Me mandó Esteban una página extraña. Lo único que contiene es un centenar y medio de fotografías del Supremo Líder del Partido Popular Democrático de la República de Corea, Secretario General del Partido de los Trabajadores de la República de Corea, Jefe de la Comisión Nacional de Defensa y Comandante Supremo del Ejército Popular de Corea.
O sea, Kim Jong-il.
En todas las fotografías se ve al “Querido Líder” mirando cosas. Cada una viene acompañada por el respectivo pie de foto que señala la presencia del Querido Líder así como de aquello que se encuentra mirando (y los imprescindibles guardaespaldas, funcionarios, etcétera).
Por ejemplo, en la foto titulada “Kim Jong-il mirando un vaso” se ve a Kim Jong-il mirando un vaso. Luego vienen “Kim Jong-il mirando un jabón”, “Kim Jong-il mirando arroz”, “Kim Jong-il mirando un brassiere” y así sucesivamente.
Eso es todo, y sin embargo, la serie adquiere una fascinación hipnótica, saciada de su propia vacuidad, ahita del sinsentido que deriva de la reiteración infinita del nombre y la facha del tiranito odioso y tedioso, rodeado de terror reverencial.
El resultado es una crítica ácida, intrínsecamente patética; una forma minimalista de sátira de algo que ya ni siquiera necesita de explicaciones, denuncias o análisis; y, desde luego, la rara sensación de ser norcoreano…
La página se ve aquí.
Es un escritor, editorialista y académico, especialista en poesía mexicana moderna.