lamentó que la juventud se desperdicia en los jóvenes?
[1]La historia en detalle de la militancia de Robles en el grupo de “los Vándalos” puede leerse en el capítulo “Cuentas de Rosario” de mi libro Allá en el campus grande (Tusquets, 2000), pp. 217 y ss.
Es un escritor, editorialista y académico, especialista en poesía mexicana moderna.