Para defendernos de los nazis, no hay nadie mejor que el arqueólogo Indiana Jones. Pero, en realidad, sería mejor dejar la arqueología para los arqueólogos de verdad, en especial, aquellos que están aprovechando la tecnología moderna para hacer descubrimientos nuevos y emocionantes. Hace unos días un grupo de científicos publicó un estudio extraño e increíble en Nature, que explicaba el hallazgo de un hueco enorme en la gran pirámide de Guiza, en Egipto. Los científicos encontraron este vacío al observar los efectos de los rayos cósmicos que atraviesan el universo hasta llegar a nuestro planeta. Es la primera vez en más de 100 años que se descubre una estructura importante en la gran pirámide, también conocida como la gran pirámide de Keops, que fue completada hace 4500 años. Desde la Edad Media no se encontraba una estructura tan impresionante en el interior de la más antigua de las siete maravillas del mundo antiguo.
Los arqueólogos no tienen ni idea de qué podría haber adentro.
El descubrimiento fue parte de la misión ScanPyramids, una asociación entre un grupo de investigadores de la organización francesa sin fines de lucro Heritage Innovation Preservation Institute y un grupo de físicos japoneses. La misión tiene como objetivo utilizar las nuevas tecnologías para poder elaborar un mapa de las pirámides de Keops y de Jafra, y continuar la exploración de estos monumentos históricos. Para cumplir con este osado objetivo, los investigadores tuvieron que salirse de los parámetros tradicionales. Tanto así, que que buscaron la respuesta fuera de este mundo.
Los rayos cósmicos golpean la Tierra constantemente y están compuestos por núcleos de hidrógeno, que se separan en partículas más pequeñas cuando impactan contra nuestra atmósfera. Algunas de estas partículas más pequeñas se llaman muones y atraviesan la superficie de nuestro planeta casi a la velocidad de la luz y sobreviven tan solo una millonésima de segundo. Los muones están en todas partes, todo el tiempo. Si bien no hacen nada, observarlos es extremadamente difícil.
Sin embargo, pueden ser muy útiles para estudiar otros fenómenos que también suelen estar ocultos, por ejemplo, enormes cámaras secretas escondidas dentro de una pirámide de 140 metros de alto construida hace 4500 años. Como la roca absorbe la energía de los muones, los investigadores buscaron lugares de mayor concentración de muones.
El equipo japonés aportó a la investigación un conjunto de detectores de muones —llamados películas de emulsión nuclear— que permitieron observar los movimientos de estas partículas. Con esta nueva información, encontraron un hueco de 30 metros de alto en medio de la pirámide, casi el mismo tamaño que la Gran Galería, un pasaje que lleva hasta la cámara del rey. Los resultados de la investigación fueron corroborados por equipos externos. No cabe duda de que los arqueólogos acaban de descubrir una cámara completamente nueva en la gran pirámide.
¿Pero cómo es posible que este hueco no haya sido encontrado antes? De acuerdo con la arqueóloga Carol Redmount de la Universidad de California, en Berkeley, esto no debería de sorprendernos. El hueco se encuentra en el centro de la pirámide, por lo que hubiera sido imposible detectarlo sin técnicas avanzadas de obtención de imágenes; a menos, claro, que la pirámide hubiese colapsado.
Sin embargo, aquí hay otro misterio mayor: ¿qué hay dentro de esa cámara? ¿Se trata de un increíble tesoro de la época de la Cuarta Dinastía egipcia? ¿O tal vez es una cámara secreta que se usaba para ceremonias y rituales fúnebres? ¿Estará ahí la momia perdida del faraón Keops? Sinceramente, este descubrimiento trae más preguntas que respuestas. “No se puede acceder, todavía no hemos encontrado ningún punto de entrada. Tal vez no exista ninguno. Tal vez se trate solo de un espacio vacío de la construcción”, dijo Peter Der Manuelian, egiptólogo que trabaja en la Universidad de Harvard. Además, insiste en que los muones no revelan nada sobre el tamaño, la forma o el contenido de las (potenciales) cámaras individuales en ese hueco.
Si hay quienes sospechan qué hay dentro del hueco o cuál pudo haber sido su función, al parecer no tienen intenciones de entrar en el juego de la especulación. Los autores del estudio tampoco han comentado mucho sobre qué podría haber ahí. “Sabemos que la mayoría quiere escuchar sobre cámaras secretas, tesoros funerarios o la momia perdida de Keops”, dijo Manuelian. “Pero, en este momento, no es una posibilidad que estemos considerando. Hasta que no tengamos más información sobre la forma y el uso de ese espacio, no sería correcto especular. Por lo menos, no como egiptólogo”.
Según Redmount, como este hueco y la Gran Galería tienen tamaños similares y como sabemos que el interior de la pirámide sufrió varios cambios de diseño antes de ser completada, este hallazgo podría tratarse de otra versión de la Gran Galería que habría sido sellada por alguna razón. De acuerdo con la arqueóloga, la pirámide de Keops se construyó durante un período experimental en el desarrollo de pirámides en el que los egipcios todavía estaban probando diferentes ideas y métodos de construcción. No tendría que sorprendernos si, finalmente, este hueco no resulta ser más que una gran cámara sin terminar. No sería el hallazgo más interesante, pero sería muy útil para los científicos que quieren aprender más sobre la construcción de las pirámides y otros monumentos egipcios.
Esta es la primera vez que se utilizan detectores de muones para un descubrimiento arqueológico. Sin embargo, es tan solo el más reciente de muchos hallazgos arqueológicos que ha permitido la tecnología. La arqueóloga Sarah Paracak de la Universidad de Alabama en Birmingham ya ha analizado el uso cada vez mayor de instrumentos satelitales y aéreos para explorar sitios históricos y descubrir secretos del mundo antiguo. Ahora, entramos en la época de la “arqueología espacial”, un campo de investigación muy rico y valioso.
Probablemente, la tecnología ayude a los científicos a estudiar este hallazgo en más detalle. Solo esperamos no enterarnos en unos meses que un error técnico hizo que un dron se estrelle contra los muros de la pirámide.
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Este artículo es publicado gracias a una colaboración de Letras Libres con Future Tense, un proyecto de Slate, New America, y Arizona State University.