Australia estรก en plena incandescencia, al igual que los australianos. El primer ministro conservador Scott โScoMoโ Morrison es abucheado durante sus visitas a las comunidades afectadas, en donde mรกs de una vรญctima se ha negado a darle la mano. Decenas de miles asistieron a las manifestaciones que se realizaron en todo el paรญs con la exigencia de โdestituir a ScoMoโ, mientras un YouTuber de gran popularidad exigiรณ a la reina que hiciera justamente eso (tรฉcnicamente el representante de ella puede hacerlo). Un bombero voluntario, llamado Paul, se convirtiรณ en el rostro de la indignaciรณn cuando gritรณ un mensaje a un equipo de periodistas desde la ventana del camiรณn de bomberos: โยฟUstedes son de los medios? ยกDรญganle al primer ministro que se vaya al diablo!โ. Una de las voluntarias, compaรฑera de Paul, completรณ el mensaje despuรฉs de que รฉl se colapsara debido al agotamiento: โUsted no merece gobernarโ, reclamรณ a Morrison. โUsted sabรญa que esto iba a suceder, se veรญa venir desde hacรญa aรฑosโ.
Today we are all Paul Parker from Nelligan. #AustraliaFires #auspol #AustraliaBushfires #bushfirecrisis pic.twitter.com/Dvq8ZaFQa9
— Stig Martyr (@StigMartyr) January 5, 2020
La magnitud y la gravedad de estos incendios no tiene precedentes. Mรกs de 10 millones de hectรกreas se han quemado, 14 veces el รกrea consumida en los incendios de California en 2018. Hasta la semana pasada se habรญa confirmado, el deceso de 26 personas y la destrucciรณn de mรกs de 1,700 hogares, ademรกs de la muerte de aproximadamente mil millones de animales (que incluyen casi una tercera parte de la poblaciรณn de koalas en el estado de Nueva Gales del Sur). El humo de los incendios, que se puede ver desde el espacio, estรก cubriendo las ciudades, ocasionando que la calidad del aire rebase 11 veces el nivel de โpeligrosoโ, y ha llegado hasta Amรฉrica del Sur. Los incendios se han desatado desde la primavera de 2019 en todos los estados, y se espera que continรบen durante meses. Pero esta temporada de incendios no surgiรณ de la nada: es consistente con aรฑos de tendencias, incidentes, estudios y modelos climatolรณgicos, que un gobierno testarudo se negรณ a atender.
Durante mรกs de una dรฉcada, los cientรญficos han hecho sonar la alarma, pronosticando temporadas de incendios forestales cada vez mรกs peligrosas en los aรฑos por venir. Numerosos estudios han proyectado drรกsticos incrementos en el nรบmero anual de dรญas con un alto riesgo de incendio, a pesar de que Australia ya era una de las regiones mรกs proclives a este tipo de siniestros en el mundo. En 2008, un importante estudio independiente acerca de los efectos del cambio climรกtico advirtiรณ que la temporada de incendios en Australia โcomenzarรญa antes y finalizarรญa un poco despuรฉs y, en general, serรญa de mayor intensidadโ, en una forma que โserรญa directamente observable para 2020โ โpalabras premonitorias que ahora tienen amplia difusiรณnโ. Su recomendaciรณn, un esquema de comercializaciรณn de emisiones, enfrentรณ una gran oposiciรณn proveniente del Partido Liberal, al que Morrison pertenece.
En 2009, un estudio de la CSIRO (la agencia nacional de investigaciรณn de Australia) y el Bushfire Cooperative Research Centre advirtiรณ que la presencia de las raras condiciones climatolรณgicas que han alimentado los incendios actuales โun sistema particular de baja presiรณn que choca con un sistema particular de alta presiรณnโ serรญa cuatro veces mรกs probable debido al calentamiento relacionado con el cambio climรกtico que estaba pronosticado. Ese mismo aรฑo, una comisiรณn real que trabajaba en los devastadores incendios del Sรกbado Negro en el estado de Victoria, los cuales mataron a 173 victorianos en un solo dรญa de febrero, seรฑalรณ que los incendios forestales solo irรญan en aumento. En el dรฉcimo aniversario de la tragedia, el exfuncionario victoriano responsable del medio ambiente, Scott Hamilton fue mรกs contundente al pronosticar que el cambio climรกtico traerรญa consigo mรกs Sรกbados Negros. Un reporte de 2017 del Climate Council revelรณ que el cambio climรกtico estaba incrementando la gravedad e intensidad de los incendios forestales, mientras que otro reporte de 2019 pronosticรณ que costarรญan a la economรญa australiana miles de millones en los aรฑos por venir. Hasta ahora, se espera que el costo de los actuales incendios forestales supere los 4,400 millones de dรณlares. El State of the Climate Report de la CSIRO para 2018 revelรณ que el clima de Australia se habรญa calentado 1 grado centรญgrado desde 1910, y proyectรณ una temporada de incendios mรกs larga en el sur y el este, la regiรณn que ahora se espera que siga en llamas durante meses.
Luego estรกn los bomberos, que han estado suplicando asistencia. Recientemente, el diario The Sydney Morning Herald reportรณ, que โel centro nacional para el combate aรฉreo de incendios hace cuatro aรฑos exigiรณ una flotilla nacional de aviones cisterna para enfrentar la creciente amenaza de incendios forestales, pero como respuesta recibiรณ la determinaciรณn del gobierno federal de que la tarea correspondรญa a cada estadoโ.
Dos aรฑos despuรฉs, en mayo de 2018, el centro exigiรณ un mayores fondos para mejorar su capacidad de combate aรฉreo de incendios. El gobierno apenas aprobรณ esa solicitud la semana pasada, cuando el pรบblico estaba indignado y el fuego fuera de control. A principios de diciembre pasado, โdesmoralizadosโ integrantes del sindicato de bomberos viajaron a la capital con la finalidad de exigir mejores recursos para la temporada por venir, junto con mรกs acciones para enfrentar el cambio climรกtico. En esa ocasiรณn, Mick Tisbury, un comandante veterano con tres dรฉcadas de experiencia, advirtiรณ sobre el empeoramiento de las condiciones seรฑalando: โTenemos miedo de la temporada de incendios que vamos a enfrentarโ. (Esa serรญa la temporada de incendios que justo ahora estamos viviendo.) Como respuesta, Scott Morrison declarรณ que el gobierno โconocรญa muy bienโ esas advertencias. Poco tiempo despuรฉs partiรณ a pasar unas vacaciones en Hawaii con su familia, justo cuando estallรณ la crisis.
Emergency Leaders for Climate Action un grupo cada vez mayor de exjefes de emergencias, tambiรฉn ha hecho sonar la alarma climรกtica. El grupo ha estado exigiendo โactivos nacionales para el combate de incendiosโ y fue el primero en solicitar una reuniรณn con Morrison, en abril pasado. Ahora ya se dio por vencido, optando por convocar mejor a su propia reuniรณn para enfrentar la crisis de los incendios forestales. El excomisionado para el combate de incendios en Nueva Gales del Sur, Greg Mullins, quien habรญa estado suplicando al gobierno que pusiera atenciรณn al problema desde 2006, ha expresado su decepciรณn porque los antiguos jefes de bomberos no fueran escuchados. โNosotros predijimos exactamente lo que ahora estรก sucediendoโ, dijo en una transmisiรณn nacional en noviembre pasado. โLas medidas podrรญan haberse tomado hace meses para que el trabajo de los bomberos fuera mรกs efectivo y las comunidades estuvieran mรกs segurasโ. Bushfire Survivors for Climate Action, un grupo de sobrevivientes de incendios forestales, bomberos y concejales locales, quienes han vivido en carne propia la ferocidad de la reciente temporada de incendios, han exigido en vano mayores medidas. Pero, como escribe su presidenta, Jo Dodds, nada ha cambiado. De hecho, se les ha pedido a los miembros del grupo que guarden silencio y permanezcan en calma, lo que parece un โacallamiento calculador y despiadadoโ.
Durante las elecciones de mayo de 2019, Bill Shorten, quien entonces era jefe del Partido Laborista, propuso una estrategia nacional para el combate de incendios. En esta se incluรญa un fondo de 80 millones para conformar la flotilla nacional de aviones cisterna, la cual se pagarรญa al tapar huecos fiscales explotados por multinacionales y millonarios. Shorten, como se sabe, perdiรณ esas elecciones. Pero el nuevo lรญder laborista, Anthony Albanese, pasรณ todo el mes de diciembre ayudando a los voluntarios, mientras el primer ministro partรญa a Hawaii. Como Albanese declarรณ a la cadena televisora Australian Broadcasting Corporation, โlo trรกgico de este acontecimiento es que es exactamente lo que los cientรญficos pronosticaron que ocurrirรญaโ. Segรบn se ha reportado, el primer ministro del estado de Victoria, el laborista Daniel Andrews, ha estado preparรกndose para estos incendios desde los acontecimientos del Sรกbado Negro, y a diferencia de Morrison, ha sido reconocido por su liderazgo durante la crisis.
Despuรฉs de las elecciones, el Department of Home Affairs informรณ al gobierno que el paรญs enfrentarรญa incendios forestales mรกs frecuentes y severos como resultado del cambio climรกtico, y que se requerรญa de โacciones nacionales coordinadasโ para reducir el riesgo. Pese a que se destinaron 130 millones de dรณlares para efectuar una โreducciรณn de riesgos en casos de desastresโ para los siguiente cinco aรฑos, no se implementรณ cambio alguno en las polรญticas sobre el clima.
Incluso los mismos incendios nos lo advirtieron. Empezaron prematuramente este aรฑo, antes que el verano austral mismo. Las selvas tropicales de Queensland, que por lo general son demasiado hรบmedas para incendiarse, ardieron por primera vez en la historia. Si las advertencias no hubieran sido suficientes, los incendios en primavera y en las selvas tropicales debieron servir de pronรณstico sobre los terribles acontecimientos por venir.
Desde que el cambio climรกtico ha sido un tema polรญtico de importancia, los australianos han sabido que estarรญan entre los mรกs afectados. Como lo expresรณ el escritor Richard Flanagan, el paรญs โse encuentra en el epicentro de la catรกstrofe climรกticaโ. El Planning Institute of Australia, organismo nacional que representa a los planificadores urbanos y regionales, ha propuesto una estrategia nacional de asentamientos, en la que se proyecta que importantes zonas de Australia dejarรกn de ser habitables para los humanos, mientras que las aguas cercanas a Queensland han dejado de ser sostenibles para el Gran Arrecife de Coral. La agricultura tendrรก que someterse a adaptaciones radicales. La producciรณn pesquera, ganadera, frutal y vinรญcola tendrรก que cambiar, y los australianos enfrentarรกn mayores riesgos para la salud fรญsica y mental. El gobierno de Victoria espera una mortรญfera onda de calor โde una vez cada 110 aรฑosโ, despuรฉs de la cual, en los aรฑos subsecuentes, las ondas de calor โseveraโ serรกn normales.
ยฟQuรฉ hizo el conservador Partido Liberal, que se mantiene en el poder desde 2013, ante estas advertencias? Se opuso constantemente a emprender mayores acciones para enfrentar el cambio climรกtico, destituyรณ a lรญderes del partido que apenas llegaron a considerar la posibilidad de proponer medidas mรกs estrictas a favor del clima, y siguiรณ adelante con la apertura de nuevas minas de carbรณn. El gobierno federal ha rechazado las propuestas para una declaraciรณn de emergencia climรกtica y, en noviembre pasado amenazรณ con prohibir los boicots relacionados con el cambio climรกtico, lo que suscitรณ la indignaciรณn de los defensores de la libertad de expresiรณn. Tambiรฉn ha desvirtuado los esfuerzos de la Organizaciรณn de las Naciones Unidas para reducir los objetivos de emisiones de carbono y continรบa insistiendo en que el paรญs hace lo suficiente, pese a que recientemente apareciรณ entre los paรญses con el peor desempeรฑo en lo relacionado con el cambio climรกtico, nombrado la Arabia Saudita del Pacรญfico Sur.
Un senador del partido Verdes australiano calificรณ a los partidos grandes como โpirรณmanosโ debido a los incendios, opiniรณn que replicรณ el prominente caricaturista de The Guardian First Dog on the Moon. Una peticiรณn en el sitio Change.org busca que a los incendios, que hasta ahora no tienen nombre, se les llame โlos incendios de Morrisonโ, pues sostienen que el primer ministro es responsable debido a su actuaciรณn omisa.
Pero, ยฟquรฉ podrรญa haber hecho el gobierno? Como seรฑalan con frecuencia los conservadores australianos, el paรญs solo produce una pequeรฑa fracciรณn de las emisiones globales, y por sรญ solo no puede detener el calentamiento que exacerba estas condiciones (aunque no estarรญa mal asumir cierto liderazgo global en estos asuntos). Pero el gobierno australiano pudo haber tomado algunas medidas, por lo menos para prepararse para los siniestros, si no se empeรฑara tanto en esconder la cabeza en la arena cada vez mรกs seca. En lugar de dar una respuesta adecuada a las demandas por mayores recursos, el Partido Liberal de Nueva Gales del Sur el aรฑo pasado redujo los fondos destinados al combate de incendios. (Algunos bomberos voluntarios tuvieron que reunir recursos para adquirir su propio equipo.) En lugar de enfrentar la primera amenaza de incendios, el primer ministro se limitรณ a dedicar algunas reflexiones y oraciones, para luego enviar saludos desde una playa de Hawaii. En lugar de prestar atenciรณn a los expertos en servicios de emergencia, el gobierno los ignorรณ. En lugar de tomar en serio la creciente crisis, Morrison subestimรณ la catรกstrofe, publicando tweets sobre un partido de cricket y fingiendo que el desastre no era diferente a lo usual en la temporada de incendios forestales.
No fue sino hasta que la crisis cobrรณ dimensiรณn, en la vรญspera de Aรฑo Nuevo, que el primer ministro intentรณ lavarse las manos en cuanto al tema de financiamiento, insistiendo en que el fondeo del combate a los incendios era una responsabilidad que correspondรญa a cada estado: apenas el 29 de diciembre pasado afirmรณ que รฉl consideraba que el gobierno federal no tenรญa ninguna otra obligaciรณn que asumir al respecto. Tuvieron que pasar dรญas de negaciones y rechazos para que el gobierno se dejara de simulaciones y ordenara el despliegue de tropas โjunto con un desatinado alarde autocomplaciente de sus propios esfuerzosโ. La Australian Defence Association criticรณ el anuncio, calificรกndolo de un incumplimiento de las normas apartidistas, mientras que otros reclamaron a Morrison que no hubiera consultado a los bomberos. Ahora el gobierno australiano se encuentra dedicado al control de daรฑos, literal y metafรณricamente.
A pesar de que finalmente se esforzรณ en enfrentar y combatir las llamas, Morrison se ha negado a reconocer y atender el cambio climรกtico. A lo largo de la temporada, continuamente ha defendido los registros de Australia en lo relacionado con el clima y sigue rechazando cambios a las polรญticas de Australia en materia climรกtica. Si bien ha admitido tentativamente que hay una relaciรณn entre los incendios y el cambio climรกtico (contradiciendo a otros miembros de su partido), insiste en que hay otros factores en juego y rechaza que el gobierno deba intensificar sus esfuerzos. Se empeรฑa en subestimar la crรญtica internacional sosteniendo que โcarece de credibilidadโ, califica de โimprudentesโ los llamados a incrementar los objetivos de reducciรณn de emisiones y rechaza la idea de una reuniรณn destinada al tema de los incendios. Mรกs que negaciรณn sobre el tema climรกtico, se trata de una subestimaciรณn.
En retrospectiva todo es muy claro, y el 2020 ha comenzado con una amarga dosis de claridad. Australia sufre los devastadores efectos de haber pasado por alto una advertencia que, en algunos casos, continรบa desdeรฑando. Pero no es la รบnica. En todo el mundo hay pronรณsticos preocupantes acerca del futuro, ya que casi a diario surge un nuevo estudio sobre el efecto que tendrรญa el aumento de tan solo dos grados Celsius en el planeta.
Tenemos ante nosotros un terrible ejemplo de lo que puede ocurrirle a un paรญs que no presta atenciรณn a las alarmas que otros hacen sonar โya sean cientรญficos o bomberos, niรฑos o el planeta mismoโ. Tal como se vio, ignorar la crisis climรกtica no hace que desaparezca. Es posible que Australia no haya escuchado las advertencias, pero el resto del mundo debemos escuchar las que nos corresponden. Australia se incendiรณ, pero todos hemos sido advertidos.
Este artรญculo es publicado gracias a una colaboraciรณn de Letras Libres con Future Tense, un proyecto de Slate, New America, y Arizona State University.
es una escritora y productora radicada en Nueva York que cubre temas de tecnologรญa, cultura, y todo lo que tiene que ver con Australia.